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Ezkurdia tiene nueva recompensa

LA CRÓNICA EL DE ARBIZU CONSIGUE SU PRIMERA TXAPELA INDIVIDUAL | TRAS COMPLETAR UNA FINAL SIN ALTIBAJOS en el navarra arena frente a jokin altuna

Ezkurdia tiene nueva recompensa

pamplona - Joseba Ezkurdia es otro pelotari en este 2018. El de Arbizu, que ya consiguió la txapela del Campeonato por Parejas junto a José Javier Zabaleta, logró su segundo título como profesional este año tras vencer a Jokin Altuna en una final del Cuatro y Medio en la que se le vio muy cómodo desde el principio, dominando cada tanto, pero en la que tampoco perdió su entereza en los momentos difíciles.

El Navarra Arena, que celebraba su primera final oficial, se volcó con su paisano desde el principio, y él lo correspondió con un título que después quiso dedicar a esa grada volcada que vio cómo se calaba su primera txapela individual en lo que no dejó de ser una nueva recompensa al esfuerzo.

Si se le pregunta a cualquier allegado de Ezkurdia por la clave de este año, la respuesta unánime será la palabra trabajo. El navarro responde con sudor a los varapalos que le ha dado el profesionalismo, sufriendo remontadas inverosímiles o derrotas crueles a las puertas de finales. Por eso su alegría ayer se contagiaba también a su círculo más cercano, que ha tenido que esperar siete años en la elite para ver llegar los premios.

altuna, incómodo Ezkurdia forjó su victoria en la velocidad, con la que atropelló a un Jokin Altuna al que se le vio incómodo durante todo el partido. A pesar de que en el inicio fue el pelotari de Amezketa el que mandó en el marcador, era su rival el que dominaba el peloteo.

Dos dos paredes consecutivos del de Arbizu -su arma más efectiva, tanto a bote como de aire, con la que consiguió media decena de tantos- cambiaron el signo del partido, y marcaron una fase en la que fue el amo y señor del duelo.

Buscando la pared izquierda, que dio muchas muestras de su aspereza con varios extraños, el arbizuarra hizo durante la final de ayer mucho daño empezando con el saque, con el que o encontraba el tanto o encarrilaba su devenir.

Al de Amezketa tan solo le quedó defender como pudo, aunque en alguna ocasión sus intentos quedaron baldíos, como en el 4-8 y el 4-9, cuando la pared izquierda escupió de dos formas muy diferentes -en la primera salió demasiado y en la segunda, en un disparo inicial, ni siquiera botó la pelota-. Aun así, lejos de resignarse, Altuna continuaba concentrado en el partido, incluso con el 8-14 en el marcador.

remontada de altuna Fue entonces cuando llegó su momento. Como venía afirmando en las comparecencias previas a la final, sus inicios estaban siendo malos, pero -y tal y como hizo ante Oinatz Bengoetxea, cuando llegó a ir perdiendo por 2-9- iba yendo de menos a más. Con una tacada de siete tantos, cuando hubo algún titubeo de Joseba Ezkurdia y en un tramo en el que se encontraba muy fino con el remate, el guipuzcoano dio la vuelta al signo del encuentro y se puso con un 15-14 a favor.

Sin embargo, y a pesar del resultado que se veía en el luminoso, las sensaciones en la cancha eran muy diferentes. Mientras al pelotari azul se le veía concentrado y muy entero físicamente, al colorado se le veía cansado y algo falto de chispa, quizá producto del tremendo esfuerzo que tuvo que hacer en defensa para poder conseguir el parcial de 7-0 que acababa de conseguir.

Un gancho abajo de Jokin Altuna hizo recuperar el saque a Joseba Ezkurdia, que volvió a demostrar la superioridad de la que estaba haciendo gala en este campeonato, y tomó de nuevo el mando en el marcador con la estrategia que le estaba yendo bien: saque, velocidad, arrimar la pelota a la pared y dos paredes.

La receta le funcionó al arbizuarra, y con un nuevo tanto de saque estalló la alegría, tanto del frontón como de un pelotari que se subía de nuevo al escalón más alto del podio, en una nueva recompensa al esfuerzo.

La pared izquierda. Ya se venía avisando de la aspereza de la pared izquierda del Navarra Arena, que devolvió pelotas muy diferentes en algunos tantos.

La entereza de Ezkurdia. Joseba Ezkurdia desvelaba en las entrevistas previas a la final que había mejorado su confianza, y que incluso visitó a un coach deportivo. Se notó, y a pesar de la tacada de Altuna supo continuar su juego en un partido que años atrás quizá se le hubiese escapado.

El saque y el dos paredes. En ambas facetas se le vio a Ezkurdia seguro. Diez tantos llegaron así.