Del sueño de ser madre a la ilusión de poder serlo. En nuestro entorno, cerca del 22% de las parejas en edad fértil tienen problemas de esterilidad. Las principales causas las encontramos en el retraso de la edad de acceso a la maternidad en las mujeres y en el descenso de la calidad del semen en los hombres. Por ello, como señala la doctora Miren Mandiola, directora del laboratorio de reproducción asistida de Hospital Quirón Donostia, "el porcentaje de parejas estériles se ha duplicado en los últimos veinte años". Y es que la edad media de las mujeres que acuden a la unidad es de 38 años, cuando "la fertilidad comienza a disminuir a partir de los 30", indica el doctor Koldo Carbonero, jefe de la Unidad de Reproducción Asistida Quirón Donostia, "y cae en picado a los 36-37 años". A partir de esa edad, muchas mujeres deben recurrir al programa de donación de óvulos, un tratamiento cada vez más aplicado y que tiene unas tasas de éxito del 65% por intento.
Más de un año intentándolo. Si no tenéis problemas de salud y no habéis conseguido un embarazo mediante reproducción natural tras un año en el que habéis mantenido relaciones sexuales no protegidas, es aconsejable someterse a una evaluación. Como en el proceso reproductivo participan generalmente dos personas, debéis considerar un estudio de fertilidad de la pareja, pues la probabilidad de que el motivo de la infertilidad esté en uno o en los dos es similar.
¿En qué consiste una evaluación diagnóstica de la pareja con deseo gestacional? El primer paso es revisar el historial médico sin olvidar los aspectos psicológicos. A continuación, se procede al estudio seminal básico, o seminograma, un procedimiento poco costoso, rápido e indoloro y que puede dar la clave del problema. En ocasiones, un análisis seminal alterado exige la realización de estudios adicionales de niveles hormonales, pruebas radiológicas, test genéticos y otras valoraciones andrológicas y urológicas.
El tercer paso sería el estudio de la mujer, que incluye el registro de los ciclos menstruales, análisis hormonales, diversas serologías de enfermedades infecciosas e, incluso, algunos exámenes genéticos.
Y, para terminar, el estudio del aparato genital femenino (útero, trompas de Falopio y vagina), mediante ecografía transvaginal. En ocasiones, según los resultados previos, se realizan ecografías de contraste para comprobar la permeabilidad de las trompas.
No olvidemos que algunas anomalías uterinas o de las trompas requieren ser abordadas con más profundidad mediante exploraciones como la histeroscopia, la resonancia magnética y, en ocasiones, con laparoscopia o cirugía convencional, en las que a veces se puede llegar a diagnosticar, y a la vez solucionar, la causa de la esterilidad.
Una vez completado el estudio de la pareja, se llega a un diagnóstico y se propone realizar un tratamiento entre la inseminación artificial con semen conyugal o de donante, fecundación in Vitro (FIV), FIV con microinyección intracitoplasmática (ICSI) y recepción de óvulos.