DONOSTIA - En la foto oficial de toda la plantilla que el Belkin tiene colgada en su página web, el que posa abajo a la izquierda con los brazos cruzados a la altura del abdomen es Juanma Garate, el último ciclista vasco que ha logrado ganar al menos una etapa en cada una de las tres grandes cuando se elevó sobre la luna ciclista, el Ventoux, en la tarde calurosa de julio de 2009. Convertido en los últimos años en protector de Freire en el Rabobank y capitán de ruta de la selección española en el Mundial, Garate, 37 años, apalabró durante la pasada Vuelta a España su renovación con el equipo holandés, que estimaba su aportación al grupo, su función pedagógica con los chicos jóvenes que llegaban al equipo sin saber muy bien por dónde les daba el aire. Pues bien, de esa foto colectiva de la primera concentración del equipo en invierno, el único que no ha debutado aún esta temporada es el guipuzcoano, que ayer se encontraba en Holanda delante de una jueza explicando su versión sobre un caso en el que se decide su futuro. Si sigue en el Belkin o se queda sin equipo. Si sigue siendo ciclista, o no.

La cuestión ha quedado resumida a eso, a una decisión judicial en la que una de las opciones es que el Belkin se vea obligado a autorenovar el contrato que Garate tenía la temporada pasada y la otra, que se rompa una relación que comenzó en 2009. No hay una posibilidad intermedia que pueda solucionar el conflicto.

En realidad, el desencuentro nace de una cláusula del contrato vinculada a la seguridad social y el finiquito -Garate quiso poner coto a los rumores asegurando que ni tenía que ver con el salario ni con el dopaje- que ambas partes habían apalabrado que correría a cargo del equipo. Sin embargo, a la hora de cerrar el acuerdo Garate comprobó que, en dos ocasiones, en el contrato figuraba que esos gastos sociales corrían de su cargo. Se negó a firmar ese documento porque entendía que no era lo pactado.

El Belkin, en cambio, no varió su postura y así llevan estos meses en los que el enfrentamiento se ha ido alargando en el tiempo mientras la temporada empezaba sin Garate, que no se ha estrenado aún pero vive y entrena como si fuera a tener que hacerlo mañana si la jueza entendiese que su contrato debe ser autorenovado. También puede ocurrir lo contrario, que la decisión desligue al equipo holandés de todo compromiso con el corredor. En ese caso, Garate, que lleva trece temporadas como profesional en las que, además de victorias en las tres grandes, ha brillado en el Giro de Italia donde luchó y estuvo cerca del podio -cuarto en 2002, quinto en 2005 y séptimo en 2006-, se quedaría sin equipo, lo que, casi con certeza, supondría su retirada.