Donostia. Asier Maeztu ha vuelto a la selección estatal. Nunca había llegado a salir de ella, pero en las dos últimas temporadas apenas contaba para las grandes citas -solo corrió sendas pruebas de la Copa del Mundo-. Su ostracismo comenzó tras los Juegos Olímpicos de Pekín, en los que fue séptimo en la persecución olímpica, cuando el seleccionador de fondo, Didac Navarro, fue relevado por Salvador Cabeza de Vaca, que no tuvo feeling con el donostiarra, al que de poco le sirvió su récord personal de febrero de 2009. Al gaditano lo sustituyó el navarro Jon Iriberri, que no llegó a apostar plenamente por el guipuzcoano. Las cosas han cambiado con Juan Martínez Oliver, técnico de la selección desde finales de junio de 2010. "No puedo tener más que palabras de agradecimiento hacia él. Con decir como otros que quería un relevo generacional, lo tenía muy fácil para apartarme, pero se acordó, me dio una oportunidad, y se lo he agradecido andando en la pista", aprecia Maeztu, que el pasado domingo se colgó el bronce en la Copa del Mundo de Manchester, junto al balear David Muntaner y los murcianos Pablo Aitor Bernal y Eloy Teruel.
Lo más valioso de esa cuarteta, que ganó la general de la Copa del Mundo -de sus cuatro citas puntuables, Maeztu corrió las dos últimas-, es que por la mañana y por la tarde se dio el "gustazo" de correr en 4:03, dos marcas solo mejoradas por el récord estatal (4:02.274) que fijó en Atenas 2004 el equipo que conquistó el bronce olímpico -Sergi Escobar, Maeztu, Carles Torrent y Carlos Castaño-.
Sin embargo, el gran resultado en Manchester no garantiza una plaza en el equipo que dispute el Mundial de Apeldoorn (Holanda), del 23 al 27 de marzo. "Los cuatro de Manchester, más Sergi Escobar, que fue el gran sacrificado ese día, formamos un equipo muy homogéneo. Estamos bastante igualados", estima Maeztu, consciente de que esta temporada ciclistas como Alberto Torres o Antonio Miguel también han alternado en la cuarteta. "En la selección he visto de todo: no ir al Mundial por un error federativo (Los Ángeles 2005), que me dejaran fuera para llevar a un ciclista que se quedaba de la cuarteta... Por eso, ya no me rompo la cabeza. Solo sé que disfruto como hacía tiempo que no lo hacía, que en el equipo vuelve a haber gran armonía, y que en las copas del Mundo de Pekín y Manchester anduve mucho".
Cabello, clave Al margen de la labor de Oliver -que llegó a ganar una crono del Tour y fue quinto en la persecución de Atlanta"96-, Maeztu subraya una figura clave en su evolución personal, Francis Cabello, exciclista y entrenador del grupo de trabajo que dirige Joan Llaneras en Mallorca: "Francis es el mejor entrenador que he tenido. Él fue corredor, y se nota, porque sabe lo que es entrenar, lo que siente el ciclista, te motiva y es alguien con quien se puede hablar. También con Miguel Torres, con quien trabajamos en gimnasio".
Desde luego, el timbre de voz de Maeztu es diferente al de los dos últimos años: "También me lo dice el psicólogo de la selección. Me siento otra persona, más relajado. Estoy con un grupo de trabajo que no mira la edad, sino el rendimiento y los tiempos".
Y mediante el crono confía en volver a un Mundial y optar a becas, de las que vive la pista. "Sin haber corrido dos Mundiales, ya me dirás qué beca me queda. Estoy decepcionado con las instituciones. No entiendo que den ayudas por ser bronce en un Europeo, y como yo fui cuarto por un segundo (2010), no tenga nada".
A sus 33 años, se ilusiona con llegar a Londres 2012. "Sueño con que mi hijo Iosu -que nació en otoño- me vaya a ver a la Olimpiada. Tengo cuerda para ello".