Donostia. Si el derbi era el partido ideal para que el nuevo Gipuzkoa Basket despegara, se podría decir que el equipo de Sito Alonso está ahora mismo bastantes metros por encima del suelo, más cerca del cielo que del asfalto. El inicio de la temporada está siendo un vaivén de emociones y si hace dos semanas, tras la derrota ante el Joventut, las sensaciones eran de dudas y preocupación, ahora mismo, tras el buen partido en el Palau y el triunfo de ayer, el conjunto guipuzcoano destila ilusión, optimismo y buen rollo. Porque una victoria en el derbi vale extra, y más si viene tras un partidazo como el que hizo ayer el GBC, que se empleó con una intensidad brutal y con un acierto destacable durante muchas fases del encuentro para desarbolar al Bilbao Basket y derrotarlo por 83-71.

El partido tenía su miga. Llegaba un rival muy necesitado y a priori superior, al que solo la victoria le valía. Un equipo, además, veterano y que sabe emplearse con dureza y agresividad si hace falta. El Gipuzkoa Basket tenía que hacerse fuerte en casa y demostrar de qué pasta está hecho. Pues bien, los hombres de Sito no solo no se quedaron atrás en actitud y lucha, sino que arrollaron a los jugadores que tenían enfrente con un ritmo, una intensidad, una garra y un acierto tremendos en los primeros 20 minutos, que luego fueron catalogados como "los mejores desde que estoy aquí" por parte de Sito. Quizás sea mucho decir, pero fueron dos cuartos brillantes. El GBC fue un rodillo, generoso en su esfuerzo atrás y dinámico en ataque hasta marear al rival. El 50-34 al descanso lo decía todo.

conexión salgado-hanley Resulta difícil poner un pero a cualquiera de los jugadores que saltaron ayer a la cancha con la camiseta del GBC. Todos exprimieron sus virtudes por el bien del grupo. En el primer cuarto, Ramsdell y Winchester, dos de los que más dudas estaban creando, anotaron de tres y dieron aire al equipo. En el segundo, surgió una conexión que puede dar grandes beneficios entre Salgado y Hanley. La velocidad del ala-pívot para moverse en la zona fue un quebradero de cabeza para la defensa del Bilbao Basket y anotó diez puntos en ese segundo cuarto, ocho de ellos tras asistencia de Salgado. Puede que físicamente esté justo para la ACB, pero su inteligencia le permitirá jugar hasta que quiera. Es probable que en Bizkaia se pregunten por qué su mejor jugador es el capitán del vecino y no sigue formando parte de su plantilla.

El descanso dio paso a un partido mucho menos cómodo para el GBC. Algo esperable, por otra parte, porque al Bilbao Basket no le quedaba otra que apretarse los machos para intentar la remontada y ganar su primer partido del curso. En ese terreno árido, duro, difícil, asomaron con fuerza dos nombres: Raúl Neto y Jason Robinson. El base mantuvo el elevado ritmo del equipo con un altísimo nivel defensivo, varios contraataques y una canasta a aro pasado tras penetración que mantuvo la renta (56-42). Cuando el Bilbao Basket frenó al brasileño, le tomó el relevo Robinson, que ya no soltó el mando del partido hasta el final. Con el alero estadounidense, el equipo de Sito tiene un líder, y eso es mucho decir. Hace de todo, y todo bien. Dejó a Mumbrú, uno de los jugadores más en forma de la ACB, en once puntos y nueve de valoración, mientras él acababa el choque con 18 puntos, cuatro rebotes, cuatro asistencias y 21 de valoración. Añade a su clase innata una capacidad para tomar la responsabilidad en momentos delicados que resulta impagable, y más para un conjunto modesto como el GBC, que no está sobrado de estrellas.

solo 5 arriba a ocho minutos El 65-54 al término en el minuto 30 dio paso a un inicio de último cuarto en el que tres triples del Bilbao Basket apretaron el marcador hasta el 68-63. Con ocho minutos aún por jugarse, al Gipuzkoa Basket apenas ya le servían sus buenísimos minutos anteriores. El rival, experimentado y veterano como el que más, estaba al acecho y la victoria corría serio peligro. Era el momento de mostrar solvencia, sangre fría y aplomo. Algo difícil de pedir a un equipo que tiene en sus filas a jugadores jóvenes y otros no tanto, pero sin apenas experiencia en la ACB. El citado 68-63 dio paso a prácticamente cinco minutos de partido saldados con un parcial de 2-0. Solo Robinson vio canasta para el GBC, que al menos supo tirar de esfuerzo en defensa para dejar en cero al rival. En esta faceta los interiores (Doblas, Ramsdell y Olaizola) y Cortaberría brillaron con luz propia. El donostiarra se encargó de Bertans, que se encontraba en estado de gracia hasta que se encontró con uno de los mejores defensores de la categoría.

Pero era evidente que hacía falta anotar y Sito dio entrada a Neto, que volvió a reactivar el juego de su equipo. Robinson y Ramsdell, con un triple clave a dos minutos del final, dieron aire a su equipo (75-68), pero Germán Gabriel acercó al Bilbao Basket más que nunca (75-71). Sin duda era el momento de Neto y Robinson, que debían coronar su actuación llevando al equipo al triunfo. Lo hicieron. El base anotó el 77-71 con una jugada individual y luego Robinson decidió el encuentro con un triple (80-71). Un par de buenas defensas de todo el equipo y los tiros libres de Doblas pusieron el lazo a un triunfo importante, que realza el valor de un conjunto modesto pero que empieza a tener muy, muy buena pinta. Aún a riesgo de correr demasiado, porque solo es la jornada cinco de un total de 34, se podría decir que este GBC ilusiona y apunta alto.