El día del debut se ha hecho esperar, pero por fin ha llegado. Mikel Alonso (Urnieta, 1996) estrena hoy el maillot naranja de la Fundación Euskadi en la elite. Ganador del Torneo Lehendakari en 2017, el guipuzcoano ya sabe lo que es pedalear junto a los mejores. Lo hizo la pasada temporada, con la selección española sub’ 23, en el Gran Pemio Miguel Indurain de Estella y en la Vuelta a La Rioja. Aunque lo que le espera este mediodía en Murcia es otra cosa. Va a competir como un profesional más en un pelotón compartido con, entre otros, Alejandro Valverde o Philippe Gilbert. “He pasado nervios, envidia... Y ahora lo que siento es ilusión”, confiesa en la antesala del estreno.
Su sobresaliente papel en la anterior campaña le ha valido este invierno para dar el salto sin cambiar de estructura, continuando en la Fundación Euskadi. Pero el arranque de 2018 no se ha dado para el urnietarra de la forma esperada. “Iba a empezar en la Challenge de Mallorca y cogí una gripe. No corrí allí ni en Valencia. Menos mal que tengo gente alrededor que me ha tranquilizado”, asegura en alusión al director deportivo naranja Jorge Azanza y a Egoi Martínez, excliclista y actual agente. “En el equipo nos transmiten mucha confianza y serenidad. Y lo mismo me pasa a mí con el arranque de mis compañeros. Están ofreciendo un muy bien nivel, lo que me hace ver que yo también puedo darlo”.
pasando envidia Alonso confiesa que hubo días en los que prefirió no seguir por televisión la Volta a la Comunitat Valenciana. Por aquello de la envidia. “Habérmela perdido sí que puede ser para mí una espinita clavada”, reconoce en contraposición a sus recuerdos sobre la citada experiencia con los profesionales en 2017. “Disfruté y aprendí”, explica de dos carreras, Estella y La Rioja, que le depararon una retirada y una llegada fuera de control respectivamente. “En el Indurain me dijo el seleccionador que me parara después del primer puerto. Yo me encontraba bien, pero le hice caso. Había que guardar para el día siguiente”. Y fue entonces, al día siguiente, cuando Mikel asegura que pecó “de juvenil”. “Coroné una subida mal situado. Sin cortarme, pero mal situado. Se hizo un látigo en la bajada y nos quedamos atrás un grupo de 20. Me di cuenta de la importancia de la colocación. Y la víspera en Estella vi lo importante que es ir concentrado en el comienzo de las carreras profesionales. Hasta que no se forma la fuga, se va muy rápido”.
Resultados al margen, el ciclista de la Fundación Euskadi tuvo en aquellas pruebas, disputadas hace ya más de diez meses, unas “buenas sensaciones” a las que espera dar continuidad hoy en Murcia. “Aunque se va a hacer duro”, avisa. “Hay varios equipos del World Tour, el perfil es exigente, Valverde corre en casa, casi todo el mundo ha competido ya este año... Yo voy con ganas y con la idea de aprender. Es lo que nos transmiten en el equipo. Que, si se pueden obtener resultados, mejor que mejor. Pero que de lo que se trata ahora es de que crezcamos como ciclistas”. Los 208 kilómetros a los que se enfrenta Alonso desde las once de esta mañana incluyen una ascensión a Collado Bermejo, puerto de primera categoría coronado a 60 de meta y que apunta a efectuar una selección clave en el pelotón, con el líder local del Movistar siempre como favorito.
Tras la carrera de hoy (la televisión murciana, cuya web emite señal en directo, la ofrece desde las 14.30), Alonso competirá mañana en la Clásica de Almería. Después, su calendario le ofrecerá la posibilidad de correr en Alentejo (Portugal), de repetir el doblete Estella-La Rioja y de disputar la Vuelta a Castilla y León.