El gran objetivo de la pala: sobrevivir
Varios agentes del mundo palista analizan la situación actual y el futuro de esta modalidad centenaria desde su experiencia personal
donostia
GRADAS a rebosar. Frontones por todo el estado. El dinero se mueve sin parar. Los pelotaris y los corredores viven holgadamente. Así era la pala en los años setenta. Era más que un deporte que estaba de moda, era una tradición, y la gente reservaba un día a la semana para acudir a ver este espectáculo. Además, el Club Deportivo se convirtió en aquella época en un auténtico templo, una de las referencias del ocio vasco. La pala estaba en su mejor momento. Sin embargo, actualmente, los días de gloria de antaño se ven como una utopía, un tiempo que nunca más volverá. La salud de este deporte es crítica. Un enfermo que está en coma y que gran parte de las circunstancias que le rodean apuntan a que su fin está cerca. Aun así, últimamente unos brotes verdes han crecido entre la maleza. Una pequeña esperanza. La supervivencia es posible.
Esta crisis viene de años atrás. Los numerosos cambios de empresa ocurridos durante los años noventa, unidos a la huelga de 1996, dejaron muy tocada a la pala. "Casi todos los cambios, han sido traumáticos. Cada salto ha sido a peor. Han querido reflotar la modalidad a base de bajar sueldos y echar a gente. En general, los cambios han sido malos. Aun así, hay que reconocer que cuando la cosa estaba realmente mal apareció Asfedebi y saco el tema aquí adelante y por lo menos aquí se pudo mantener el tema dignamente", así analiza esa época Iñaki Garma, palista desde hace veinte años.
INNPala
Una empresa revolucionaria
Después de un año sin pala, en 2011 apareció Innpala y lo hizo con muchas ganas, metiendo unos cambios que revolucionaron este deporte. "Cogimos la pala muerta y hemos conseguido mantenerla. Innpala es innovación. En cuanto a que desaparecía la figura del intendente, cambiábamos el sistema de tanteo y hemos eliminado las apuestas. En un primer momento los puritanos nos criticaron mucho pero yo siempre digo lo mismo, que pregunten al que realmente juega con ello. Toda la plantilla está encantada", comenta Andrés Llosa, responsable comercial de la empresa. Sin embargo, Jesús María Azurmendi, expalista y gran conocedor de esta modalidad durante años, no opina lo mismo: "Si hubieran acertado con partidos a diez, yo me quito el sombrero y digo señores han acertado porque han llenado el frontón. Pero no va nadie". Los palistas actuales ven estos cambios como positivos. "A los puristas no les gusta, les gusta jugar a 45. Aunque habría habido partidos que si se hubieran jugado a 45 hubieran sido un aburrimiento. Todo tiene su pros y sus contras", comenta Fusto.
Otro de los cambios más sonados ha sido pasar del clásico frontón del Club Deportivo al Bizkaia. Una mudanza que no ha gustado a muchos pero que era algo inevitable ya que el alquiler era un coste inasumible para la nueva empresa. "Pagar 6.000 euros al mes te mata, te hundes tú mismo", apostilla Llosa. Una mudanza que cambió completamente la manera de practicar este deporte. La dificultad técnica del frontón largo quedó olvidada y la velocidad se convirtió en protagonista. Una nueva versión de la modalidad que no gusta para nada a los puristas. "Esto ya no es pala. A esta modalidad se juega en frontón largo", afirma Azurmendi.
Las apuestas
Una eliminación polémica
Uno de los cambios que más ampollas levantó entre los puristas fue la supresión de las apuestas en la cancha. Innpala decidió que el sonido de los corredores dejara de oírse en los frontones. "Las apuestas han caído en todos los sitios. Estamos viviendo una revolución en este mundo porque el apostante importante no va a la cancha. Ahora hay empresas que se dedican a ello, en cualquier bar te puedes encontrar una maquina que te permita jugar sin ir a ver ese evento deportivo", analiza Llosa. Aun así, Azurmendi no está de acuerdo. Para el expalista la apuesta es más que el simple hecho de jugar, es una tradición: "Yo a un partido que no hay corredores no voy y no por jugar dinero sino porque me falta un aliciente. Estoy acostumbrado a oír el ruido de ellos, ese sonido es fundamental y ya no lo hay. Parece una iglesia". Fusto también echa de menos ese ambiente pero reconoce que no todos son ventajas. "El sistema de apuestas estuvo siempre ligado con el frontón. Las apuestas, el puro, el cubata? un frontón con griterío es bonito. Yo creo que ese sistema de apuestas hizo que la pala haya perdido mucho de lo que perdió", añade el argentino, y añade: "Al final se habla mucho de muchas cosas. No se sabe si son ciertas o no".
Sin embargo, no todos relacionan el juego como algo bueno, como un ambiente que enriquece la pelota. Garma considera que el juego ha sido "el cáncer de la pelota". "Las apuestas han sido nuestro beneficio y nuestra ruina, se han cargado la pelota", declara el palista: "Además, si van 20 y van a ir a silbar y echar la bronca porque están perdiendo dinero al apostar mejor que no vayan. Eso es la realidad".
El Cuadro
Un grupo cerrado
Uno de los mayores problemas que tiene que resolver Innpala es el envejecimiento del cuadro. Poco a poco, los palistas se han ido reduciendo y las nuevas incorporaciones se pueden contar con los dedos de una mano. Además la media de edad del cuadro actual supera los 35 años, una cifra que deja clara la necesidad de que entre sabia nueva.
"El cuadro es tremendamente limitado. Con doce palistas, no vamos a ningún lado. El problema es que cuando menos pelotaris hay el nivel medio aumenta más. Se quedan los mejores, la calidad que hay es tan alta, que el que venga se estrella", analiza Garma. Aun así, dos jugadores han dado muestras de poder dar el salto a profesionales: Emiliano Skufka y Sylvain Brefel. Pero a ellos no les sale rentable hacerlo ya que viven en Catalunya y Toulouse, respectivamente, y la empresa no puede pagarles los desplazamientos.
Juan Alberdi, seleccionador de pala de la Federación Vizcaina, reconoce que en aficionados "hay nivel" pero también una gran falta de motivación. "Antes el pelotari era alguien pero ahora no es así. Un chaval no va a debutar si apenas le pagan", comenta el técnico. La federación ha desarrollado un plan para "reciclar" a los manistas a la pala y que así no abandonen el frontón. Una medida que busca aumentar el número de niños que practican la pala, demasiado pocos actualmente.
El futuro
Brotes verdes en la maleza
"No hay futuro porque nadie hace nada. Se necesita gente que conozca la pala y no que quiera solamente ganar dinero", opina Garma. No obstante, no todo es malo. El aficionado Mikel Laskoiti ganó el Open Innternacional y una nueva generación de palistas jóvenes está destacando en aficionados, una pequeña esperanza para renovar el cuadro. Además, la última actividad de Innpala, el Pala Tour, está siendo todo un éxito y se está demostrando que la pala gusta fuera de Euskadi. Por lo tanto, el futuro de esta modalidad centenaria es muy incierto pero las últimas novedades hacen presagiar que las opciones de supervivencia están ahí.