Romper el hielo
"estar solamente en la presentación de un torneo como el Manomanista ya es un premio para mí", explica Abel Barriola. El zaguero vuelve a las grandes citas con la escopeta cargada de ilusión y por la puerta grande. Su mirada centellea en cuanto desgrana palabras sobre la competición. Media sonrisa en su rostro. Cejas arriba. Sinceridad. "Afronto todo esto con muchas ganas. Al fin y al cabo es el torneo más importante y el más exigente, tanto física, como psicológica o técnicamente", desgrana. "Aunque ya veremos lo que pasa en la cancha". El verde es el que dicta sentencias, la pelota es la que habla, los cartones son los que justifican las decisiones. El navarro romperá el hielo en el Astelena de Eibar el próximo domingo 18 de abril. Delante, el campeón Juan Martínez de Irujo. El de Leitza deberá romper el hielo ante el coco de la competición. "Las dos ramas son complicadas, todos los nombres dan respeto, yo tengo un duelo difícil, pero es la grandeza del Manomanista. Además, con el cambio de formato, se espera que los duelos sean cada vez más igualados, a priori", señala Abel.
Con el giro de la competición planeado por las empresas, la reducción elimina parte del atractivo de incertidumbre. El principio del K.O. "Ahora puedes pinchar un día y rectificar. Antes, si no jugabas el día y la hora que debías hacerlo te ibas para casa y todo un año esperando. Eso se pierde. Bien es cierto que el pelotari tiene más oxígeno, pero personalmente no me gusta demasiado", analiza el zaguero. "Una de las cosas bonitas de la competición era que si hacías las cosas bien tirabas para adelante. Ahora el enfoque psicológico cambia mucho. Es una pequeña maratón", añade Barriola. Habla de la esencia. Del western. De "la angustia del pelotari, que gusta mucho al pelotazale". Asimismo, el formato actúa como tapón de los manistas jóvenes o con proyección. "Si uno andaba como un tiro podía llegar a semifinales o incluso a la final. Ahora no se va a poder romper el hielo y se retrasa. Además, si uno no lo hace bien, puede que baje y entran muchos factores, lo que no es del todo correcto ni justo. Pero las empresas trabajan para hacer atractivo el torneo", esgrime el zaguero. "Espero que haya sorpresas inesperadas".
"La presión es algo muy personal, no me preocupa no ser favorito. Ya lo veremos al final del torneo", comenta el leitzarra. No en vano, es consciente de que el trabajo en el frontón vale más que cualquier apuesta del respetable. "Ya he realizado unos cuantos entrenamientos, no todos con exigencia física a tope", remacha. "Lo básico es la técnica".
Tras las lesiones, las dudas se ciernen sobre las figuras. "Las virtudes del deportista pasan por amoldarse a los obstáculos y seguir hacia adelante. Sé que para estar al 100% hay que seguir un proceso largo y sé que aún no ha acabado. Pero lo pasado, pasado queda y no voy a poner ninguna excusa a mi rendimiento", finaliza el zaguero de Leitza, al que le queda acabar con la escarcha en su aparición en Eibar, en La Catedral.