Bilbao - 1,78 segundos. Ni una centésima más. La ventaja de Bermeo en la Bandera de La Concha con respecto a Hondarribia es como un pestañeo. El desgaste dejado en la bahía donostiarra no dio para más y todo está por decidir.

En la Bou Bizkaia son optimistas. Un triunfo es un triunfo y eso es lo que vale. “Fuimos a contrarreloj, a sensaciones, fue una regata muy completa y ya habíamos hablado antes que tenía que ser como una prueba de ergómetro y así fue”, explica Gorka Aranberri.

Hacerse con la victoria final será una tarea dura y los bermeotarras lo saben. Sus remeros sufrieron en la primera jornada un duro palo inicial que supieron gestionar con entereza: “Fue una regata muy dura. Tanto para Hondarribia como para nosotros. Las dos tandas fueron calcadas. Los dos botes a priori favoritos nos quedamos atrás y tuvimos que remontar. Fue un poco de cabeza”, destaca Aranberri.

El pistoletazo de salida estuvo muy marcado por el sorteo de calles. “Al principio pedía la tres o la cuatro, luego se vio que la una y la dos salían muy bien. A la ida sí que sufrimos, más de lo que yo creía”, comenta el patrón zarauztarra, que deja claro que no hay excusas en la cita donostiarra: “Para ganar La Concha tienes hacer todo bien. En la calle que te toque y en la tanda que te toque”.

La reacción Le costó arrancar a Bermeo, aunque su potencia no tardó en hacerse ver. En la segunda tanda, Zierbena, Tirán y Donostiarra quedaron atrás y una vez realizada la maniobra, los bermeotarras tuvieron todo el campo de regatas para ellos. Situación ventajosa, pero extraña a la vez. “Al final te tienes que hacer. Nos tocó así. El jueves anterior nadie quería la segunda tanda y estando cuatro favoritos de la liga y nosotros solos, sin menospreciar al resto que hicieron un regatón, y hasta mitad de la regata Zierbena fue una referencia muy buena”, declara el guipuzcoano.

Esta situación obligó a Urdaibai a afrontar la disputa con una estrategia diferente a la habitual. Sin embargo, salieron del paso con entereza: “Sabíamos lo que teníamos que hacer, que somos rápidos, y haciendo lo nuestro éramos capaces de estar en la pelea”.

Si a la ida le tocó sufrir, a la vuelta Bermeo logró recuperarse. La Ama Guadalupekoa se marchó hasta los cinco segundos en su mejor momento, pero los bermeotarras, sin referencias de la tanda anterior hasta bien pasada la mitad del largo, mantuvieron el ritmo y culminaron su remontada tras la isla. “Dentro ya aprovechamos la ola y con ella lo importante es no perderla e intentar llegar hasta meta. Ahí el GPS marcaba cuatro segundos, pero no creo que fuera tanto. 1,78 segundos no es nada, pero demostramos que somos superiores y capaces de ganar a un gran Hondarribia”, apostilla el patrón de la Bou Bizkaia.

Urdaibai no pudo rematar la faena y con la meta palpándose casi con la punta de los dedos, los segundos cayeron de golpe hasta dejar todo en un pañuelo. “En los últimos cincuenta metros igual nos metimos en el agujero y Hondarribia estaba encima. No se nos hizo larga. En las regatas pasa eso. Unos cogen otros pierden y es la mar quién te manda”.

La igualdad es la tónica. Bermeo y Hondarribia están condenados a toparse cada fin de semana y las victorias están carísimas. Sería extraño que cambiara la historia mañana: “Tenemos ventaja, pero no se puede ir con ese colchón porque no es diferencia. Habrá que hacer una regata buenísima para ganar La Concha y estamos como el año pasado. Aunque esta vez espero que no se repita lo de la temporada pasada y se quede la bandera en Bermeo”.