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Trihas Gebre: motor etíope, corazón donostiarra

atletismo afincada desde hace cinco años en la capital guipuzcoana, la fondista prepara los 10.000 metros de río antes de empezar a acercarse al maratón en 2017

Trihas Gebre: motor etíope, corazón donostiarra

donostia - Ahora hace seis años, en verano de 2010, Trihas Gebre no podía imaginar ninguno de los cambios que su ha vida ha experimentado desde entonces. El principal está en su pasaporte, ahora de nacionalidad española, y no etíope. “Me considero donostiarra”, dice cuando se le pregunta por la pronunciación correcta de su nombre. “Trajás”, responde, con una jota más bien suave. Y luego añade: “Trajás Maitetxu”. Es el apelativo cariñoso con el que muchos le conocen en el mundillo del atletismo guipuzcoano, prueba ineludible de que su integración ha resultado total.

La historia de esta fondista nacida en Wukro (Etiopía) el 29 de abril de 1990 es bien conocida en el territorio a estas alturas. Vino en 2010 con unos entonces compatriotas para correr la Behobia. Fue segunda tras un contratiempo en la salida que le obligó a correr sorteando atletas populares durante todo el trazado. Conoció aquí a un joven guipuzcoano con el que entabló una relación sentimental. Y regresó en 2011, tanto para afincarse en Donostia como para quitarse la espina en la mencionada prueba, ganando en el Boulevard y estableciendo un nuevo récord con un registro de 1h08:07. Establecida como pareja de hecho con Aitzol, obtuvo la nacionalidad española en 2014, sin tiempo para estar en el Europeo al aire libre de verano, pero sí para estrenar internacionalidad en el de cross, en diciembre.

Dentro de un mes disfrutará de sus primeros Juegos Olímpicos, un logro que se aseguró el pasado abril proclamándose campeona de España de 10.000 metros. La mínima ya la tenía desde un año antes, cuando se impuso en la prueba de la Copa de Europa disputada en Cagliari (Italia), con un registro (32:14) que clavó en el reciente Estatal. “Mi entrenador (Ricardo Jiménez) dice que puedo hacer una marca de en torno a 31:40”, asegura Gebre acerca de un objetivo que puede verse lejano atendiendo a sus últimos cronos, sensación que ella se encarga de matizar. “En la prueba de Italia corrimos con mucho calor, 40 grados. Y en el Campeonato de España no había muchas participantes con las que competir, y además sufrí algo de flato hasta el octavo kilómetro”, explica Trihas, cuya plusmarca en la distancia data de 2013 (32:03 en Ostrava, en la República Checa).

un ritmo intermedio La corredora donostiarra de adopción se expresa con un castellano más que correcto, aunque a veces le cuesta encontrar las palabras adecuadas y utiliza términos sencillos que parecen convertir un 10.000 olímpico en una carrera popular cualquiera. “En los primeros cinco kilómetros iré un poco despacio, y luego empezaré a correr más”, analiza cuando es cuestionada por la táctica de carrera a seguir. Se nota, en cualquier caso, que está bien adoctrinada por su preparador, un Ricardo Jiménez que se extiende en mayor medida. “Ella sabe a qué ritmos no puede ir, por rápidos, y también sabe qué ritmos, por lentos, no le interesan. Trihas es una atleta con mucho fondo, estimamos que con futuro en el maratón, así que le interesa una carrera de ritmo intermedio y sostenido”, indica el entrenador, quien estimaría ideal arrancar con parciales que proyectaran la marca que puede considerarse objetivo, 31:40.

La táctica de carrera cobra mucha importancia estando Gebre de por medio, una corredora impulsiva y a veces excesivamente generosa en competición. Jiménez confía en que, si el ritmo de salida es alto, su pupila sepa esperar e incluso dejar marchar a las corredoras de cabeza. Y también confía en que Trihas sea paciente si la cosa marcha lenta. “Cuando ha sido capaz de tener sangre fría y dejar hacer, luego ha demostrado poder imprimir un ritmo muy selectivo, sin desgaste previo. Lo ideal sería que la carrera saliera a ritmo de ese 31:40, y que ella vaya agazapada en el grupo. Pero también es cierto que si el ritmo es menor, quizás llegue un momento en el que Trihas deba asumir cierta responsabilidad. Eso sí, nunca desde la primera vuelta”, expone Ricardo Jiménez.

A estas alturas de la preparación, los entrenamientos de la donostiarra tienen como objetivo trabajar ya el ritmo de competición, con sesiones de calidad salpicadas por unos tests competitivos cuyo principal exponente será el Europeo de esta semana en Amsterdam (compite el miércoles en la prueba de los 10.000 metros, que dará comienzo a las 18.55 horas). Tras el mismo quedarán cinco semanas para la gran cita, el viernes 12 de agosto a las 11.20 horas en Brasil, las cuatro de la tarde en Euskadi. “Creo que en agosto no hace mucho calor allí, pero tampoco me parece un horario muy razonable para una carrera de 10.000 metros”, reflexiona Jiménez, sabedor de que las pruebas de largo aliento, al menos en lo que respecta a las finales, se suelen programar en la sesión vespertina.

“lo mejor posible” Gebre no concede mucha importancia al hecho de competir por la mañana, y ríe abiertamente cuando se le pregunta por sus metas en Brasil, consciente del elenco de rivales al que deberá enfrentarse. “Será una carrera muy difícil, de mucho nivel”, señala la donostiarra, cuyos registros y los del resto de atletas convierten en utópico soñar con pelear una hazaña en forma de medalla. “Para todo hay una primera vez. Estos son mis primeros Juegos, y yo trataré de hacerlo lo mejor posible”.

Asegura Gebre que en Brasil vivirá su “primera” experiencia olímpica. La pregunta es si habrá alguna más. Su entrenador reconoce que la atleta “tiene dudas” sobre si alcanzará el final del próximo ciclo de cuatro años “al máximo nivel”, pero, en previsión de que esto ocurra, la hoja de ruta está marcada: adiós a la pista y hola al asfalto. Los análisis médicos y físicos a los que se somete periódicamente Trihas hablan de una deportista de mucho fondo, preparada para afrontar distancias largas ya alejadas del tartán. Se acerca el momento de poner rumbo al maratón.