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Monumental Nibali

milán-san remo el siciliano sorprende a los velocistas con un histórico ataque en el poggio

Monumental NibaliFoto: Efe

donostia - Anunció Nibali, en los albores de la temporada, que este año iba a disputar el Tour de Flandes. Y no tardaron en surgir los pronósticos acerca del futuro papel del Squalo en la clásica belga, negativos en su gran mayoría. Lo cierto es que no lo tendrá fácil dentro de dos semanas en la gran cita flamenca, de características más propicias para los Van Avermaet, Sagan, Gilbert y compañía. Pero más complicada aún se presentaba ayer para el siciliano una Milán-San Remo a priori reservada para los velocistas. Cabían en ella las sorpresas, claro que sí. Aunque corresponderían al terreno de las mismas finales como la de 2017, con tres clasicómanos jugándosela mano a mano en Vía Roma. En cambio, al gran Vincenzo, de discreto arranque esta campaña, no se le esperaba.

Por esto último cobra especial trascendencia la exhibición firmada ayer por el tiburón de Messina, quien se adjudicó en San Remo el tercer Monumento de su carrera, el segundo consecutivo. Contaba con dos Giros de Lombardía. Y al disputado más recientemente, el del pasado octubre, encadenó en la Classicissima una de esas victorias que, por imprevistas, levantan al espectador de su sofá. La nómina de aspirantes, todos velocistas o ciclistas rápidos, era larguísima. Y la selección entre ellos previa a los dos últimos kilómetros del Poggio, coronado a cinco de meta, había resultado muy reducida. Solo faltaban Marcel Kittel, descolgado en la Cipressa, y el accidentado Mark Cavendish, a quien ha mirado un tuerto esta temporada. Cuando el resto de candidatos vigilaban el maillot arcoíris de Sagan, apareció el rojo y azul del Bahrain Merida. El de Nibali.

tranquilo desarrollo La Milán-San Remo marca la diferencia, en cuanto a dureza, por su longitud. Los 291 kilómetros de los que consta, así, no suelen deparar movimientos importantes antes del tramo final. Y la edición de 2018 no supuso una excepción. Una fuga de nueve hombres llegó a alcanzar rentas de en torno a los ocho minutos, siempre controlada por un pelotón que avanzaba en medio de unas condiciones meteorológicas dantescas. Lluvia y frío. Pero cuando comenzaba a olerse la absorción de la escapada, un hecho tras el descenso de Capo Berta, a 35 kilómetros de la llegada, el cielo se abrió para iluminar un desenlace espectacular.

Nadie se movió en la Cipressa. Y el pelotón que a nueve de meta inició la subida al Poggio resultaba más nutrido que casi nunca a esas alturas de la prueba. Todos miraban a Sagan, con la deslumbrante ofensiva del eslovaco el año pasado en el recuerdo. Pero la táctica de su equipo, el Bora, consistió esta vez en lanzar por delante a compañeros del campeón mundial. Primero le tocó a Burghardt, contraatacado por Drucker (BMC). Y luego a Muhlberger, a por quien salió Nibali. El italiano le rebasó. Coronó con once segundos de renta sobre un pelotón en el que reinaban los marcajes y liderado en la bajada por Daniel Oss (Bora). Y resistió en el llano final el empuje de un Matteo Trentin (Mitchelton Scott) destacado del gran grupo, así como el postrero trabajo de FDJ y Quick Step. Cuando restaban 30 metros se vio ganador. Espacio suficiente para festejarlo.

1. Vincenzo Nibali (Bah. Merida) 7h18:43

2. Caleb Ewan (Mitchelton Scott)m.t.

3. Arnaud Démare (Groupama FDJ)m.t.

4. Alexander Kristoff (UAE)m.t.

5. Jurgen Roelandts (BMC)m.t.

6. Peter Sagan (Bora)m.t.

7. Michael Matthews (Sunweb)m.t.

8. Magnus Cort (Mitchelton Scott)m.t.

9. Sonny Colbrelli (Bahrain Merida)m.t.

10. Jasper Stuyven (Trek)m.t.

11. Michal Kwiatkowski (Sky)m.t.

12. Matti Breschel (Educ. First)m.t.

13. Christophe Laporte (Cofidis)m.t.

14. Sacha Modolo (Educ. First)m.t.

15. Marco Canola (Nippo Fantini)m.t.

“Hace falta tener un día perfecto para ganar una carrera impredecible como la Milán-San Remo. Lo he intentado en solitario y me he centrado en lo mío. Solo he mirado atrás a 100 metros de meta”.