Solo Vidal y Panko dan la talla

el Lagun Aro GBC ha abierto la liga de la peor manera posible, con cuatro derrotas en las primeras jornadas. Todas han sido por marcadores ajustados -tres o cuatro puntos de desventaja- y cualquiera de esos partidos podría haber caído del lado guipuzcoano, lo cual significa que el equipo ha estado siempre peleando por la victoria. Además, da la sensación de que la plantilla arrastra el golpe moral que supuso empezar la temporada perdiendo en casa contra un recién ascendido. Hay, sin embargo, dos aspectos que preocupan de verdad. El primero, que tres de las derrotas se han producido ante Obradoiro, Valladolid y Estudiantes, tres rivales directos por evitar el descenso y que tampoco han demostrado gran cosa ante el equipo de Sito Alonso. Y segundo, y más importante, que el nivel de la plantilla empieza a estar seriamente en entredicho tras estos primeros envites de la Liga ACB.

Las sospechas sobre el juego interior se están confirmando. Kenny Adeleke no tiene hoy por hoy nivel para estar en la ACB y Andy Betts está lejos de su mejor estado de forma, aunque en los dos últimos partidos ha cumplido el expediente. Ambos necesitan tiempo para ponerse a punto físicamente, pero el equipo no dispone de tiempo porque necesita ganar ya. Es la consecuencia de haber cerrado la plantilla tan tarde. Además, Peter Lorant debe aún encontrar su sitio en el equipo y en la categoría. Este panorama deja a Doblas como referencia interior, pero el pívot acabó mal la pasada temporada y la actual tampoco la ha empezado con buen pie. Sigue arrastrando su crónico problema de faltas y solo promedia 6,3 puntos y 2,3 rebotes. Insuficiente.

El bajo nivel que está mostrando actualmente el juego interior del GBC hace que Andy Panko esté jugando prácticamente todos los minutos de ala-pívot. El americano está siendo el único valor fiable del equipo en este inicio liguero junto a Sergi Vidal, pero, con Panko jugando por dentro, el juego exterior pierde una rotación. Ahí debería entrar en juego Papamakarios como primer relevo de Vidal y Baron, pero el griego está siendo la gran decepción. Desaparecido en las dos primeras jornadas, reaccionó con un buen partido contra el Unicaja, pero hizo un partido pésimo ante el Estudiantes, rematado con dos pérdidas infantiles cuando le tocó subir el balón. Su flojísimo rendimiento pasaría más desapercibido si Baron, el escolta titular, estuviera a su nivel, pero el de Rhode Island lleva un inicio liguero para olvidar con un 7/39 en triples que habla por sí solo. Su ansiedad está pasando factura al equipo.

El puesto de base tampoco está a la altura. Raúl Neto está acusando su estreno en la ACB y su juventud, 19 años. Salvo contra el Unicaja, en los otros tres partidos ha sufrido mucho. El problema es que Javi Salgado no está consiguiendo desterrar la irregularidad que le acompañó durante todo el pasado año. Sigue alternando grandes aciertos en ataque con pérdidas de balón y malas decisiones. No tiene la culpa de todo, pero como base titular y capitán debería haber evitado la debacle del sábado y tratar de dar un poco de sentido al descabezado ataque del equipo. En defensa, además, lo sigue pasando muy mal con todos sus pares.

En resumen, tres titulares -Salgado, Baron y Doblas- no acreditan esa condición y los suplentes aportan muy poco desde el banquillo. La plantilla, por ahora, no da la talla.