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Oportunidad al garete

El Lagun Aro deja escapar en las últimas posesiones una victoria que tenía en sus manos tras ser capaz de remontar un 16-0 en contra, por lo que la permanencia deberá esperar

El Lagun Aro pudo haber acabado la jornada de ayer con la permanencia prácticamente en el bolsillo, y lo podía haber hecho a lo grande, ganando en la pista de un equipo de play-off como el Estudiantes. Estuvo tan cerca de conseguirlo que resulta incomprensible cómo no pudo rematar el triunfo, que finalmente cayó del lado local por 74-73 con una canasta de Oliver a tres segundos del final. Lo echó por la borda en tres últimos minutos fatídicos después de una muy buena actuación -una de las mejores de la temporada a domicilio- que permite ver la botella medio llena o medio vacía, según el gusto del consumidor: por un lado, es innegable que a estas alturas sólo vale ganar para escapar de una vez por todas de la zona de descenso; por otro lado, el equipo ha demostrado en las dos últimas semanas que alcanza la recta final de la liga con la confianza en sus fuerzas intacta.

No éramos pocos los que pensábamos que este Lagun Aro llegaba a la fase decisiva del campeonato tocado tanto en el aspecto anímico como en el de juego, casi hundido por su horrorosa racha de derrotas y dependiendo casi exclusivamente del Xacobeo para salvarse. El equipo nos quitó la razón ayer. Llega vivito y coleando a las últimas jornadas y, con esta actitud y este juego, logrará la permanencia. También ayuda, y mucho, que el Xacobeo volviera a perder ayer y sea una casa de locos, pero los de Laso se han metido entre ceja y ceja lograr la salvación por méritos propios. Y están en camino de hacerlo.

Si las opciones de ganar al Estudiantes en su cancha eran ya pocas, el Lagun Aro se empeñó en poner las cosas más difíciles encajando un bochornoso parcial de 16-0 en menos de cinco minutos. Otro inicio de partido inaceptable que, por desgracia, el equipo ha repetido periódicamente en los últimos tres años. ¿Es que no hay remedio contra esta absurda relajación? ¿Cuántas victorias más tendría el Lagun Aro si saltara siempre a la cancha concentrado al 100%? ¿Pondrá fin algún día Laso a esta rutina?

Un triple de Uriz -otra vez titular y otra vez a buen nivel- frenó de forma momentánea el desastre, aunque el Lagun Aro siguió sufriendo todo el primer cuarto, que acabó con un claro 28-14 para el Estudiantes. El conjunto guipuzcoano empezó a despertar a partir del minuto once gracias a Ignerski y Lorbek, que fueron acortando distancias a base de triples, tres cada uno. Al descanso, y gracias a este acierto desde 6,25, el partido estaba abierto (43-39), un milagro teniendo en cuenta que lo que auguraba el inicio era otro ridículo como el de Canarias.

Buen tono defensivo El Lagun Aro dio definitivamente la vuelta al partido en el tercer cuarto. De nuevo basados en una buena labor defensiva, tomaron el relevo anotador Panko, Miralles y Barbour. Lo cierto es que el equipo encontró casi siempre jugadores que anotaran, saliéndose del clásico tridente Barbour-Panko-Ignerski y de Sergio, que ayer apenas contó. Al ver, semana tras semana, que sus teóricos puntales ofensivos no respondían al igual que a principio de temporada, Laso ha sido capaz de ir encontrando alternativas como Uriz, Lorbek, Miralles o incluso Detrick, pese a que ayer no anotara, y Hopkins. Entre unos y otros, lograron que el Lagun Aro tuviera hasta siete puntos de renta (51-58) en el minuto 28. En ese momento la victoria estaba al alcance porque el Lagun Aro iba para arriba y el Estudiantes ofrecía síntomas de impotencia.

Sin embargo, los de Laso no remataron la faena. Se bloquearon y les faltó instinto asesino para rematar a su presa. Dejaron con vida al Estudiantes durante los siguientes minutos. Sirva como ejemplo que Uriz perdió dos balones seguidos en el inicio del último cuarto cuando hasta entonces estaba haciendo un partido impecable. También Ignerski se despistó y se salió del partido.

A tres minutos del final, con 67-71, llegó la debacle. Los árbitros tampoco ayudaron, porque pitaron dos faltas consecutivas a Miralles muy rigurosas. Se podría decir incluso que inexistentes. El Estu se adelantó con cinco puntos seguidos (72-71). Hopkins puso un poco de cordura con una canasta que puso el 72-73 y Panko taponó un intento desesperado de Suárez. Todo estaba a favor, pero entre Ignerski y Barbour agotaron los 24 segundos de la siguiente posesión sin lanzar a canasta, Oliver penetró hasta la cocina para poner el 74-73 y la última jugada de pizarra de Laso no funcionó. Todo el buen trabajo anterior tirado por la borda en tres minutos. La salvación debe esperar. Aunque el Xacobeo ayuda lo suyo, no está todo hecho y puede hacer falta ganar algún partido. Será pronto si el Lagun Aro juega como lo ha hecho las dos últimas semanas. Ahora no tendría sentido volver a caer en la relajación.