El entrenador precoz
Sito Alonso empezó a entrenar con once años, con 23 ya dirigía a un equipo de Liga EBA y con 32 estaba al frente del Joventut
sito Alonso tuvo claro que iba a ser entrenador pronto. Muy pronto. Tan pronto como a los once años cuando, en el colegio Compañía de María de Zaragoza, su padre, Alfonso Alonso, le dio la responsabilidad de hacerse cargo de un equipo "de chavales de seis o siete años". Una edad insultantemente joven para entrenar, pero Sito -nacido en Madrid el 4 de diciembre de 1975 pero que desde los cuatro años vivía en Zaragoza- se lo tomó con naturalidad. No en vano, tenía el mejor ejemplo en casa, ya que su padre, Alfonso, era entrenador. "En un momento dado me dijo: Aquí tienes un equipo.Sé responsable. Entrenábamos un par de días a la semana y algunos sábados teníamos amistosos. Aprendí mucho porque yo pensaba que había que ganar siempre, pero me di cuenta de que esos partidos eran para que los chavales se pasasen la pelota, aprendiesen...", repasa.
Su presencia en un banquillo con once años no pasaba desapercibida. "Los otros entrenadores se sorprendían. Uno de ellos me preguntó quién era el entrenador", recuerda riéndose Sito, que entonces jugaba en las categorías inferiores del CAI Zaragoza, donde estuvo hasta juveniles. La cancha le gustaba, pero le tiraban más los banquillos, faceta que siguió desarrollando entrenando a chicos y chicas en el Helios (alevines, infantiles y cadetes) y que recibió su primer gran impulso en el Monzón, club de la pequeña localidad oscense. "Fiché con 16 años, como jugador y entrenador de categorías base". Una época de intenso aprendizaje que hizo que el club le ofreciera hacerse cargo del equipo de Liga EBA -semiprofesional pero entonces por debajo de la ACB porque no había ligas LEB- con solo 23 años. Un paso más en su precocidad en los banquillos. Sito se sorprendió con la propuesta y llamó a su padre: "Me han ofrecido el Monzón de EBA". "Vale. ¿Y? ¿Te sientes preparado? Si te sorprende, es que igual no estás preparado". La naturalidad con la que le habló su padre dio confianza a Sito: "Me dio tranquilidad porque se lo tomó como algo normal pese a mi juventud".
MONZÓN, UN CLUB "ESPECIAL"
Entrenaba a las 6.30 de la mañana
Antes de hacerse cargo de ese equipo de Liga EBA, el actual técnico del Lagun Aro ya empezó a labrarse su fama de trabajador a base de madrugones. "Cuando llegué a Monzón y me puse con el equipo de chavales de 13-14 años", recuerda el propio Sito. "Teníamos la opción de jugar la liga de Huesca o ampliar los objetivos, pero les dije que si queríamos hacerlo no nos valía con entrenar tres días a la semana una hora y cuarto. Hablamos de entrenar martes y jueves a las 6.30 horas, antes de entrar al instituto. Fue una muy buena experiencia. Compitieron a nivel de Zaragoza, jugamos finales... fue especial porque éramos un equipo diferente. No fallaba ni uno por las mañanas. Tampoco los padres, que tenían que llevarlos. Y en Monzón, a esas horas en diciembre hace frío y no se ve nada por la niebla. Entrenar a esas horas es muy productivo. A las 6.30 no se oye nada, solo estás tú, los jugadores, el balón y tu voz. Media hora ahí es dos horas a la tarde. Mejoraron un montón y todos llegaron a jugar en Liga EBA".
Al igual que su precocidad en los banquillos, Sito ve con total naturalidad el hecho de madrugar, algo poco común en el deporte: "No sé por qué llama tanto la atención. El día tiene muchas horas y, cuanto más trabajas, más mejoras. Yo lo tenía como un hábito normal. Cuando era un chaval, mi padre me tocaba la puerta por las mañanas, antes de ir al colegio, y me decía: "¿Entrenamos o no entrenamos". La respuesta siempre era sí: "Entonces lo compaginaba con la natación, algunos días empezaba a las 6.30".
Unas cuantas buenas temporadas al frente del Monzón de EBA -"un club importante, cuando venían el Peñas o el Barcelona metíamos a más de mil personas en el pabellón", destaca el técnico maño- llamaron la atención del Joventut. A punto de empezar la temporada 2004-05 recibió una llamada. El club badalonés lo quería para hacerse cargo de su filial, el Prat, que competía también en Liga EBA. Todavía aturdido por el inesperado y atractivo ofrecimiento, le vuelven a llamar. "Sito, soy Aíto, ¿puedes dirigir al Prat ya este sábado?". El técnico maño no se lo podía creer. "Con la de entrenadores que hay, sobre todo en Catalunya, ¿me llama a mí el Joventut?", pensaba por aquel entonces. "Fue un paso vital en mi carrera", recuerda ahora.
Tres años con aíto
Cantera del Joventut
Un año en el Prat fue suficiente para que Aíto lo pusiera a su lado, como entrenador ayudante del Joventut en la ACB. Sito ni siquiera había cumplido 30 años y ya estaba puliendo a las jóvenes promesas de una de las canteras más prolíficas del basket estatal, justo cuando Ricky Rubio empezaba a asomar en la ACB y cuando Rudy Fernández ya había explotado. Los tres años junto a Aíto dan sus frutos y el Joventut gana en la campaña 2007-08 la Copa del Rey y la Copa ULEB (actual Eurocup). Fueron años muy gratificantes para Sito, tal y como él mismo recuerda: "Como segundo entrenador vives más los éxitos, es muy grato ver que tu jefe está recibiendo una recompensa. Ha sido una de las mejores épocas de mi vida los tres años con Aíto, sobre todo el último año, le vi disfrutar como nunca. Lo ves un poco desde fuera, pero a la vez estás ayudando... ese éxito me llenó".
La precocidad siguió marcando su carrera cuando, en ese año 2008, Aíto recaló en la selección y el Joventut ofreció a Sito hacerse cargo del equipo a sus 32 años. Aceptó y se convirtió en el entrenador más joven de la ACB. Su principal cometido fue dar la alternativa a los jóvenes con los que él mismo llevaba trabajando diez años, con sesiones parecidas a las que llevaba a cabo en Monzón, es decir, antes de que saliera el sol. "En los últimos años es difícil encontrar un club que haya puesto tantos jugadores de cantera en el equipo. Rudy, Ricky, Pau Ribas, Pere Tomas... y luego en el año y medio que estuve yo entraron Jelinek, Eyenga, Norel, Joan Tomas, Josep Franch... es lo que yo quería, que el club pudiera abastecerse de jugadores que en el futuro serían su tabla de salvación. Pere Tomas es ahora el capitán, Jelinek es un escolta importante, Franch ha sido vendido... aposté quizás más de lo que tenía que haber apostado".
Tanto que alineó el quinteto más joven de la historia de la ACB, el 11 de enero de 2009, formado por Pau Ribas, Ricky Rubio, Pere Tomas, Luka Bogdanovic y Henk Norel, con una media de edad de 20,9 años. "No lo hice con esa intención. Cuando llevas 3-4 años trabajando con esos jugadores, pues lo más fácil para mí era ponerlos en la cancha", dice Sito, que recuerda un quinteto aún más joven: "En Euroliga pusimos a Franch, Ribas, Pere tomas, Norel y Eyenga, en un partido en Eslovenia con muchas bajas, el 4 de diciembre de 2008. Me acuerdo porque era mi cumpleaños. Son cosas que guardo con mucho cariño".
Su marcha de la Penya
Destituido tras año y medio
Fue una temporada con grandes contrastes, en consonancia con la juventud de técnico y jugadores. Canteranos que progresaban y un quinto puesto en la liga regular... pero eliminación temprana en Euroliga (primera fase) y Copa del Rey (derrota en cuartos de final contra el Estudiantes). Curiosamente, tras ese KO copero, el Joventut se ensañó... con el Lagun Aro GBC, al que superó por 106-70, la derrota más abultada del club guipuzcoano en la ACB.
La campaña acaba con la eliminación en cuartos de final de mano del Real Madrid y la siguiente empieza ya sin Ricky Rubio, que cambió el Palau de Badalona por el Palau Sant Jordi. El ejercicio empieza bien, pero se tuerce en febrero de 2010, con seis derrotas consecutivas en ACB y algún descalabro europeo que provoca su destitución el 3 de marzo. "Recuerdo toda mi época ahí con cariño... excepto el último mes", reconoce. Este año y medio alejado de los banquillos, hasta recibir la llamada del Lagun Aro GBC, fue su época más larga sin entrenar desde que empezó cuando era un niño, hace ya más de veinte años. Y solo tiene 35.