Síguenos en redes sociales:

"Más que de haber sido presidente, estoy orgulloso de haber entrenado a la trainera"

Paco Prieto (Donibane, 1940) va camino de los 70 años y la mitad los ha pasado presidiendo Koxtape. Ahora, disfruta más del tiempo libre, aunque "todavía debo descubrir cómo invertirlo. No me aburriré, y el club siempre me tendrá cerca para lo que haga falta"

"Más que de haber sido presidente, estoy orgulloso de haber entrenado a la trainera"Foto: gorka estrada

Pasai Donibane. Paco Prieto deja la presidencia "en buenas manos", tras haber acumulado "más amigos que enemigos". A éstos, afirma, "los descubrí pronto, mucho antes de la escisión", que ha sido su momento más delicado al frente de la Erreka. Fue en 1991, cuando San Juan se dividió entre Koxtape y Donibaneko Arraunlariak. Aquella época no la ha olvidado, pero "está pasada", y ahora "todos tenemos que ser constructivos. Hay que apoyar al club".

¿Se jubila, lo jubilan o sólo desea apartarse un poco?

Voy a hacer 70 años y tenía ganas de buscar un camino. A veces llega cuando tú no quieres, pero el mío ha llegado cuando yo quería y, además, apareció gente que se interesó por el club, gente con ganas.

Son personas que llegan al club en un momento deportivo bueno...

Sí. Dejamos el club en un momento deportivo y económico bueno, y digo dejamos porque conmigo siempre ha habido una gran junta directiva que en un porcentaje muy alto remamos juntos en 1973. Volvemos a estar en la ACT, además con un equipo competitivo, puede que saquemos una segunda trainera y está en marcha una trainera de chicas con visos de ser una realidad. Tenemos casi 120 fichas, por lo que seremos uno de los clubes con más fichas de competición.

El siguiente paso deben ser las nuevas instalaciones...

Son imprescindibles. No hay otro camino. El club va creciendo, y el local actual, que tiene 500 metros cuadrados, se hizo de forma provisional cuando había que tirar nuestras anteriores instalaciones, que eran viejas pero con 1.800 metros que nos hacían falta. Ahora no cabemos en este local, y nos costó mucho dinero, lo que descapitalizó el club. Todo se dará por bueno si al fin se empiezan a construir las nuevas instalaciones, que tendrán 1.800 metros.

¿Para cuando se prevé el local?

Ya debería estar hecho, pero se ha retrasado todo por temas burocráticos. No se entiende que el problema sea más de papeleo y entendimiento entre todas las partes, Ayuntamiento, Diputación y Puerto de Pasajes, que por cuestión económica. Pero lo pasado pasado está, y esperemos que empiece y en un año tengamos ya las instalaciones.

¿Y el pabellón actual?

Ése es otro tema a analizar, a ver qué utilidad se le puede dar para amortizar el dinero invertido en él.

¿Ha llegado adonde pretendía?

Hemos logrado todos los objetivos que hemos buscado, y claro que podíamos haber ganado más regatas, pero no nos podemos quejar. Durante este tiempo se han ganado todo tipo de regatas. Ha habido años en el que hemos sido el mejor club tanto en banco móvil como en fijo, con los chavales y con los senior. Durante cuatro años seguidos fuimos campeones de España en el ocho juvenil, también logramos el título en senior... En banco fijo, hemos ganado banderas y ligas vascas, batido récords...

Conocemos el presente, pero el origen de todo está lejos. ¿Cómo fue?

Llegué al remo porque nací en San Juan, y en la plaza. El remo ha sido lo más importante para los chavales del pueblo, aunque yo comencé en el atletismo. En 1955 empecé a remar en la SD Yola, y en 1965 se fundó el club Koxtape, y entramos ya en 1966-1967, cuando coge fuerza sobre todo el banco móvil.

Empezó de remero...

No, como trabajador, porque hubo que sacar los escombros en las instalaciones derruidas para hacer un foso. Inmediatamente, remamos, y luego ya, en 1974, pasé a ser presidente y entrenador. Dejé de ser entrenador en 2003.

¡Lo que ha cambiado el remo!

Una barbaridad. Sobre todo, las asociaciones, como la ACT o la ARC, han relevado a las federaciones y han reglamentado aspectos que muchas veces no podían regular las federaciones al no tener poder para ello, con lo que se han evitados muchos follones que había antes. Al margen del tema organizativo, han cambiado también los clubes, que ahora deben buscar más recursos económicos para ayudar a los remeros en lugar de destinarlo a lo que debería hacer un club, que es la promoción. Esa labor de promoción es ahora más difícil.

¿Se ha perdido romanticismo?

Es poco dinero, porque hablamos de dar a un remero 3.000 ó 4.000 euros, pero para un club es mucho, porque ese dinero lo debe de buscar para 30 remeros, y ya hablamos de 100.000 euros, un dinero que antes nos permitía muchas cosas. Antes al remero se le daban los premios. Nosotros, por ejemplo, el año pasado sacamos veintitantos mil euros en premios, y repartimos 88.000, por lo que nos tuvimos que buscar 60.000 euros adicionales, que salen a costa de no comprar furgonetas o invertir menos en la base. Las nuevas asociaciones permiten competiciones más organizadas y bonitas para ver, facilita el poder atraer a los patrocinadores... Son buenas para casi todo, pero hay una pata coja, ya que en general se debería trabajar más con la base.

Ese déficit con la cantera se acusa sobre todo fuera de Gipuzkoa.

A mí es algo que no me gusta, pero si hay clubes en los que una persona va y pone dinero para reunir una buena tripulación, no se puede objetar nada. Otra cosa sería que los clubes nos endeudáramos. Eso sí que sería peligroso e inadmisible. Hay clubes que pasan problemas para pagar, pero no endeudados. Ahora la economía de los clubes está peor.

¿Añora la época de la madera?

Está bien que todo evolucione. La fibra ha mejorado las traineras en duración y dureza. También los remos. Antes las traineras pesaban 50 ó 60 kilos más, los remos pesaban el doble, tres kilos. La fibra da menos trabajo de mantenimiento.

¿Volvería a empezar en Koxtape?

Sin duda. Cuando me propusieron ser presidente, no me apetecía nada, porque yo hacía mucho deporte y ese tiempo que le dedicaba a la actividad física me lo absorbió el club, porque siempre he vivido el día a día con mucha intensidad. La familia ha sido la otra gran perjudicada, porque han sido muchos días de salir del club a las doce de la noche. Por suerte, la mujer trabajaba conmigo en la tienda (Caravanas Oiartzun), y la podía ver más.

¿De qué está más orgulloso?

Más que de ser presidente, de haber entrenado a la trainera. Además, avanzamos mucho, sobre todo en los años 86 y 88, que bajamos de 20 minutos primero a 19:49 y luego al 19:37 en La Concha. Ahí influyó mucho el avance físico y técnico, tanto en los entrenamientos como en la forma de remar.

Y no se hablaba de médicos...

¡No los había! Médicos debe haberlos en todos los sitios, pero su labor debería limitarse a velar por que los remeros no tengas carencias de hierro o problemas de sobreentrenamiento.

¿Tienen demasiado protagonismo?

En algunos deportes, sí. Un médico debe velar por la salud del deportista, pero no hacer que ese deportista se salga de madre. Pero hablemos de cosas agradables.

¿Con qué triunfo se queda?

Con La Concha de 1999.

¿Cuál es el peor momento vivido?

Hubo una escisión, que fue dura y que ya está olvidada, pero sobre todo lo peor fue cuando ese mismo año (1991) se nos ahogó un chaval. No quiero hablar de ello. Fue terrible.

¿Paco Prieto podría ser entrenador en los tiempos actuales?

Podría, pero no es mi intención. Lo dejé en 2003, y fuimos el mejor equipo de Euskadi. Sólo nos ganaron Astillero y Mecos. Ahora ayudo, aunque no todo lo que pudiera, a Joaquín Azpillaga, que entrena a los infantiles. Mi etapa ya pasó.

Al poco de ese gran 2003, el club pareció cumplir un ciclo y descendió...

Sí, pero no porque yo no fuera el entrenador. Creo que el club estaba en buenas manos, pero si hay gente que se te va yendo, sin darte cuenta te quedas sin bloque y en poco tiempo te llega otro.

¿Alguna vez vio el club en riesgo?

Ha habido sus más y sus menos, pero siempre ha habido una cuadrilla de remeros. Tenemos un entorno importante de Lezo, Oiartzun o Errenteria, pero nunca ha faltado la gente del pueblo. Con 2.400 habitantes en San Juan, estaremos entre las dos poblaciones con mayor índice de remeros de Euskadi. Ahora tenemos en el club 19 infantiles, 20 cadetes, 19 juveniles, unas 14-15 chicas y 40 seniors.

En ese entorno está San Pedro. ¿La rivalidad ahora es menor?

La rivalidad está ahí, y es importante que haya. Eso es bueno. Lo que pasa es que muchas veces uno está mejor que otro, y la verdadera rivalidad se nota cuando los dos peleamos por los triunfos.

¿En qué manos deja el club?

En las de Antxon Sistiaga y Andoni Trecet. Los dos fueron remeros que pasaron por todas las categorías de este club y con responsabilidades laborales importantes. Y están con ganas, que no es poco.

¿Para cuándo un Koxtape ganador?

Prefiero que eso lo respondan los actuales directivos, pero tenemos una buena cantera. Este año hay mimbres para estar en la segunda tanda.

¿Qué me dice de Igor Makazaga?

Que sabe de esto y es muy trabajador. Lo mejor que yo puedo decir de una persona es que sea trabajadora, e Igor lo es.