Leitza. Apenas 20 kilómetros separan Tolosa, la localidad guipuzcoana en la que Joxemari Mendizabal retornó el domingo a la aizkora 21 años después con una apuesta ante Olasagasti, de Leitza, enclave navarro en el que pasó gran parte de su vida -actualmente residía en Urdiain-. 20 kilómetros que recorrió ayer por última vez camino de su funeral, un día después de que, a sus 63 años, su cuerpo no aguantara tal desafío y falleciera tras sentirse indispuesto durante la apuesta.

Muy pequeña se quedó la Iglesia de San Miguel de Leitza para acoger a la multitud de personas que se acercaron para despedir al aizkolari de Aduna (Gipuzkoa) y acompañar a su familia. No faltó un leitzarra. Tampoco los aizkolaris navarros y guipuzcoanos. Algunos portaron el féretro hasta el interior de la iglesia, como Arria II (su ayudante durante su apuesta en Tolosa), Olasagasti (su último rival), Aierbe, Agite, Aldalur y Alberto (un ayudante de Mendizabal y Olasagasti). Otros, casi todos, elevaron sus hachas hacia el cielo como homenaje mientras el ataúd avanzaba, a la par que era recibido por un aurresku. Allí estaban, entre otros, Arria IV, Arrospide, Asurmendi, Nazabal padre e hijo, Erdozia, López, Areso, Bixente, Gorriti, Otaegi, Etxebeste, Astibia, Senosiain, Eraso, Erasun, Mindegia padre e hijo, Txarpategi, Ugarteberu, Barberena, Olasagasti, Peñagarikano y Otxandorena. Todos querían despedir a Mendizabal y lo hicieron con un emotivo homenaje, con el instrumento con el que a su compañero le llegó la muerte: el hacha.

No sólo se volcó el mundo de la aizkora. Lo hizo el herri kirolak en general. Allí se pudo ver a los harrijasotzailes Iñaki e Inaxio Perurena, Mieltxo Saralegi, Aimar Irigoien, Iñaki Gorostidi, Iñaki Gil, Carlos Atxa, Isaak Martínez y Paskualtxo. También quisieron darle el último adiós pelotaris como el leitzarra Oinatz Bengoetxea, los hermanos Asier y Aimar Olaizola y Mikel Goñi, además de parte de la corporación de Leitza, encabezada por el alcalde, Javier Zabalo, y los concejales Ion Arangoa, Juan Mari Barriola, Silvestre Zubitur, Fernando García y Aitor Etxarri, este último también parlamentario.

La ceremonia, oficiada en euskera, terminó con dos bertsos que realzaron la figura de Mendizabal, ideados para la ocasión por el azpeitiarra Sebastián Lizaso, perteneciente a una saga de bertsolaris, y por el zarauztarra Andoni Egaña, que atesora cuatro txapelas de Euskal Herria. Un final emotivo que provocó los aplausos de la multitud que abarrotaba la iglesia, su iglesia, y de la otra multitud, la que tuvo que quedarse fuera.