Donostia - La final del Cuatro y Medio de Segunda cruzó dos estilos antagónicos. Dos caminos muy diferentes que buscaron una meta a la que solo uno podía llegar. El oficio de Erik Jaka y su trayectoria impoluta en el campeonato, contra la potente derecha de Darío Gómez y su constante supervivencia partido a partido, acostumbrado a verse cada semana con la espada de la eliminación sobre su cabeza, pero esquivándola casi a diario. Los antecedentes pusieron al lizartzarra como el gran favorito y, aunque este no paró de negarlo en la semana previa, en el partido se vio que los tiros iban bien encaminados. No hubo historia en la lucha por la txapela. Jaka demostró que ahora mismo es un pelotari mucho más hecho que su oponente y dominó todos los aspectos del juego. Además, no fue el día del riojano, que no pudo mostrar su chispa habitual con la derecha y se mostró demasiado errático a la hora de restar. La victoria del guipuzcoano se cerró con un 22-10 y dejó sin el ansiado premio a un Adarraga volcado con su pelotari.
Darío llegó a la final con el saque como principal amenaza y casualmente fue lo que le condenó. Jaka desniveló el partido con el disparo inicial, cosechó nueve tantos gracias a él y no dejó entrar en ritmo al riojano en ningún momento. Dos primeros tantos llenos de alternativas anticiparon un choque durísimo, pero la dureza solo aguantó en el principio. El lizartzarra empezó a sacar con violencia y Darío no encontró la forma de cambiar la tendencia. Ni cuando esperó, ni cuando atacó de aire. La iniciativa siempre fue de Jaka.
El marcador pronto dibujó el 12-2 y Jaka pudo vivir una final plácida. Darío trato de revolverse, pero ayer no fue su día y su mayor tacada no superó los tres tantos. Sin oposición en la cancha, Jaka por fin pudo hacerse con esa txapela tan perseguida y una plaza en la próxima edición del torneo de Primera.
Partido previo Joseba Ezkurdia y Mikel Larunbe ganaron el partido que abrió el festival a Víctor Esteban y David Merino (22-21). Los colorados comenzaron mandando en el partido, con el zaguero galdakoztarra superando en la primera parte del encuentro al guardaespaldas de Villar de la Torre. Sin embargo, Ezkurdia y Larunbe no pudieron romper definitivamente el choque, dieron vida a sus oponentes y se vieron condenados a jugársela todo a una bala. Con 21 iguales, Merino falló.