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El hombre de los brazos de oro

Zabaleta deslumbra al fin de la primera vuelta del Parejas con siete tantos "Estos últimos partidos, como ya nos veíamos fuera, hemos salido más tranquilos"

El hombre de los brazos de oroFoto: javi colmenero

donostia. Se abrazó Otto Preminger al jazz, al barrio y a Frank Sinatra para abundar sobre los problemas de la reinserción, de encontrar vida tras un pasado entre la niebla. Lo llamó el hombre del brazo de oro, en honor a la novela de Nelson Aldren en la que se basaba, burló los problemas de la censura y Sinatra ganó el Oscar. En ella, La Voz hacía de percusionista en blanco y negro. Como José Javier Zabaleta, pura dinamita. El de Etxarren tiene dos brazos dorados y dos manos con chispa. Está fuera de lo normal, más divino que terrenal. Es una fuerza de la naturaleza. Un cañón. Él es el hombre de los brazos de oro. Percusionista en el frontón, estaba ahogado por las presiones de un pasado cercano que atormenta al zaguero y a Joseba Ezkurdia, por sus cinco derrotas consecutivas. "Llevábamos cinco derrotas seguidas e íbamos con un poco de miedo a los partidos. Ahora toca seguir trabajando", revelaba tras el encuentro el zaguero campeón el curso pasado junto a Juan Martínez de Irujo.

Aritz Begino, quien anunciaba días anteriores que si Zabaleta jugaba bien, lo iban a tener muy "complicado", fue la víctima. Aterrizaba como líder imbatido Aimar Olaizola, pero en compañía del de Autza por la lesión de Aretxabaleta, y acabó trasquilado por la forma de pegar del joven guardaespaldas de Aspe. El futuro es suyo. Deslumbró con la derecha y con la izquierda. "Intentamos buscar la zurda de Aritz. Joseba también estuvo muy valiente con la volea", concreta Zabaleta. Y acabó siete tantos frente a un Begino que estuvo a buen nivel, pero acabó bombardeado. Fue una escabechina basada en la pegada del zaguero, que está creciendo durante este campeonato. Ya el curso pasado abonó su primer gran Parejas con actuaciones de gran nivel, pero ayudado por un Martínez de Irujo que fue el mejor pelotari del torneo. El de Ibero seleccionaba pelotas y quitaba trabajo a José, merced a su potencia de aire. Pero, en un año en el que el verano fue difícil, la versión de Zabaleta ha crecido enteros: empezó con muy mal pie el Parejas ante Merino II (ocho errores), otro de los nombres propios de la primera vuelta del torneo y sus prestaciones han aumentado conforme ganaba confianza. No tanto Ezkurdia, que no termina de cerrar el remate a pesar de encontrarse con pelota servida. Aun así, no le hizo falta contra el líder. Cuando el partido anunciaba batalla y había que sellar el triunfo para no despedirse del Labrit con derrota y casi de las semifinales del Parejas, Zabaleta no experimentó y tomó la directa: dos rebotes. El fin. Los brazos de oro. "Viendo cómo defiende Aimar adelante y cómo estaba defendiendo Aritz de aire y delante, estaba complicado acabar el tanto ahí. Había que darlo todo en esos dos pelotazos", cuenta. Besaron el rebote. Y el público se fundió con los de Sakana.

Con dos puntos en su casillero, Ezkurdia y Zabaleta se encuentran cerrando la clasificación del Parejas, pero las sensaciones cada vez son mejores. Van para arriba. Aislados con un punto menos que las cinco parejas que parece que se van a repartir las dos plazas que no copan ni Olaizola II-Aretxabaleta ni Irujo-Barriola, todo indica que darán muchísima guerra. Son dos pelotaris de pura potencia. Dos martillos. Zabaleta, en cualquier postura, y Ezkurdia, con la volea sobre todo. "Estos últimos partidos, como ya nos veíamos fuera, hemos salido más tranquilos, a hacer lo nuestro y si se puede, ganar". El Dorado.