Azulgrana dinastía copera
El Barcelona es el primer campeón que repite título en la Copa desde 1988El conjunto de Xavi Pascual se llevó una final muy trabada frente al Real Madrid
REAL MADRID Tomic (12), Prigioni (10), Reyes (3), Tucker (9) y Suárez (8) -cinco inicial-, Llull, Mirotic (8), Rodríguez (8) y Fischer (2).
BARCELONA Rubio (1), Navarro (7), Anderson (19), Perovic (2) y Lorbek (9) -cinco inicial-, Sada (7), Vázquez (4), Ingles (1), Ndong (6), Morris (8) y Grimau (4).
Parciales 17-19, 13-11, 13-18 y 17-20.
Árbitro Bertrán, Hierrezuelo y Redondo. Eliminaron al madridista Tucker por cinco personales.
Incidencias 13.045 espectadores en el Palacio de los Deportes de Madrid.
Madrid. No diga Copa, diga Barcelona. El campeón consiguió repetir por primera vez desde 1988. Fue aquella la famosa final del triple de Nacho Solozabal en el último segundo con el que el conjunto azulgrana derrotó al Real Madrid. 23 años después, Alan Anderson ejerció de ejecutor de los madridistas que tendrán que esperar a otra ocasión para romper la maldición que les persigue en el torneo del KO desde 1993 cuando Arvydas Sabonis dominaba la Liga ACB vestido de blanco.
El Barcelona prolonga de paso su dominio ante Ettore Messina, que desde que llegó al Real Madrid solo ha ganado un partido a los culés de once jugados. Ayer, el técnico italiano, últimamente peleado con el mundo y mal encajador de las críticas, logró que las distancias se redujeran, pero el desenlace acabó siendo el mismo. Esta vez, los madridistas ni siquiera tienen la excusa de haber jugado tres días seguidos para justificar la derrota.
La igualdad se mantuvo durante 25 minutos y los triples del Barcelona abrieron la brecha definitiva al inicio del último cuarto. La final soñada por aquellos a quienes solo les interesa el duelo entre el azulgrana y el blanco transitó por caminos llenos de baches e inesperados porque actores que se presumían principales se apartaron de los focos y dejaron el protagonismo a otros jugadores menos mediáticos. Juan Carlos Navarro, que agarró al final su quinta Copa, fue un claro objetivo de la defensa madridista que en muchas ocasiones no le dejó ni recibir. Sergio Llull, sorprendente suplente, tampoco pudo lucir, ni Felipe Reyes, ni Fran Vázquez, el MVP del año pasado, ni Ricky Rubio, que además se lesionó en el tobillo.
Antes de caer en la trampa tendida por su rival, el Barcelona debía encontrar un sustituto a su desactivada Bomba y lo encontró en Alan Anderson. El alero estadounidense fue el amo del cotarro en el primer cuarto con once puntos que castigaron en el uno contra uno la defensa de Suárez. El jugador de Minneapolis era casi el único argumento del Barcelona en ese rato mientras el Real Madrid encontraba otras salidas en el juego posicional, trabado en ambas mitades de la cancha por la fortaleza defensiva de ambos bloques y la falta de frescura para sortear los obstáculos después de tres días de competición. El juego de los blancos miraba a Tomic, que aunque no sabe lo que es una asistencia, al menos lograba hacer daño cerca del aro.
La máxima ventaja de los anfitriones no pasó de los dos puntos. Suárez apareció en el segundo cuarto para mantener la pelea y fue una canasta de Clay Tucker la que puso al Real Madrid por delante por última vez (34-33). La primera canasta de Navarro, un triple afortunado, y otro acierto desde la lejanía de Lorbek empezaron a sembrar la inquietud en el equipo de Messina. El Barcelona, además, había dado un paso adelante en defensa, liderado por Víctor Sada, un base con cuerpo de alero que aportó en todas las facetas del juego.
Sequía inoportuna El Real Madrid se quedó cinco minutos sin anotar en el peor momento y empezó a ver cómo la final se le escapaba. Clay Tucker y Sergio Rodríguez frenaron esa sequía para mantener vivo el partido gracias, también, a los desaciertos del Barcelona y prolongar la incertidumbre por el resultado a falta de un juego vistoso.
Los locales se tambaleaban ante la prestancia física de los azulgranas. Messina decidió prescindir de Velickovic y Begic -¿para qué le ha fichado?- y la rotación del Barcelona terminó por dictar su sentencia. Cuatro puntos del capitán Roger Grimau al inicio del acto final fueron un aviso y dos triples consecutivos, el factor decisivo de la final, de Anderson y Morris elevaron las diferencias arriba de los diez puntos por primera vez en el partido.
Era la definitiva. Quedaban seis minutos y medio para el final y Messina se dio cuenta al recibir a sus jugadores en el tiempo muerto que el recuerdo de todas las derrotas anteriores ya pesaba en su cabeza. Ndong había dado una vuelta de tuerca al juego interior del Barcelona y un rebote ofensivo suyo tras recoger el fallo de un tiro libre de Anderson enterró el partido a cinco minutos del final (49-64).
Solo el amor propio, personificado en Fischer y Mirotic, sostuvo al Real Madrid hasta el final porque ni siquiera el hecho de que los blancos amagaran con regresar a la vida logró variar la sensación de que el Barcelona sigue siendo imbatible cuando está en su mejor versión. El talento les sale por arrobas, pero es su defensa la que le permite coleccionar títulos en las últimas temporadas. Solo el Caja Laboral osó quebrar la tiranía de un equipo que se ha permitido el lujo de dejar fuera de toda la Copa a Pete Mickeal, el tres que marca diferencias en Europa.
Ahora Xavi Pascual tendrá que escoger entre sus tres estadounidenses, pero mientras tanto ya ha sumado otro trofeo a la colección. Desde ayer, los dos grandes están igualados en el palmarés de la Copa, con 22 títulos cada uno, pero el presente pertenece a los azulgranas, una perfecta maquinaria de baloncesto. El futuro puede teñirse del color de los ayer perdedores si en la Casa Blanca tienen paciencia para soportar tantos reveses. El Barcelona disfruta de su dinastía, la Copa sigue en su poder y los tópicos se derrumban: las sorpresas son cosa del pasado.
ULTIMAS FINALES
Año/PartidoSede
2002 Tau 85 Barcelona 83 Vitoria
2003 Barcelona 84 Tau Valencia
2004 Tau 81 Joventut 77 Sevilla
2005 Unicaja 80 R. Madrid 76Zaragoza
2006 Pamesa 80 Tau 85 Madrid