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La dulce resaca de Getaria-Tolosa

Tras celebrar como se merece su triunfo en la liga, las remeras ya piensan en intentar repetir en la Concha

CON la resaca de las fiestas de Salbatore aún en el cuerpo, Getaria volvió a amanecer ojerosa ayer. "Alargamos un poco la noche, pero no tanto como hubiésemos querido. Estábamos ya cansadas, sobre todo las piernas", explica Ane Balentziaga (Getaria, 1986), una de las remeras de Getaria-Tolosa que el domingo ganaron la liga femenina. "Llevábamos tiempo pensando en el fin de semana de Zarautz, y merecían celebrarlo como es debido antes de pensar en La Concha", concede Javier Isasti, técnico del bote junto a Ángel Larrañaga, que ayer y hoy dieron fiesta a sus pupilas. "Era la primera farra del verano. Salí un día en fiestas de Getaria, pero controlando para estar bien en el play-off", puntualiza Ane.

Las remeras empoparon el domingo una ola tras otra de celebraciones. Repusieron fuerzas con el marmitako preparado por la ama de Nekane Arakistain -que para algo había ganado el concurso de marmitako en las fiestas-, luego fueron recibidas en el Ayuntamiento y tras soltar adrenalina hasta la noche por Getaria, alguna acabó en los conciertos del Enbata Eguna de Zarautz.

"Creo que todos nos hemos quitado un peso de encima al ganar la liga, porque siempre estábamos ahí pero parecía que las gallegas ganaban las citas importantes", se felicita Isasti. Durante unos instantes, a mitad del segundo largo del domingo, planeó esa sombra. "En la ciaboga les llevábamos tres o cuatro segundos, pero, de repente, las vimos encima. Al principio, pensé uff, que vienen, pero no sé de dónde sacamos las fuerzas", relata Ane: "Se acercaron a nuestra calle y debieron rectificar algo, y nos distanciamos".

Desde la zodiac, Isasti observó en ese momento una de las claves de la regata: "Las chavalas estuvieron perfectas, porque no se precipitaron y mantuvieron la remada. Al final, apretaron bien, algo que no hicieron el sábado por miedo a perder la remada y nos quedamos con esa pena porque Galicia se acercó".

Antes, la patrona, Olatz Aldalur -su suplente es Argizka Balentziaga, hermana de Ane-, mantuvo el bote en la calle uno tras la ciaboga: "Había que aguantar ahí, porque si cogías pronto la calle cero, no íbamos a poder aprovechar la pequeña olita que empujaba. Galicia cogió la enfilación bien tras la ciaboga, y por eso se echó encima. Pero había que aguantar ese momento", describe Isasti.

A su juicio, sus remeras mostraron una gran madurez. "Nos hacía falta una regata así para coger confianza y creer más en sí mismas", detecta Isasti. "Cuando Galicia nos ganó con ventaja en el Campeonato de España, se habló de que nos afectaría a la moral, pero no fue así. Siempre hemos estado muy animadas, y más al saber que en aquella regata no remamos bien. Si llegamos a remar a gusto y nos ganan por tanta ventaja, aún, pero no era el caso", aclara Ane Balentziaga.

Con ese espíritu, "nos gustaría ganar también La Concha, que este año será a dos jornadas, y es más bonito y también más justo, porque antes te la jugabas en un día", opina Ane. "También nos quedan dos regatas de la Liga de Gipuzkoa -Hondarribia y Orio-, que intentaremos ganar e igual aprovechamos para alinear alguna juvenil", señala Isasti.

A esa edad llegó Ane al remo. "Con 16 años, probé en bateles con unas amigas, pero lo dejé hasta que hace cuatro años volví a la trainera". Licenciada en Ingeniería Técnica tras realizar el proyecto en Fagor, hizo el CAP "con la idea de dar clases. Mientras no me salga nada, doy clases particulares. Cuesta compaginarlo, pero al ambiente en el grupo lo compensa. Y si encima ganamos la liga, más". Pese a la resaca.