Montoya, sin final
El patinador colombiano afincado en donostia no pasa el primer corte y se queda fuera de la lucha por un podio al que Javier Fernández es favorito
donostia - Con una sonrisa. Así acabó Felipe Montoya su actuación en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang y eso que el patinador artístico no logró la puntuación necesaria para pasar el corte y, por lo tanto, se quedó fuera de la final. El colombiano, afincado en Donostia, fue el primer deportista que saltó al hielo del Ice Arena de Gangneung. Vestido de un impoluto blanco, Montoya esperó a que sonara la música y comenzó con su programa corto. Las sensaciones eran buenas, los entrenamientos habían ido bien y apenas tenía los nervios propios de un debutante olímpico; pero pronto su actuación se torció. Falló en la primera combinación y en el triple-triple. Se desestabilizó e intentó recomponerse. La música seguía atronando un recinto, por lo demás, en silencio. Así que siguió patinando, pero más nervioso. El público lo notó y él lo sabía. Pero todavía quedaba todo el número por delante, así que volvió a intentarlo. Y se cayó. Se fue al suelo en otro triple-triple, en su intento de impresionar a los jueces. Se levantó al instante y los aficionados le animaron con un tímido aplauso. Aunque Montoya ya intuía que su estancia en los Juegos había acabado antes de lo deseado.
Con todo, el patinador se levantó y se marchó con una puntuación de 52,41 y la vigésimo novena posición. Era la primera nota de la mañana, pero Montoya ya se supo fuera de la final en la que se lucharían las medallas. “Tenía planeados unos saltos que estaban dentro de mis posibilidades y que estaba entrenando muy bien. De hecho, en las sesiones preparatorias, tuve bastantes aciertos y todo indicaba a que iba a hacer el programa limpio. Pero esto es deporte y a veces pasan estas cosas”, dijo Montoya, resignado, tras finalizar la prueba.
A pesar de ello, el deportista de Basque Team se mostró satisfecho con su actuación: “He disfrutado todo el programa, quitando los fallos que he tenido”. Porque Montoya no olvida que estar en los Juegos de Pyeongchang, su primera cita olímpica, ya era un premio: “Para mí ya era todo un regalo estar aquí y los regalos se disfrutan. Pero me hubiera gustado hacerlo como en los entrenamientos, aunque he disfrutado aquí mucho”, afirmó.
Ahora, el patinador artístico vuelve a la realidad y ya tiene en la mente su siguiente objetivo: el Mundial de patinaje sobre hielo de Italia, que tendrá lugar del 19 al 25 de marzo. “Estoy pendiente de intentar revalidar mi mínima para el programa corto para el Mundial, así, en el caso de que haya una plaza vacante, que es lo más probable, será para mí”. A pesar de todo, a sus 27 años, Montoya llegaba a los Juegos Olímpicos con muchas dudas sobre su futuro, con la incógnita de si intentar seguir mejorando sobre el hielo o colgar los patines. Unas dudas que continúan en su mente, a pesar de una participación olímpica de la que se va “con sensaciones encontradas”: “Luego descansaré y todavía no sé si dejarlo o continuar un año más”.
lanzado Felipe Montoya seguirá como espectador la lucha por las medallas con los ojos puestos en su compañero Javier Fernández, gran aspirante a todo en esta cita olímpica: “Queda la final y poder vivirla en directo, con la posibilidad de una medalla de Javi, que es mi amigo, es algo muy grande”. Fernández es el principal favorito al podio que se habrá dilucidado la pasada madrugada y ayer se notó que acudió al Ice Arena de Gangneung con muchas ganas de conseguir el título que le falta a su extenso currículo. Y es que Fernández deslumbró y solo fue superado por el japonés Yuzuru Hanyu.