El gran culé, por la puerta de atrás
Joan Laporta dejó ayer la presidencia del Barça tras haber sido desairado por los socios. Según una encuesta, el 62% no le habría votado en caso de que se hubiese presentado a las elecciones.
La televisión autonómica catalana TV3 aprovechó la jornada electoral del pasado 13 de junio, en la que se elegía al nuevo presidente del Barça, para realizar entre los socios del club la siguiente pregunta: "¿Hubiese votado a Laporta en caso de haberse podido presentar?".
La respuesta fue clara y contundente. El 62% de los encuestados dijeron que no. Curiosamente, el porcentaje coincide con el resultado de la moción de censura que vivió hace dos años quien hasta ayer todavía seguía presidiendo oficialmente el Barça.
A partir de hoy, Joan Laporta Estruch, que se convirtió el 15 de junio de 2003 en el mandatario más joven de la historia del Barça después de haber sido elegido por una amplia mayoría y contra pronóstico, deja el trono azulgrana.
Lo hace, además, pasando a los anales del club catalán como el hombre bajo cuya dirección el Barça alcanzó sus mayores logros deportivos y sociales. Y, sin embargo, se va por la puerta de atrás.
Porque si la encuesta sobre su persona detectó la desafección del socio culé, las votaciones reales también le sacudieron un enorme sopapo virtual, pues su delfín, Jaume Ferrer, a quien apoyó efusivamente hasta el final calificándole como el hombre ideal para preservar su triunfal modelo, fue el menos votado de los cuatro candidatos que acudieron a la contienda electoral. Peor aún.
Ganó con el 61% de los votos Sandro Rosell, el irreconciliable enemigo de Laporta, que comenzará su mandato denunciándole en los juzgados por difamación, configurando un cuadro de desamor asombroso para quienes desconocen los interiores barcelonistas, donde no le perdonan su deriva en la gestión del club, sobre todo tras la moción de censura, el 6 de junio de 2006, que provocó la dimisión de ocho de los 17 directivos de la directiva.
Las consecuencias de estos comicios han puesto cierta sordina sobre su desembarco en la política activa, anunciada a partir de hoy, de un hombre de trazo independentista que supo gestionar el Barça como nadie y que, en consecuencia, también lo podría hacer en la Generalitat, cuyas elecciones están previstas para dentro de un año.
Laporta, probablemente, ha trasladado la derrota electoral sufrida por sus candidatos a la presidencia del Barça a su futuro político. Y el mensaje parece claro: es el mismo pueblo, mayoritariamente catalanista, y ya no me quiere. Ergo...
La política
Las reflexiones independentistas
Si al final da el paso, tampoco se sabe con quién, de qué forma y aspirando exactamente a qué hará visible su transformación plena en animal político. Misterio que revelará, según tiene anunciado, durante este mismo mes.
El pasado 20 de junio Joan Laporta reflejaba en su página web su pensamiento político, claramente independentista, con las siguientes conclusiones: "En los últimos meses y en paralelo a mis responsabilidades como presidente del FC Barcelona he tenido una serie de reflexiones, compartidas con muchas otras personas, sobre el futuro de Catalunya. Como ciudadano preocupado por el futuro de su país pienso, honestamente, que la apuesta por el Estado propio es la mejor de todas las soluciones para la resolución de los problemas que sufre Catalunya...". "Los diversos partidos catalanistas han defendido, con legitimidad, propuestas políticas para optimizar la plenitud nacional del país, pero todo ello ha conducido, el día de hoy, a un callejón sin salida que no nos ha permitido avanzar...", añadía.
"Pienso que en las próximas elecciones al Parlamento el voto independentista es el voto útil para la mejora social y económica de todas las personas que viven y trabajan en Catalunya, tanto de las que han nacido como las que han elegido esta tierra para construir una nueva vida. Es la hora de abandonar el debate victimista de buscar enemigos donde no están..."
"Hace falta un Estado propio para defender nuestros intereses, para tener voz y voto de verdad, para hablar en igualdad de condiciones y respeto con los demás. Un Estado catalán es bueno para Catalunya, para España y para Europa...", precisaba.
El legado
"Quin parell d"ous!"
El domingo anterior Joan Laporta recibió en Sant Guim de Freixenet, el premio Quin parell d"ous! (¡Vaya par de huevos!) con el que los organizadores describen cualquier tipo de exceso, pero positivo y digno de encomio. A Laporta se lo dieron por "su defensa de los valores, la erradicación de la violencia, los éxitos deportivos y el acuerdo con UNICEF".
Es decir, la otra cara de la moneda. El poderoso legado social y deportivo que lega al barcelonismo ahora que ha dejado de ser presidente del club blaugrana.
Lo último, el ascenso del Barça Atlètic tras pasar doce años en Segunda B y Tercera, que pone la guinda a los 72 títulos logrados en las diferentes secciones profesionales del club a lo largo de los siete años en los que Laporta ha ejercido la presidencia.
Sobre todo los cuatro títulos de la Liga de fútbol, las dos Ligas de Campeones y el hexacampeonato conseguido por Guardiola en 2009 con una forma preciosista de degustar el fútbol, que ha servido para que se reconozca al Barça como el equipo que mejor juega en el mundo.