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No hay otra batalla igual

PRIMERA JORNADA DE LA BANDERA DE LA CONCHA Urdaibai y Hondarribia se vuelven a citar por el título el segundo domingo con una diferencia exigua, con San Juan como acompañante

No hay otra batalla igualJosé Mari Martinez

DONOSTIA - Son dos titanes, dominadores absolutos de su deporte y están sobradamente preparados para protagonizar, dentro de seis días, la que puede convertirse en una de las mejores regatas de La Concha que se recuerdan. Alicientes no les va a faltar a Urdaibai y Hondarribia, acaparadores de todo lo remado en los últimos tres años. El pasado, el presente y el futuro se subirán el próximo domingo a las tostas de la Ama Guadalupekoa y de la Bou Bizkaia, con un margen de un segundo y 78 centésimas, y un mundo de distancia entre estos dos transatlánticos y el resto de aspirantes.

Sin verse las caras, subieron satisfechos la rampa, citándose para la épica. Una batalla de honor en la que contarán con la compañía de Kaiku y San Juan, fruto de una primera jornada que estuvo repleta de emoción, buenas marcas y, también, alguna que otra polémica.

Se retrasó la oficialización de los tiempos de las victorias de Hondarribia y Urdaibai en la primera y segunda tanda, respectivamente. La zona de jueces se convirtió en punto de encuentro de presidentes, delegados y periodistas, expectantes ante las protestas de Urdaibai y Orio. Finalmente, sin reclamaciones formales por medio, se validaron los cronos y la bandera volvió a poner su reloj en marcha. El reloj del Ayuntamiento retomó la cuenta atrás. Las doce del mediodía del próximo domingo se atisba cercana, pero los remeros ya lo dicen, y los aficionados vaya si lo notan, la semana decisiva de La Concha se pasa lenta, muy lenta.

Es la regata más prestigiosa del Cantábrico y, por ello, aquí el más mínimo detalle marca la diferencia. Un poco de viento, una baga bien aprovechada... O una maniobra al límite puede meterte en la batalla o sacarte de la remada y de la regata sin tiempo para la reacción. Esto último le sucedió a Orio. La San Nikolas ofreció su mejor nivel en el largo de ida de la tanda inicial, remando a la par que Kaiku sin olvidar la corta estela que dejaba Hondarribia. Los cinco segundos en la ciaboga lo atestiguan. Pintaba de color rosa la regata para los aguiluchos, dispuestos a pelear por ser los segundos de la serie y, previsiblemente, los terceros tras la jornada. Mantener su sitio en la tanda de honor y finalizar como el mejor de la otra liga se antojaba como un buen botín para Orio. Pero las esperanzas se le truncaron entre el minuto doce y catorce de regata.

La buena remada se marchó de la trainera amarilla cuando vio llegar por babor a Kaiku. Según esgrimieron después los aguiluchos, la Bizkaitarra se tiró hacia su calle tras la maniobra y, con el catamarán de los jueces por medio para evitar riesgos mayores, la situación alteró lo suficiente su concentración en la palada como para que perdieran siete segundos en solo minuto y medio. Orio pasó a verlo negro, y San Juan, del color que pinta su trainera. Porque la Erreka había perdido mucha distancia en la ida, en una “calle que era una condena” para partir, según explicó su técnico, Joseba Fernández. Hasta 15 segundos en el ecuador con respecto a Hondarribia; nueve de desventaja sobre Orio. Sin embargo, los sanjuandarras nunca claudican y a rebufo del camino que dejaba Hondarribia por la imaginaria calle 5, completaron la remontada. Les faltaban entonces tres minutos para finalizar el trabajo, algo menos a Hondarribia.

Los verdes centraron en tres puntos su triunfo en la serie. En los dos minutos anteriores y posteriores a la ciaboga, y en el sprint final pasada la isla. Realizó una entrada a meta memorable. Veloz y técnica. Se percibió al instante y se constató 19 minutos después. Porque le tocó esperar a Hondarribia. También a San Juan y Orio, que llegaron tercero y cuarto a meta, a 21 y 24 segundos del ganador, respectivamente.

contrarreloj de urdaibai Tuvieron que aguardar los tres botes guipuzcoanos a la segunda tanda. Urdaibai, como se esperaba, realizó una contrarreloj. Ni Zierbena, que salió mejor, ni Tirán aguantaron el ritmo de los txos. Los de Jon Salsamendi solo miraban a su patrón, Gorka Aranberri, que les fue cantando referencias negativas en la ida, de hasta cinco segundos, casualmente la misma diferencia que logró la Bou Bizkaia en el minuto 17, esta vez a su favor, después de una notable remontada. El GPS, que disgustó al presidente bermeotarra, avecinaba un golpe sobre la mesa de color azul, pero el crono no se olvidó del final explosivo de Hondarribia y restó la desventaja verde al 1.78 segundos.

Donostiarra remó junto a los txos, y se quedó a menos de un minuto. 58 segundos que fueron sudados, bien trabajados en una regata tan complicada como la de ayer, con los nervios de un bote por tirar hacia delante, y la intención de la Torrekua de engancharse a los perseguidores. Solo diez segundos le separaron de Tirán en la ciaboga, pero vio escapar a la Mar do Con en la vuelta, quedando a 23 segundos de su más inmediato rival.

El color de la bandera de La Concha pasó de verde a azul, para acabar con la de a cuadros. La que marca la conclusión de una carrera, que ayer fue a contrarreloj, y que no deparó resultados finales. Únicamente determinó quiénes lucharán por qué. Hondarribia y Urdaibai pugnarán por el título y la gloria; San Juan y Orio, por el cuarto puesto, y si Kaiku se despista, por entrar al podio; y Donostiarra, por bajar las diferencias y hacer el mejor papel posible en la regata que decidirá quién ondea la Bandera de La Concha número 120. Puede ser la más reñida y disputada de los últimos años en la bahía de los sueños. Urdaibai y Hondarribia. 1.78 segundos. Un suspiro que quita el hipo.