Donostia. Pasadas las nueve de la mañana, Iñigo Leache, director del Azysa-Conor, charla con un corredor en los instantes previos a la salida en Aduna. Viste un maillot azul y amarillo, los colores también de la formación navarra a la que perteneció en 2010, pero este año defiende la camiseta del Tarragona-Mopesa, el equipo de su tierra. Al término de la conversación, un aficionado bromea con el técnico navarro: "¡No te confundas con él, que ya no está en tu equipo!". Leache responde rápido: "No me importaría que estuviera, porque es muy, muy bueno". Y tanto. De hecho, unas horas después ese ciclista, el catalán Eduard Prades, alzaba los brazos en Villabona.
El tarraconense, que hasta agosto no cumplirá los 24 años y en 2009 fue profesional con el Andorra-Grandvalira, se impuso en la VIII edición de la Aiztondo Klasikoa, disputada ante numerosísimo público. Su triunfo se debió a dos factores: su fortaleza, porque tuvo buenas piernas tras arrancar en la parte final del descenso de Sarasola; y la fortuna, porque en la cima de Aduna, a solo cuatro kilómetros de la meta, estuvo a solo dos segundos de ser cazado por el grupo perseguidor, pero, de pronto, este ralentizó su marcha fruto del escaso entendimiento y la extrema vigilancia entre sus integrantes, lo que dio vida a Prades en la bajada.
El catalán, segundo en la pasada edición tras Víctor de la Parte, venció con tres segundos sobre el joven vizcaino Omar Fraile (Seguros Bilbao) y cinco sobre el exprofesional David Gutiérrez (Bidelan-Kirolgi), que dio tiempo al grupo principal, en el que Fran Moreno (Caja Rural) fue séptimo y cedió su liderato en la Copa de España a Prades. El oscense, hermano de la exciclista Maribel, aún encabeza la clasificación sub"23.
Control férreo de Caja Rural La Aiztondo Klasikoa es siempre una carrera vibrante, preciosa y un tanto caótica en el scalextric del imponente valle que le da nombre. Ayer, en cambio, vivió su edición más ordenada, sin apenas alternativas en cabeza. De ello se ocupó Caja Rural, que trabajó como nunca se había visto en un terreno muy complejo para un solo equipo, con el fin de que Jordi Simón -vigésimo en la Vuelta a Murcia- y Moreno remataran.
Jaime Garzón, director cajero que procede de la UC SS de los Reyes, puso a sus hombres al frente del pelotón en el kilómetro 40, camino de Alkiza, cuando Aitor González (Debabarrena), Diego Rubio (Ávila), Mikel Ilundain (Azysa-Conor) y un bravo Víctor Holdado (Extremadura) alcanzaron su mayor renta, 1:15.
Ya en las seis vueltas al circuito de Zizurkil y Aduna, y con Holgado estirando la fuga, Caja Rural solo consintió algún salto en solitario -los más sólidos el de David Abal y el de José Aguilar-, pero sin ceder nunca más de treinta segundos. Así, logró su objetivo de llevar el grupo compacto hasta el muro de Sarasola (km. 123), donde Moreno atacó, y con él se fueron Prades, Fraile y otro exprofesional, Estaban Plaza (KTM-Murcia). Al término de la bajada, el tarraconense se fue unos metros, mientras por detrás llegaban los hombres que se jugarían la victoria.
En el sexto paso por Zizurkil y Aduna, Prades nunca dispuso de más de 15 segundos, pero le bastaron. Su colchón llegó a recortarse a dos en la cima de la última cota, a 4 kilómetros de la meta, pero sus perseguidores descargaron toda responsabilidad en Moreno y dudaron, cosa que no hizo Prades, lo que le valió la victoria.
Por equipos, ganó Seguros Bilbao y Bidelan-Kirolgi, que lleva un gran inicio en escenarios hasta ahora territorio comanche, reforzó su liderato en la Copa de España, que descansa hasta el Memorial Valenciaga, el próximo 3 de abril en Eibar.