donostia. La final del Manomanista de la LEP.M que el próximo domingo protagonizan Aimar Olaizola y Juan Martínez de Irujo en el frontón Bizkaia de Bilbao tiene bien poco de nuevo. Sin ir más lejos, será la reedición de la que ambos disputaron hace un año en el mismo escenario. También será la quinta ocasión en la que crucen sus caminos en una final del mano a mano. La novena en la que medirán fuerzas en una final de cualquiera de los tres grandes torneos de la Liga de Empresas (Parejas, Manomanista y Cuatro y Medio). La 33ª en la que rivalizarán en alguno de estos campeonatos. La enésima si se tienen en cuenta otros torneos menores, las ferias estivales, las revanchas no oficiales o los duelos en un festival cualquiera. Datos todos ellos que convierten a Aimar e Irujo en enemigos íntimos.
No existen secretos entre goizuetarra e iberotarra. Tanto es así que la estadística dice, al menos en lo que respecta a las finales en las que se han enfrentado, que la igualdad entre ambos es máxima. De hecho, se han repartido con minuciosa exactitud sus éxitos en las ocho peleas directas por alguna txapela. En cuatro ocasiones salió victorioso Aimar y en otras tantas Irujo. Y acudiendo exclusivamente a las cuatro finales del mano a mano que han protagonizado hasta la fecha, no se deshace el empate. Ganó dos veces el delantero de Goizueta y otras dos el delantero de Ibero. Es por eso que el duelo del domingo cobra una especial relevancia en este aspecto, pues servirá para acabar con esta igualdad. Al menos, momentáneamente, ya que a los dos finalistas del mano a mano parece que aún les queda cuerda para rato. Eso sí, con permiso de los de siempre (Barriola, Xala, Bengoetxea VI...) y de los jóvenes que ya aprietan, y mucho, desde abajo (Urrutikoetxea, Idoate...).
hegemonías honoríficas Además de para romper el empate a triunfos en finales que preside su estadística particular, el encuentro del próximo domingo también servirá para otros asuntos. Por ejemplo, para permitir que Aimar iguale con Irujo en el apartado de pelotari en activo con más txapelas en el mano a mano (el goizuetarra acumula tres, por las cuatro del iberotarra); o, en el caso contrario, para que Irujo conquiste un histórico quinto entorchado en la modalidad reina de la mano. Una carrera por una hegemonía honorífica similar a la que mantienen en la pugna por ser el manista en activo con mejor palmarés, un asunto este en el que el menor de los hermanos Olaizola tiene ventaja. El delantero de Goizueta ha ganado 11 campeonatos (el Cuatro y Medio en seis ocasiones, el Manomanista en tres y el Parejas en dos) en sus 15 años como profesional, mientras que el delantero de Ibero acumula 10 títulos (cuatro del Manomanista, cuatro del Parejas y un par del Cuatro y Medio) en otros tantos años de actividad. Así que Irujo aspira al empate en caso de triunfo el domingo, mientras que el objetivo de Aimar reside en ampliar su distancia.
Resultados de todo tipo Todos estos datos hablan de que el duelo del domingo, a pesar de repetido una y mil veces, se presenta tan apasionante como el primero que disputaron ambos. Y de eso hace ya la friolera de nueve años. Ocurrió el 5 de enero de 2004 en el frontón Beotibar de Tolosa, escenario en el que Irujo, acompañado por Oskar Lasa, y Olaizola II, con Carlos Armendariz, disputaron un partido correspondiente a la primera jornada de la liguilla de octavos de final del Campeonato de Parejas de la LEP.M. El triunfo se lo apuntaron el goizuetarra y el zaguero de Orcoyen por un apretado 22-21. Y desde entonces comenzó la leyenda de un enfrentamiento (entre Aimar e Irujo) que ya se ha convertido en el clásico de la pelota a mano moderna, relevando a los duelos históricos entre Julián Retegui y Ladis Galarza en la década de los 80 , o los que popularizaron Rubén Beloki y Patxi Eugi en la de los 90. Partidos, los disputados entre Aimar e Irujo, en los que ha pasado de todo y en los que, además de resultados apretados, también se han dado marcadores escandalosos. Como el 22-1 con el que castigó el delantero de Ibero al goizuetarra en la liguilla de semifinales del Manomanista de 2004 (sucedió en el Ogueta de Vitoria) o el 22-7 que le endosó Olaizola II a Irujo en la final de la pasada edición del torneo (disputada en el Bizkaia de Bilbao).
Son señales de que el domingo puede pasar cualquier cosa, ya que tanto Aimar como Irujo son dos pelotaris que se manejan como nadie en cualquiera de las distancias. Es por eso que han salido campeones (o uno u otro) en 21 de los 32 últimos torneos de la LEP.M (22 de 33 si se tiene en cuenta la final que disputarán dentro de cinco días) y que han estado presentes (o uno u otro, o ambos) en 27 de las 33 últimas finales (incluyendo la del próximo domingo). Solo se perdieron (los dos) las finales del Cuatro y Medio de 2003 (Titín III contra Nagore) y 2007 (Titín III contra Barriola), del mano a mano de 2008 (Bengoetxea VI contra Barriola) y del Parejas de 2007 (Olaizola I y Beloki contra Xala y Eulate), 2010 (Xala y Zubieta contra Gonzalez y Laskurain) y 2012 (Titín III y Merino II contra Xala y Laskurain). Cifras que les convierten en auténticas leyendas vivientes de la pelota, aunque todavía lejos de los 20 entorchados de Julián Retegui, un mito al que se le busca relevo.