Duración: 62 minutos de juego.
Saques: Ninguno.
Faltas de saque: Ninguna.
Pelotazos: 551 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 10 de Olaizola II, 1 de Beroiz, 8 de Bengoetxea VI y 3 de Albisu.
Errores: 2 de Aimar OlaizolaI, 3 de Mikel Beroiz, 6 de Bengoetxea VI y 5 de Jon Ander Albisu.
Marcador: 4-4, 6-4, 7-5, 8-6, 8-10, 12-11, 15-11, 18-12, 19-15 y 22-16.
Incidencias: Semifinal del Plaza Berri Masters Pro de Biarritz disputado en el frontón Plaza Berri. Buena entrada
donostia. No afectan los kilómetros a las piernas de Aimar Olaizola ni a su cerebro privilegiado, parece que es imperturbable, que es un muro. Es increíble que tras tres partidos en tres días consiga llegar al momento cumbre de la semana fresco, con golpe y seguridad, después de acumular dos palizas interesantes. Y es que, tras fundirse el miércoles en Mallabia y fajarse en un partido de los que crean afición en Azkoitia frente a Martínez de Irujo el jueves, el delantero de Goizueta volvió a ser ayer el más destacado en las semifinales del Plaza Berri Masters Pro de Biarritz, colocando su nombre y el de Mikel Beroiz, que crece día a día, en el cartel de la final de mañana del torneo. No solo estuvo correoso y demostró empaque Aimar, sino que también tuvo los arrestos de acertar en los instantes más importantes de la eliminatoria. Oinatz Bengoetxea, su adversario en los cuadros delanteros, aunque espumoso no brilló con la seguridad de su contrincante en ataque y ahí estuvo gran parte del partido. También en Jon Ander Albisu, que si bien hizo un buen partido en líneas generales, acabó sufriendo los rigores de un envite duro y peloteado, más cercano al Parejas que a los compromisos veraniegos, más livianos en materia de despliegue físico.
Pues bien, después de un inicio muy igualado y entretenido, en el que los cuatro pelotaris demostraron por qué son primeros espadas en Asegarce, el envite se rompió pasando la docena. Aimar Olaizola, como de costumbre, no regaló una sola pelota para provocar que Oinatz forzara y Albisu tuviera que emplear los dos martillos que tiene por brazos. No obstante, el acompañamiento de Beroiz fue, como siempre, impecable. El zaguero de Uharte es muy seguro y en un frontón como el Plaza Berri, en el que el zaguero sufre, estuvo rozando una versión de sí mismo buenísima. El joven guardaespaldas navarro parece que es de piedra: trabaja sin descanso pase lo que pase, mete al verde, arrima, obliga al zaguero rival y además da igual si es el primer tanto o el número 40. Mikel nunca ceja. No para. Lo hace todo bien aunque quizás no pueda hacer gala de un golpe como el que tienen los más poderosos del cuadro.
Así, pasado el ecuador de la semifinal, Aimar y Beroiz fueron allanándose el camino en cada tanto. Consiguieron una renta de cuatro tantos (15-11) y aprovecharon el colchón para meter la velocidad de crucero, que implica que el goizuetarra saque lustre a su gancho brutal. Los azules dieron señales de vida en la defensa, pero las distancias fueron creciendo para el bando colorado. Se pusieron 18-12 y maquillaron el resultado Oinatz y Albisu hasta el 19-15. No hubo mucho más. Aimar volvió a brillar sin descanso hasta el 22-16. A él no se le hacen largas las semanas ajetreadas.