Síguenos en redes sociales:

A favor de corriente

Mano Urrutikoetxea arrolla a Altuna III en el inicio de la defensa de su título de la ‘jaula’

A favor de corriente

EIBAR - Mikel Urrutikoetxea es el actual campeón del Cuatro y Medio de la LEP.M y del de San Fermín y, en el inicio de la defensa del título, el globo no se pincha. El delantero de Zaratamo es un tipo con galones. Tiene seis años firmados con la empresa Asegarce, la Triple Corona, temple y juego para aburrir. El vizcaino es un tótem en las batallas individualistas. Pero tenía dudas a la hora de entrar en la jaula. Esas mariposas siempre aparecen antes del estreno. Las tienen los actores entre bambalinas mientras esperan que el telón se levante. Las tienen los escritores al ver el papel en blanco. Las tienen los toreros antes de pisar la arena. Las incertidumbres no son como los galones, van por dentro, se manifiestan en procesión como unas hormigas carnívoras que atacan el estómago. Esas nunca desaparecen. Ni con un palmarés como el de Mikel.

Las dudas se caen a golpes. Se esfuman cuando todo va de cara, como ayer en el Astelena: Jokin Altuna, dotadísimo, rayó en órbita extraña y el remate de Urrutikoetxea, en vena, se tradujo en un recital y un absoluto calvario. Fin de las dudas. Mikel mató a las hormigas en Eibar a garrotazos en un duelo sin excesiva historia, que comenzó sintiéndose rumboso y con ritmo, pero que finalizó soso por la falta de competitividad.

Si bien el zaratamoztarra, engalonado, con sensaciones de ser más que su contrincante en todos los aspectos, dominando de hito en hito las costuras del primer duelo de la liguilla de cuartos de final del Cuatro y Medio, remó a favor; Altuna III naufragó. Reconoció no haberse sentido cómodo, no le funcionaba el cuerpo. Día negro. Día fatal. Puede respirar, no obstante, el amezketarra: la liguilla le deja una segunda oportunidad de reengancharse a la pelea por acceder a las semifinales. Ante Víctor.

Así las cosas, Urrutikoetxea, precisamente, por el punto, la importancia de sumar en el descorche, la imponencia de su estado de juego y el buen manejo de pelota, empieza a poner su nombre a uno de los cuatro asientos de la siguiente fase. Queda mucha tela que cortar. El siguiente escollo será Iker Irribarria en el frontón Bizkaia de Bilbao, el sábado, en una reedición de la final del Manomanista, pero en la prisión del Cuatro y Medio. Hasta el momento, el zurdo de Arama ha solventado dos partidos como un superviviente y no se le ve cómodo en esta distancia. Pero gana.

Urrutikoetxea aterrizó ayer en Eibar con el aroma a cita importante. Y no se arrugó. Comenzó con un tanto de saque, suerte en la que levantó cuatro cartones, y el duelo se precipitó en un abismo de ritmo. En los primeros compases se vio lo mejor. Sobre todo, en el soberbio 4-2, que fue una parada al txoko de Altuna III en un intercambio dirimido a toda velocidad. Se acercó el amezketarra al vizcaino con el único fallo del colorado, una cortada a la chapa, y devolvió el regalo con un dos paredes errático.

Y Urrutikoetxea se estiró, puso sus piernas largas al servicio de su ambición. Con el saque-remate hizo un roto al pelotari amezketarra, la ambición al ir al aire le volvió loco, y las cortadas con peso y velocidad a bote desmontaron el objetivo de Jokin Altuna de estar lo más cerca posible del frontis. Un guion perfecto. El campeón dio una imagen imperial, de dominio absoluto. La emoción desapareció -11-3, 20-4 y 22-7-. Las dudas de Mikel, también. Y a Altuna le toca seguir luchando. Madera tiene.