Idoate ha tenido tiempo para pensar bien las cosas, analizar la situación y entender perfectamente a lo que se enfrenta. “De cabeza estoy bien. Vas pensando poco a poco y te das cuenta de cómo son las cosas. Sigo buscando soluciones, pero voy asimilando la situación. Cuando una lesión es a largo plazo, las cosas cambian, la mentalidad también y te tomas las cosas con más calma. Han pasado muchos meses y el tiempo te va curando todo”, declara. Es la aceptación del deportista ante una lesión de larga duración. Comprender que el ansia no ayuda a una rápida recuperación. Sin embargo, el navarro no siempre ha estado bien. Momentos duros ha habido, principalmente, al ver que nada funcionaba: “Muchas veces es frustrante, sobre todo al principio. Empiezas, quieres jugar, ves que van pasando los meses y que el tren al final se va yendo. Se hace duro, eso no hay que negarlo”.
Una vez descartadas las soluciones habituales, Idoate tiene sobre la mesa la opción de realizar una operación novedosa en el campo de la pelota. La intervención consiste en quitar un cacho de grasa del pie y ponerlo en la mano para que ejerza de almohadilla. Esta es una de las últimas opciones para el de La Txantrea, que a pesar de eso no las tiene todas consigo: “La decisión todavía no se ha tomado, pero no creo que me opere. El médico que me lo propuso es muy bueno, pero esta intervención no es solo para hacer vida normal. Hay que dar a la pelota, competir en profesionales y entrenar mucho. Además, esta es una operación que no se ha hecho nunca y ser el primero da cosa”.
Ante todo, Idoate es un luchador. Guerrero en la cancha y fuera de ella. Siempre mirando hacia delante, sin rendirse nunca. Ese es su leitmotiv y lo aplica ahora cuando el futuro es más oscuro. “Sigo entrenando y siempre que puedo voy al frontón para ver cómo está la mano. Acabó con dolores y una molestia extraña. Me duele bastante, pero sigo haciéndolo porque es lo que he hecho siempre, lo que me gusta y seguiré hasta que pueda”, afirma.
Planes alternativos En toda esta recuperación, Idoate ha contado con el apoyo de la gente. La lesión no le ha mandado al ostracismo y los mensajes de ánimo se han convertido en costumbre para él. “Que se acuerden de ti un año y medio después hace ilusión. El cariño que he sentido es increíble. Gente de la calle, compañeros, periodistas... no tengo palabras para agradecer el apoyo que me ha ofrecido todo el mundo”, comenta.
Su contrato con Asegarce se termina en abril y el futuro es incierto. “La empresa siempre se ha portado bien conmigo y le tengo que agradecer mucho porque ha sido un apoyo muy importante en este año y medio. No hemos hablado nada, pero seguro que nos entendemos”, afirma.
La lesión le ha obligado a tomar decisiones prematuras sobre los años venideros. El txantrearra está licenciado en Derecho, pero mira más allá. A un abanico de ramas que se le abren antes de tiempo fuera de los frontones: “Lo primero es la pelota, aunque la cosa no pinta como yo quisiera. Luego, siempre he sido una persona bastante emprendedora y quisiera involucrarme en un proyecto que me interesara. También me gusta la comunicación. Ahora no tengo nada, pero sí que me gustaría seguir ligado a este mundo”.
La vuelta a los frontones es más improbable a medida que pasan los días, pero Idoate mira con optimismo al futuro y, al igual que en la cancha, se dejará la piel para encontrar la mejor opción.