Donostia - El Gipuzkoa Basket está apurando al límite sus opciones de inscribirse en la Liga ACB, ya que el plazo para hacerlo acaba la medianoche de mañana sábado y aún no ha dado el paso de confirmar en los despachos el retorno a la máxima categoría. Le quedan, por tanto, menos de 48 horas para sellar un ascenso que en la cancha lo consiguió el pasado 21 de abril, es decir, hace prácticamente tres meses.

Desde entonces, las negociaciones entre la ACB, la Federación Española de Baloncesto (FEB) y el Consejo Superior de Deportes (CSD) han sido constantes y fructificaron la pasada semana, cuando se confirmaron de forma oficial las condiciones que tienen que cumplir tanto el Burgos -que ya ha confirmado su presencia en la máxima categoría- como el GBC para ingresar en la máxima categoría: presentar un presupuesto de dos millones de euros -verificable por la propia ACB- y pagar 400.000 euros -la cuarta parte del valor de participación de la ACB que asciende a 1,6 millones y se puede pagar en cuatro años-, condiciones bastante asequibles en comparación con las de otros años. Pese a ello, el Gipuzkoa Basket no tiene aún la garantía de que vaya a cubrir esta cantidad de dinero antes de la medianoche del 15 de julio, fecha límite para entrar a forma parte de la ACB.

El club presidido por Nekane Arzallus tiene asegurado algo menos de un millón de euros en ayudas institucionales (700.000 euros de la Diputación de Gipuzkoa y alrededor de 250.000 del Ayuntamiento de Donostia), así que debe conseguir aproximadamente 1.450.000 euros en recursos propios para costearse su presencia en la ACB. Estos recursos propios serían los derechos televisivos, los abonos y la recaudación en taquilla, las empresas colaboradoras y un patrocinador que dé nombre al equipo. Es precisamente la falta de sponsor lo que dificulta que el GBC llegue a una cantidad que siempre ha alcanzado en la ACB, ya que en sus nueve cursos en la máxima categoría su presupuesto mínimo fue de 2,6 millones.

Sin embargo, el GBC se ha convertido los últimos años en un club venido a menos y ahora le resulta difícil alcanzar incluso esa cifra, porque no sabe cuántos socios podría tener el próximo curso en ese hipotético retorno a la ACB y porque en estos casi tres meses desde el ascenso deportivo no ha podido atar aún un patrocinador con el que garantizarse una cantidad económica imprescindible para salir en la elite del baloncesto estatal.

DEUDA Y AMPLIACIÓN DE CAPITAL A esta situación inmediata hay que añadir varios aspectos que dificultan esa presencia en la ACB a corto-medio plazo. Uno es que, en caso de permanecer en la máxima categoría, durante las tres próximas temporadas el GBC tendría que pagar 400.000 euros anuales hasta completar los 1,6 que cuesta el valor de participación en la Liga. Por cierto que es una cantidad que la ACB devuelve al club en caso de descenso. Otro es su crítica situación económica, ya que el club guipuzcoano tiene una deuda reconocida de 2,9 millones de euros, por lo que no se puede permitir el lujo de seguir prolongando el déficit, cosa que sí hizo durante sus últimas cuatro campañas en la ACB.

Además, salvo un cambio en la normativa, el Gipuzkoa Basket tendría que acometer durante este próximo curso una importante ampliación de capital para permanecer en la máxima categoría. Ahora mismo, su capital total apenas es de 99.000 euros y el mínimo exigido a día de hoy para competir en la ACB es de 1,68 millones. Una cifra importante y que obligaría a un nuevo esfuerzo económico. Con todo, la intención del club es inscribirse en la ACB, aunque habrá que ver si consigue un patrocinador y puede cumplir un objetivo que tiene evidentes riesgos económicos dentro de un proyecto con las bases muy inestables.