Si algo se le puede achacar al conjunto guipuzcoano -que está compitiendo realmente bien, mejor incluso de lo esperado- es su candidez cuando se resuelven los partidos ajustados. No es casualidad que haya perdido casi todos. Es la consecuencia de una plantilla con poca experiencia en la elite, ya que apenas Henk Norel y Fede Van Lacke tienen un peso importante en la ACB. También debería tenerlo Daniel Clark, pero la irregularidad e inconsistencia van unidas a sus características como jugador. Mientras que Dani Pérez, Kenny Chery o Danny Agbelese tienen una experiencia muy limitada en la máxima categoría. Por no hablar de Joan Pardina, Miquel Salvó, Michael Fakuade o Xabi Oroz, que hasta este año había tenido una presencia casi testimonial en la ACB. Y esto se paga en una liga tan competitiva, en la que la experiencia y el saber jugar los momentos decisivos son casi tan importantes como la propia calidad de los jugadores.
18-2 en contra El disputado ayer en Badalona fue un duelo entre dos equipos llamados a estar en la zona media o baja de la clasificación, que aspiran a salvar la categoría porque ni sus economías ni sus plantillas dan a priori para mayores logros. Por ello, el choque tenía un valor importante. Ganar y que el rival directo no lo hiciera, ese era el objetivo del GBC para alcanzar el primer parón liguero en una situación óptima. Pese a la trascendencia del choque y al goloso premio en juego, el conjunto guipuzcoano empezó fatal. Fisac puso en liza un quinteto con mucho talento pero la apuesta no le salió bien. Chery, Swing y Salvó estuvieron desaparecidos y en tres minutos el marcador era ya de 11-0. Norel metió la primera canasta de su equipo y el técnico segoviano no tardó en mover el banquillo. De hecho, para el minuto seis había cambiado a todos los jugadores que habían empezado, y la segunda unidad respondió bien. Van Lacke, Pardina y Agbelese dieron solidez a la defensa y Clark puso la calidad en ataque. Así, el marcador pasó del 25-8 -que fue la máxima desventaja- al 25-12 al término del primer cuarto y de ahí al 25-21 gracias al acierto de Van Lacke y Clark.
El Delteco GBC había logrado algo importante, rehacerse a un comienzo tan malo como peligroso, y a partir de ahí estuvo siempre al acecho. Aunque en ningún momento llegó a ponerse por delante. El Joventut, sin dar la sensación de ser superior al conjunto guipuzcoano, llevó siempre la iniciativa. Cuando los visitantes se acercaban, el equipo de Diego Ocampo encontraba la manera de volver a abrir brecha, casi siempre de la mano del tiro exterior con protagonismo para Tomasz Gielo y el vizcaino Xabier López-Arostegui. El 40-36 al descanso dio paso a un arranque inspirado de tercer cuarto de Chery, que metió tres canastas seguidas para poner el 46-45. Sin embargo, luego desapareció, haciendo gala de una inconsistencia que empieza a resultar preocupante. El base canadiense es uno de los jugadores con más calidad de la plantilla, pero su irregularidad y su individualismo en ocasiones le impiden ser un jugador importante en la rotación, hasta el punto de estar por detrás de Dani Pérez en el puesto de base. Ayer, un día más, el equipo se sintió más cómodo con el catalán, que no mira tanto a canasta pero sí a sus compañeros.
Del citado 46-45 se pasó al 57-51 al término del tercer cuarto tras unos malos momentos del Delteco GBC, así que Fisac de nuevo recurrió a los Van Lacke, Agbelese y Dani Pérez para volver a dar solidez a su equipo. Menos talento pero más consistencia. Y de nuevo logró su objetivo, ya que el conjunto guipuzcoano se puso a uno (62-61) tras canastas de los tres jugadores. Quedaban seis minutos y parecía el momento de dar el golpe frente a un Joventut que no estaba cómodo. Fisac apostó entonces por dar paulatinamente entrada a los teóricos titulares como Swing y Norel, pero el escolta falló un lanzamiento, que vino seguido de una pérdida de Clark y de dos triples del Joventut, obra de Gielo y López-Arostegui, para poner el 68-61. Lo cierto es que ayer no fue el día de Swing, que falló todo y acabó con un significativo -11 de valoración.
70-67... y cuatro ataques errados Tocaba intentar otra vez la remontada a cinco minutos de la conclusión, tarea que lideró Norel con dos canastas que dieron de nuevo esperanzas al GBC: 70-67 a dos minutos y medio del final. Esperanzas que aumentaron cuando el Joventut falló el siguiente ataque y el propio Norel dispuso de dos tiros libres para apretar más el marcador. Pero el holandés, habitualmente un seguro de vida desde la personal (en los ocho primeros partidos había acertado 34 de los 40 tiros libres lanzados), erró los dos y dio paso a una caótica recta final de partido del GBC, que encajó el 72-67 y luego desperdició otros tres ataques: tapón de Jordan a Clark, pérdida de Norel y triple errado por el británico.
Tanto perdonaron los de Fisac que del 70-67 se pasó al 76-67 en un partido que pudieron ganar pero que acabaron perdiendo y además con un -9 que podría ser significativo en un hipotético empate a final de temporada. Todos los detalles cuentan en una ACB que llega a su primer parón con el Delteco GBC en una situación bastante cómoda -saca dos y tres victorias al Burgos y el Betis- pero que podría haber sido aún mejor si llega a evitar esos errores que cuestan partidos.