El pelotari navarro se lesionó al golpear una pelota en el 11-10 y aguantó hasta el 16-10, cuando tuvo que retirarse definitivamente. Así pues, la txapela ha sido para Urrutikoetxea y Olaizola II. Hasta el momento del duro golpe en el dedo, la final estaba siendo muy emocionante, con un duelo igualado sin dueño que todavía no se había decidido.