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Un panorama deprimente

El Lagun Aro no sale de su bache de juego, y planta cara al Madrid sólo 15 minutos para luego ceder sin oposición

Donostia. La cuesta abajo es cada vez más pronunciada y la racha de resultados negativos, más larga. Como se sospechaba, la visita del poderoso Real Madrid no sirvió como acicate para reaccionar, sino para confirmar el penoso momento por el que atraviesa el Lagun Aro GBC, que ayer fue un juguete en manos del conjunto blanco. El resultado final (72-96) ya es suficientemente clarificador, pero lo peor es que, si llega a necesitarlo, el Madrid podría haber metido más puntos.

Cada vez queda más lejos aquella imagen de las primeras jornadas, en las que el Lagun Aro se mostraba como un conjunto con talento en ataque, una correcta actitud atrás y capaz de competir en cualquier cancha. Desde hace unas semanas es un equipo con una alarmante falta de equilibrio. El principal problema es que su defensa es tan frágil que hace la vida demasiado fácil al rival. Para un día que se puso a defender, en Manresa, no metió ni una y se quedó en 57 puntos. El mal momento de algunos jugadores, como Barbour o Sergio, es realmente preocupante, y Laso no encuentra soluciones. Cada vez rota más, pero los resultados no acompañan. Urge buscar soluciones.

Ayer, el Real Madrid vivió una jornada realmente plácida. Quien tuvo la brillante idea de jugar de tú a tú a uno de los mejores equipos de Europa, se equivocó de lleno. Tratar de jugar a intercambiar canastas con el Madrid, que es lo que hizo el Lagun Aro, es un suicidio. Y eso que el equipo guipuzcoano jugó un brillante primer cuarto (27-24) gracias a la impresionante inspiración ofensiva de Ignerski, autor de tres triples, y de Sergio, que metió ocho puntos y dio tres asistencias en siete minutos, hasta que Laso decidió, de forma incomprensible, sentar a su mejor hombre sobre la cancha.

La igualdad se mantuvo más o menos hasta el minuto quince, cuando Panko metió un triple que puso el 41-38 en el marcador. Ahí se acabó el acierto en ataque. Tenía que ocurrir tarde o temprano. El problema no fue ése, sino que el equipo siguió sin emplearse con la suficiente dureza en defensa. Más bien lo contrario. Así, el Madrid hizo un parcial de 4-16 antes del descanso y se fue al vestuario dominando con cierta comodidad (45-54).

81 puntos recibidos en 30 minutos En las cuatro derrotas ligueras del Real Madrid hay un factor común, que metió pocos puntos: 68 contra el Xacobeo, 62 frente al Caja Laboral, 57 contra el Barcelona y 80 ante el Estudiantes con prórroga incluida. Pues bien, ayer los de Messina ya habían anotado 81 para el minuto 30. El tercer cuarto fue un paseo. El Lagun Aro fue incapaz de defender con una mínima intensidad y en ataque su acierto fue disminuyendo: 5/9 en triples en el primer cuarto, 6/13 en el descanso, 7/17 tras el tercer parcial... El movimiento de balón brillaba por su ausencia y los ataques eran una sucesión de jugadas individuales. Si a eso se le añade una defensa de risa, el panorama resultante es desolador.

En el último cuarto, el Madrid no quiso hacer sangre, algo que hay que agradecerle, porque el marcador podía haber sido de escándalo. Ni siquiera eso aprovecharon los de Laso para tratar de dejar un buen sabor de boca en la afición maquillando el resultado, que al final fue de 72-96, 24 puntos de renta como podían haber sido 28, 30 ó 35.

Como no espabile, el Lagun Aro va a pasar serios apuros. La ilusión por la Copa es agua pasada. Ahora reclama la atención una situación clasificatoria que empieza a ser delicada. El margen sobre el descenso, que marca el Bilbao Basket, sigue siendo de dos victorias, pero el antepenúltimo clasificado, el Alicante, ya ha empatado al Lagun Aro. Es normal. Cinco derrotas seguidas hacen daño a cualquiera y los demás no se quedan quietos. Urge reaccionar ya. Un par de tópicos pueden servir para marcar el camino a seguir: "El ataque gana partidos, la defensa campeonatos", y "defender es querer". No puede ser tan difícil hacerlo.