Donostia. Aimar Olaizola se entrenó ayer en el frontón Bizkaia de Bilbao, escenario donde el próximo 3 de julio peleará por la txapela del Manomanista de la LEP.M ante Xala. Se ejercitó en compañía de Lemuno durante algo más de una hora, pero lo extraño es que no se desplazó hasta la capital vizcaina desde su domicilio. Lo hizo desde Lekeitio, la ubicación en la que desde el pasado lunes se encuentra concentrada la plantilla de Asegarce al completo (pelotaris, técnicos y directivos). Por la mañana, el delantero de Goizueta participó en la sesión fotográfica de su operadora para la temporada 2011/2012 y también se dio un paseo por la playa junto a algunos compañeros de empresa. Sin embargo, por la tarde cambió bruscamente de escenario. De disfrutar de la brisa marina de Lekeitio, un espacio abierto, pasó a encerrarse en el frontón de Bilbao.
Pero Aimar buscó el lado positivo. "Me estoy quedando sin hacer muchas de las cosas que están haciendo mis compañeros en la concentración porque yo estoy mentalizado en lo mío. Me da un poco de pena, pero firmaría estar todos los años así si eso significa que tengo que jugar una final". Después del entrenamiento, supervisado por José Ángel Balanza, Gorostiza, uno de los técnicos de Asegarce, el goizuetarra regresó a Lekeitio, donde permanecerá concentrado hasta el jueves. Sin embargo, tal circunstancia no le impidió desplazarse el pasado lunes hasta Tolosa para trabajar el aspecto físico en el gimnasio. En lo referente a los entrenamientos en el escenario de la final, Aimar tiene previsto regresar al Bizkaia de Bilbao el próximo viernes y es probable que también repita el lunes.
manos sanas En la sesión que completó ayer, Aimar se dedicó a entrenar las manos, "que las tengo muy bien", como el mismo reconoció, "pero más que nada quería coger un poco de ritmo en el frontón y también he aprovechado para hacer saques, remates y probar la volea". Fue su primera prueba exigente tras el partido de parejas que disputó el pasado sábado en Burgos, encuentro del que extrajo conclusiones positivas. "Lo más importante fue que no me lesioné. Las manos me aguantaron bien, no sentí ninguna molestia y me marché contento".
En referencia a todo el lío que se montó en torno al aplazamiento que finalmente se le ha concedido a Xala, operado de apendicitis el pasado 6 de junio, Aimar insistió ayer en que "lo más importante es que voy a jugar el día 3 de julio contra Xala". No obstante, matizó que "se me ha hecho todo un poco raro con tanto cambio y un poco más largo, pero espero no notar nada. Me he venido sintiendo a gusto en todos los partidos que estoy jugando y espero que esto no cambie de aquí al 3 de julio". El día de la final.