Vuelta a las andadas
El Lagun Aro intenta una remontada imposible en el último cuarto tras otro muy mal partido en el que cometió los mismos errores de siempre frente a un sólido Gran Canaria (79-74)
Donostia. El insulso final de temporada que está brindando el Lagun Aro GBC a su afición se cobró ayer otro capítulo negativo y decepcionante, una derrota en la visita al Gran Canaria que, visto el marcador (79-74), puede parecer ajustada, pero no lo fue, ni mucho menos. El maquillaje final del marcador no oculta otro flojo partido del equipo de Laso, que sigue siendo el visitante chollo y que encajó su novena derrota consecutiva a domicilio, una racha que va camino de igualar la de la pasada campaña, cuando el Lagun Aro cerró el ejercicio encajando once derrotas seguidas fuera de casa. El tropiezo, en cualquier caso, no preocupa en exceso pese al triunfo del Granada porque la renta sobre el descenso es de tres victorias a falta de cuatro jornadas.
Visto lo visto ayer, habrá que pensar que la victoria de la semana pasada ante el Unicaja fue un oasis en el desierto de los últimos cuatro meses, porque lo de la Euskal Kopa no cuenta por mucho que le quieran dar una importancia que no tiene. El Lagun Aro volvió a poner las cosas demasiado fáciles al rival de turno, en esta ocasión un Gran Canaria que llegaba enrachado a la cita. Pues bien, la defensa de mantequilla del GBC le puso el triunfo en bandeja en el primer cuarto, que acabó 31-16 y que puso el partido no ya cuesta arriba, sino casi imposible. La debacle sucedió en apenas cuatro minutos, en los que el Gran Canaria aprovechó la pasividad visitante para hacer un parcial de 16-0 que dejó a los de Laso temblando. Jaycee Carroll, cómo no, lideró la embestida local con diez puntos en un abrir y cerrar de ojos.
pérdidas y rebotes A partir de ahí, el Lagun Aro al menos reaccionó y dio el necesario paso adelante en defensa para optar a la remontada. La labor atrás desde el minuto once al 40 fue correcta. El problema, además de tirar por la borda diez minutos, es que se volvieron a cometer los mismos errores de siempre: el equipo guipuzcoano perdió un total de 14 balones y concedió al Gran Canaria 16 rebotes ofensivos. Demasiadas posesiones desaprovechadas, demasiadas oportunidades extra para el rival. Así es muy difícil ganar, y menos en una cancha como el CID, cuyo sobrenombre es La Roca porque es una de las más duras de la ACB. Es increíble que el equipo siga teniendo esos problemas partido tras partido y que no sea capaz de solucionarlos, pero la realidad es así.
En el segundo y tercer cuarto el partido se equilibró. En ataque el protagonismo lo asumieron Lorbek y Kone ante la escasísima producción de los dos teóricos titulares en esos puestos, Baron y Doblas. El americano tuvo un día nefasto, mientras que Doblas sigue en su particular bache de juego que ya dura tanto como el del equipo, cuatro meses. No puede ser casualidad. Ayer hizo cuatro faltas y por eso solo jugó nueve minutos. El caso es que gracias a Kone y Lorbek, y a la constancia de Panko, al menos la desventaja no aumentó, aunque no sirvió para entrar con opciones serias al último cuarto (60-40). Tampoco se podía aspirar a más con solo tres jugadores anotando porque los demás lo estaban haciendo realmente mal hasta ese momento en el plano ofensivo. La estadísticas al minuto 30 confirmaban las sensaciones: entre Panko, Lorbek y Kone sumaban los 28 puntos de valoración de su equipo. Es decir, entre los otros seis jugadores -Lander Lasa no jugó- no sumaban ni un punto.
En los diez minutos finales el Gran Canaria se relajó en exceso y el Lagun Aro empezó a meter puntos como churros. A Salgado, Miralles y Uriz, desaparecidos hasta entonces, les empezó a entrar todo y la ventaja local fue menguando paulatinamente, aunque nunca hubo opciones reales de remontada. El Lagun Aro metió en el último cuarto casi tantos puntos, 34, como en los tres anteriores, 40. Un espejismo dentro de otro partido muy flojo, el enésimo a domicilio, donde este equipo casi nunca da buena imagen. Pese a ese amago de reacción final, el choque tuvo tan poca emoción que los comentaristas de Teledeporte se pasaron más tiempo contando anécdotas -alguna bastante graciosa de Manel Comas- y hablando del Fuenlabrada-Manresa que se jugaba a la misma hora que narrando el partido que estaban ofreciendo. Así es este Lagun Aro de los últimas semanas: deja frío e indiferente a cualquiera.
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