Una decisión correcta
EN el ciclismo, los jueces somos como los árbitros de fútbol, que ven varias veces la repetición de una jugada y no terminan de encontrar la unanimidad sobre si era o no penalti. En el caso del sprint de ayer, no tengo duda y la descalificación de Óscar Freire es justa. El reglamento es claro, y recoge que el ciclista debe mantener la línea recta en el sprint. En nuestro deporte no hay calles como en el atletismo y este punto no se tiene en cuenta cuando se registran los habituales movimientos para adelantar a otro y evitar o esquivar una caída, que no es este caso.
Cuando lanza el sprint, Freire va por la derecha, da un bandazo a la izquierda para superar al corredor que le precede, y poco a poco sigue hacia la izquierda, el lugar por el que también intenta progresar Valverde. El cántabro explicó que buscó las vallas para protegerse del viento, pero llega un momento en el que apenas deja sitio para que remonte el murciano, quien, quizá, tampoco se atreve a meterse por un hueco que era mínimo. Probablemente, si el de Rabobank llega a dejar un espacio de un metro sobre el límite vallado, no hubiera sido descalificado, porque su acción no lleva mala intención.
Considero a Freire un velocista muy correcto en las llegadas y su movimiento casi es instintivo al buscar la protección de las vallas, aunque creo, además, que por debajo del brazo llega a ver la posición de Valverde a unos 75-90 metros de la meta. Sin embargo, el hecho de ver o no al corredor que intenta remontar no influye en la resolución del jurado técnico, de la misma forma que tampoco es necesaria que exista una reclamación, porque el jurado técnico puede actuar de oficio. La altura en la que se encuentra el ciclista que intenta remontar tampoco influye.
En esta Vuelta al País Vasco hay cuatro comisarios internacionales. Ya conocía a dos de ellos, y puedo garantizar que son dos jueces árbitros de sobrada experiencia, y la descalificación de Freire no la veo polémica, sino correcta.