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Tocado y hundido

El Lagun Aro GBC sufre una durísima derrota ante el Gran Canaria en Illunbe tras hundirse estrepitosamente en el último cuarto y cae a puestos de descenso con un balance de 1-10

Tocado y hundidoFoto: javi colmenero

Donostia. El Lagun Aro GBC ya está donde su trayectoria merece: en puestos de descenso. El conjunto guipuzcoano encajó ante el Gran Canaria su décima derrota en once jornadas, una desesperante rutina que probablemente vivió ayer su momento más bajo, con un durísimo 72-94 que demostró todas las carencias de un equipo que no muestra ningún signo de reacción y que cada semana que pasa está un poco más hundido. En pleno diciembre, con la jornada once completada, la clasificación dice que solo hay un equipo peor en toda la ACB, el Manresa, aunque ambos tengan el mismo balance: 1-10, que se dice pronto. Una victoria en casi dos meses y medio de competición.

En las últimas semanas, los intentos para buscar la reacción han sido múltiples, pero ninguno ha dado resultado. El corte de un jugador (Korolev), el toque de atención a la plantilla por parte del presidente Álvaro Bilbao, las entrevistas concedidas en diversos medios por el propio presidente y el director general, Germán Cea, criticando la actitud de los jugadores, abrir un entrenamiento al público para que la plantilla sienta la energía de la afición... Por no hablar de lo que haya pasado de puertas adentro, que eso lo sabrán los protagonistas. Pero el Lagun Aro no es capaz de revertir una situación cada vez más complicada. La sensación, simplemente, es que esta plantilla no da más de sí. Nada más y nada menos. El equipo está donde su calidad y actitud merece, y lo peor de todo es que no se ve ninguna capacidad de reacción.

Muchos jugadores están "lejos del nivel que se les supone", una expresión muy manida desde el inicio de la temporada. Se podría decir que es la situación de todos o casi todos los integrantes de la plantilla. Igual el problema es que las previsiones eran demasiado optimistas. A Papamakarios no se le puede pedir que sea un anotador, Dani Díez es un joven sin experiencia en la ACB, Ibekwe dentro de lo que cabe hace bien su papel aunque sin alardes, Guille Rubio ni se acerca al nivel que dio hace cuatro años en Manresa, Kuksiks está absolutamente desaparecido en combate desde hace cinco jornadas... Eso por no hablar de los americanos, que merecen un capítulo aparte. Jermaine Taylor está aún adaptándose pero mientras tanto, por si acaso, se tira todo lo que le llega a las manos como si fuera Will Smith en El Príncipe de Bel Air (ya saben, aquello de "Balones a Will"), lo cual hace un flaco favor al equipo. Peor es lo de su compatriota, Qyntel Woods. Desde hace varias semanas, más que sumar, resta. Es un jugador que no merece estar en el Lagun Aro y que, si sigue, debe ser por una cuestión puramente económica. Si no, no se entiende. Él, por lo visto, se aburre mucho, pero a los demás su actitud más bien nos harta. Ayer sumó ocho puntos, cogió un único rebote, perdió tres balones y su defensa fue un chollo para Spencer Nelson, que se puso las botas.

Ante este panorama, son básicamente los dos bases, Salgado y Neto, y Doblas los que tratan de tirar como sea del carro. Pero, por todo lo mencionado anteriormente, es un carro demasiado pesado para ellos. No pueden con él. Hasta el juego de Neto, que deslumbró en las primeras jornadas, brilla menos ahora. Y es que este Lagun Aro no solo no progresa, sino que está absolutamente estancado y su temporada puede ser una lenta agonía en la que cada semana la situación es más crítica que la anterior. Con un único destino: el descenso.

El Gran Canaria que arrasó ayer en Illunbe es un señor equipo y su plantilla es infinitamente superior a la del Lagun Aro, algo que debería invitar a la autocrítica a los dirigentes del club, que llevan desde agosto escudándose en su modestia presupuestaria cuando hay muchos equipos en la ACB con una situación económica similar, o solo un poco más solvente, que lo están haciendo infinitamente mejor. Hay que reconocer, eso sí, que, pese a esta evidente inferioridad, el equipo de Sito lo intentó durante los dos primeros cuartos y estuvo metido en partido, cuando controló las pérdidas de balón y encontró vías de anotación principalmente por medio de Taylor y Doblas (41-43).

parcial 0-11 Ya en el tercer cuarto, varios ataques errados provocaron un parcial de 0-11 (41-54) que dejaron el partido muy encarrilado para los canarios. Los atascos ofensivos son habituales en este Lagun Aro, que no es capaz de disimularlos con buenas defensas porque ni siquiera en su esfuerzo es constante. Un par de acciones positivas de los americanos volvieron a meter al equipo en partido, pero fue un espejismo, porque un parcial de 0-6 en el inicio del último cuarto rompió el partido y provocó una inexplicable bajada de brazos de los hombres de Sito, que se rindieron antes de tiempo y encajaron un severo correctivo que debe llevar a una seria reflexión. Este equipo no va sobrado ni de calidad ni de actitud, lo cual es más grave.

Once jornadas ya es un periodo suficiente para darse cuenta de que esto tiene muy mala pinta y que para solventar esta situación crítica urgen decisiones drásticas. No vale con seguir haciendo lo mismo. Prescindir de jugadores que no están aportando nada y acudir al mercado parece la única solución, porque confiar en una milagrosa resurrección de la plantilla actual parece muy optimista. El problema es que para finiquitar contratos y fichar jugadores hace falta dinero, justo lo que tiene el Lagun Aro. Y hace falta bastante dinero, porque esto solo se resuelve con buenos jugadores. Y mientras el club decide si acude o no al mercado, si da la baja a alguien, si se endeuda o no, el domingo llega otra final: la visita al Cajasol, donde, evidentemente, solo cabe ganar de una vez para vislumbrar la luz.