Donostia. El Gipuzkoa Basket sufrió su primer pinchazo serio de la temporada tras caer en casa frente al FIATC Joventut, un rival directo en la zona media-baja de la tabla, por 62-64. Es solo la tercera jornada, pero los triunfos van a estar caros para los modestos y dejar escapar de Illunbe a rivales de un potencial parecido puede convertirse en un lastre. El equipo de Sito pudo incluso ganar, ya que Salgado falló un triple en la última posesión, pero lo cierto es que fue casi siempre a remolque, básicamente porque hizo un mal partido y varios jugadores estuvieron negados.

El rebote y el tiro exterior volvieron a ser los dos principales problemas del GBC. El primero empieza a ser alarmante. Contra el Cajasol, los hombres de Sito concedieron 17 rebotes ofensivos, en La Fonteta 14 y ayer, 19. Una barbaridad. Supone dar al otro equipo otras 19 opciones para anotar y, además, no poder salir al contraataque ni lograr alguna canasta en transición. Estar obligado a anotar siempre en estático es un desgaste tremendo para un equipo al que no le sobra precisamente talento. En cuanto al desacierto exterior, el peso recayó en dos jugadores: Winchester y Ramsdell. Cero puntos de 17 intentos para los dos, el escolta tirador y el ala-pívot llamado a abrir el campo. Un lastre demasiado grande. El Rifle debe ganarse ese apodo en la ACB, mientras que Ramsdell está teniendo un inicio de curso muy desafortunado de cara al aro rival. Parece acelerado y ansioso por recuperar el nivel que mostró en las filas del Manresa antes de su grave lesión de rodilla.

Si dos de tus mejores hombres fallan todo lo que tiran y encima te cogen 19 rebotes de ataque, lo normal es perder por muchos puntos. Pero el GBC estuvo metido de lleno en el partido hasta el final. Los responsables de conservar al GBC con vida fueron primero Doblas, con seis puntos en un primer cuarto que fue un oasis ofensivo, luego los guipuzcoanos Motos y Olaizola dando un plus en defensa en el segundo acto, y después Salgado y Robinson, brillantes en ataque, con 21 puntos cada uno, y asumiendo el peso del equipo con talento y galones.

Sin embargo, los arrebatos defensivos y los puntos de Salgado y Robinson no fueron argumentos suficientes, pese a que el Joventut tampoco tiene un nivel como para echar cohetes. De hecho, los dos partidos que se han visto hasta el momento en Illunbe han resultado bastante flojos. Es obvio que el nivel de la ACB está bajando año tras año y el espectáculo se resiente. El equipo de Sito dejó una imagen preocupante ante los menos de 5.000 espectadores que se dieron cita en el pabellón. El GBC gustó en pretemporada, ilusionó en la primera jornada, naufragó en la segunda y se atascó por completó ayer. El problema del rebote se hizo más grave que nunca -el base titular del Joventut, Vives, cogió cuatro rechaces ofensivos- y hay varios jugadores de los que se espera bastante más pero no acaban de arrancar. Uno es Neto, bastante flojo de nuevo ayer. Otro, Winchester: ocho tiros fallados y menos diez de valoración para el escolta titular, al que tampoco relevó con acierto Cortaberría, con 0/3 en tiros. Sito acabó jugando con Salgado y Neto, una imagen que ser repitió mucho el pasado año. Mejor ni recordarlo. Por no hablar de la posición de ala-pívot, donde Ramsdell falla todo lo que tira y Hanley no tiene oportunidades. Ayer apenas jugó un minuto. Si los puestos de dos y cuatro no funcionan como deberían, la temporada puede ser muy dura.

atasco, mejoría... y atasco El GBC empezó fatal. El 9-17 al término del primer cuarto era un resultado hasta bueno teniendo en cuenta que le había costado casi cinco minutos anotar. La entrada de Salgado y el ímpetu defensivo de Motos y Olaizola hicieron subir el nivel del conjunto guipuzcoano, que llegó vivo al descanso (28-32). Los diez minutos del tercer cuarto fueron los mejores por parte local. Salgado siguió anotando, Robinson se entonó y hasta Huskic, en su estreno como jugador ACB, se animó con un triple que dejó el partido de cara al término del tercer acto (52-50). Para el minuto 30, el capitán llevaba 19 puntos y el americano, 15.

En el último cuarto, sin embargo, el Joventut ajustó su defensa sobre las mejores piezas del GBC y llegó de nuevo el atasco. En el otro aro los de Sito, sin embargo, no podían parar a Guillem Vives, líder de los verdinegros. Del 52-50 se pasó al 56-59 y luego al 58-63. Para entonces, Olaizola ya había sustituido a Ramsdell y Neto a Winchester, con lo que dos de las teóricas mejores armas del Gipuzkoa Basket estaban en el banco. Donde tenían que estar, por otro lado, teniendo en cuenta su actuación. Pero faltaban puntos en la cancha y se notó. Robinson, con una canasta y dos tiros libres, mantuvo las opciones (62-64) y una penetración que falló Vives dejó la última posesión para el GBC. Neto subió el balón y Salgado se la jugó. El capitán lleva un 5/7 en triples hasta ese momento, pero falló el definitivo. Así que a los de Sito Alonso se les escapó el segundo triunfo de la temporada tras dejar una imagen bastante preocupante para ser la jornada tres. Urge una mejoría en el rebote y que algunos jugadores al menos se acerquen al nivel que se espera de ellos. La próxima parada no ayudará mucho, ya que toca visita a uno de los grandes, el Barcelona.