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Una despedida muy cruel

El Lagun Aro GBC, liderado por Doblas y Neto, juega un partidazo en Illunbe frente al Barcelona, pero pierde tras un afortunado triple anotado por Lorbek sobre la bocina (89-90)

Una despedida muy cruelGorka Estrada

Donostia. El Lagun Aro GBC va a bajar por méritos propios. Eso es indudable porque una Liga Regular premia el trabajo de toda una temporada y ahí el equipo guipuzcoano solo ha sabido ganar ocho partidos de los 33 disputados hasta el momento. Pero tampoco se puede negar que la suerte no le ha sonreído ni una pizca, ni un poquito. En el partido que supuso su descenso virtual, ante el Cajasol en Illunbe, perdió por un palmeo de Pops Mensah-Bonsu a dos segundos del final. Y ayer, para rematar un curso agónico, repleto de malas noticias, el conjunto entrenado por Sito Alonso perdió por 89-90 frente al FC Barcelona tras un triple inverosímil de Erazem Lorbek sobre la bocina. Su tiro, forzado, llegando en carrera, con David Doblas delante, rebotó en el aro y entró llorando para dar la victoria al conjunto azulgrana y dejar Illunbe un poco más triste.

El Lagun Aro no se mereció un desenlace tan tremendamente cruel. Fue un castigo muy duro para un equipo que se entregó al 100% para dar una alegría postrera a su gente. Tiene mérito lo que hicieron ayer los hombres de Sito. Ya descendidos, con la moral por los suelos tras un curso para olvidar, sin los lesionados Woods ni Ibekwe, ante un rival poderoso como el Barcelona... lo normal era bajar los brazos y quizás ser arrollado por el conjunto blaugrana. Pero el Lagun Aro hizo todo lo contrario. Sacó fuerzas de flaqueza, tiró de corazón y orgullo y no solo plantó cara al equipo que el pasado fin de semana estaba disputando la Final a Cuatro de la Euroliga y que en la primera vuelta le había ridiculizado ganándole 98-50, sino que le dominó del minuto uno al cuarenta haciendo un grandísimo esfuerzo. Los jugadores querían dedicar la victoria a esa afición que no les ha fallado nunca. Por eso fue tan duro el golpe. Uno más. Ni siquiera ayer pudieron sonreír Doblas, Salgado y compañía.

Los aficionados que acudieron ayer a Illunbe -5.820 según la cifra oficial facilitada por el club aunque parecieron menos- recibieron a su equipo con una ovación. Ni un pitido. Lo de los seguidores del Lagun Aro esta temporada es digno de estudio. Ni un reproche a sus hombres pese a perder la categoría. Solo ha habido ánimos. Una actitud encomiable, difícil de encontrar en cualquier otro campo, cancha o pabellón. Cabe plantearse incluso si han sido demasiado benévolos con unos jugadores, unos técnicos y unos directivos que al fin y al cabo no han hecho bien su trabajo y que han bajado.

Los hombres de Sito salieron muy enchufados desde el minuto uno. Sin la tensión ya de las últimas semanas, jugaron muy sueltos, con alegría. Ayudó que tanto Neto como Paunic anotaran los dos primeros triples que tiraron. El primer cuarto fue un derroche ofensivo de ambos equipos, que en los diez primeros minutos no se pusieron el mono de trabajo en defensa, por lo que el marcador señalaba al término del primer acto un vistoso empate a 29. Finley, un colosal Doblas en la zona, Olaizola -que jugó diez minutos y cuajó una interesante actuación- y Salgado protagonizaron en el segundo cuarto los mejores minutos del Lagun Aro, que se fue al descanso ganando por nueve puntos (53-44) a un Barcelona al que le costaba horrores jugar al mismo ritmo que su rival. Algo comprensible, porque los de Xavi Pascual venían de sufrir dos derrotas en Londres y durante muchos minutos estuvieron fríos en Illunbe.

En la reanudación, el equipo de Sito no bajó ni mucho menos el ritmo, y una canasta de Doblas seguida de un triple de Dani Díez le permitieron coger su máxima renta del encuentro (58-44). El Lagun Aro, pese a las circunstancias, estaba disputando algunos de sus mejores minutos de toda la temporada. Sada y Oleson, los mejores azulgranas ayer, evitaron el despegue local. Impulsaron una defensa más agresiva del Barcelona y cogieron la iniciativa en ataque para igualar las fuerzas al término del tercer cuarto (70-66).

El Lagun Aro no decayó e incluso volvió a ponerse once puntos arriba (77-66) con dos canastas seguidas de Doblas y Neto, que hicieron un partidazo: 45 puntos entre ambos. A siete minutos de la conclusión, parecía una renta confortable. Pero en un abrir y cerrar de ojos, el Barcelona hizo un parcial de 0-14 que dio la vuelta al marcador. Fueron tres minutos de zozobra local y de inspiración visitante (77-80) que cambiaron el signo del partido. Parecía el motivo definitivo para rendirse. Pero el Lagun Aro no quería. Neto no quería. El brasileño se sacó de la chistera otras dos canastas que volvieron a dar la ventaja a su equipo (81-80). La defensa también hizo bien su trabajo y Salgado, con dos tiros libres, puso un 88-84 que se antojaba definitivo a trece segundos del final.

Nadie podía prever, ni siquiera imaginar, lo que sucedió después en tan poco tiempo. Brad Oleson anotó un triple a seis segundos del final que puso 89-87. Finley recibió una personal rápida y anotó uno de los dos tiros libres. Faltaban cinco segundos. La victoria se paladeaba en Illunbe, pero nadie contaba con la estocada de Lorbek. Después de un partido horrible, metió un triple con mucha suerte y negó la victoria al Lagun Aro. Habría sido una despedida más alegre a la ACB, pero la temporada más triste de los últimos cinco años vivió un final igual de triste. Ahora solo cabe esperar que los problemas de otros permitan a este club seguir en la elite.