donostia - Asegarce apostó la semana pasada por dar un giro de timón en la delantera de la pareja formada por Víctor y Albisu. La causa: cinco derrotas consecutivas. El ezcarayense pagó los platos rotos y la operadora se plegó, otorgando su puesto y la confianza a Unai Laso, que llevaba unos meses a un grandísimo nivel. La empresa quiso cambiar el rumbo. Quiso un nuevo horizonte. La cuestión lidió con nubarrones cuando el primer examen es ante Jokin Altuna, grandilocuente, y Julen Martija, el zaguero revelación del Parejas.

El Astelena de Eibar no cambió el rictus de la combinación de la promotora vizcaina, sin la revolución que auguró la decisión rigurosa del pasado lunes, y todo sigue igual. El delantero de Bizkarreta Gerendiain, en su debut, no terminó de encontrar poso ni en el remate ni a la hora de mover el cuero, sin mejorar a Víctor; y Albisu, dominador, mandón, pegador, alternó pelotazos de gloria con una nómina de yerros extensa que le pasó factura. En medio, en el río revuelto, la sabiduría de Altuna III sacó tajada. Fue el mejor y desmontó cualquier conato de revolución. En un ejercicio de resistencia y enredo, el de Amezketa impulsó a su zaguero, serio, sobrio en defensa, para sumar su sexto triunfo en el Parejas. La cosa pinta bien: dominan la tabla y a falta de seis semanas de traqueteo les sirve con dos triunfos más para estar matemáticamente en las semifinales.

Ocurre que, ante la perspectiva de encontrarse en los cuadros alegres dos puntilleros a los que les va la marcha, Altuna III impuso su dominio desde los primeros compases y el duelo quedó desnortado. Una distancia de siete tantos (10-3) dejó el partido con poca salsa nada más aterrizar. Los errores de los azules -trece en total- salpimentaron la merienda colorada de un Jokin espumoso. Martija, dominado pero respondón, no se vino abajo en ningún momento.

Con el 13-5, hubo un intento de cambio de tono. Laso y Albisu entonaron el mismo guion: atacar a Martija. El de Etxeberri se defendió. En los mejores instantes de la cita, el navarro disfrutó en ataque y Jon Ander profundizó en la herida del de Sakana (13-10).

Y volvió a emerger Altuna III al rescate. No hay belleza en lo tibio. El alma del amezketarra recogió el guante. Un gancho lo cambió todo. La dinámica azul se fue al garete. Seis fallos les condenaron. Jokin sacó réditos en las arenas movedizas. Como siempre. Con galones. Los de Aspe, serios y tranquilos, son un examen duro.