"De cara a este año, me tienta mucho la idea de hacer el Tour de Francia en bici sin parar"
Beñat Zubillaga se ha convertido en el primer atleta estatal en vencer el Ultraman de Canadá y en participar en la prueba más dura existente: el Decaironman de México. Estas hazañas han sido retransmitidas por él mismo en su página web beñatzubillaga.com
Donostia. Llega de participar en el Decaironman de México, en el que ha obtenido el tercer puesto. ¿En qué consistía esta prueba?
El Decaironman es una prueba de diez días en la que cada jornada se completa un Ironman, es decir, 3,8 kilómetros nadando, 180 kilómetros en bicicleta y una maratón. La salida era a las nueve y cada uno tardaba lo que tenía que tardar.
¿Y qué es lo mejor y lo peor que usted se ha encontrado en esta prueba?
Lo tiene todo. Todo es bueno y malo. Lo peor, los problemas que tuvimos los participantes con la retención de líquidos, que me jugó una mala pasada a partir del quinto día. En el noveno, cuando estaba cerca de ganar el Ironman de la jornada, se me acumuló el agua en la rodilla y fui cojo el resto de competición.
¿Continuó hasta el final?
Sí. Pero ya me lo tomé con más tranquilidad. El segundo y el cuarto clasificados estaban lejos, y el último día me dediqué a disfrutarlo. Me paraba a hablar con la gente, y así me quitaba un poco la presión.
Hay una prueba llamada Doble Decaironman…
Sí, pero no se ha hecho nunca y dudo de que se vaya a hacer. Serían 20 Ironman en 20 días. Es una locura. Mira, a mí cuando me hicieron los análisis posteriores me dijeron que era como si me hubiera dado un infarto. Para llevar a cabo esta locura tienes que hacerlo con un equipo médico que te esté vigilando continuamente.
¿Cuál es la alimentación que un deportista de estas características debe llevar a cabo?
Tienes que comer de todo. Caldo, arroz, pescado, carne, pasta… sobre todo arroz, que tiene muchos carbohidratos. Hay que darle también importancia a los electrolitos y al magnesio, que se toman en cápsulas y en bebida.
México ha sido su última participación en un evento de 2009. ¿Qué valoración hace del año en general?
Para enmarcarlo en un cuadro (ríe). La verdad es que he hecho de todo: raids multiaventura, esquí con perros, correr en arena, montaña, el Ultraman de Canadá y el Decaironman de México, que ha sido el broche de oro.
¿Con cuál se queda?
Todos son diferentes. Con el Decaironman me quedé con mal sabor de boca, porque no terminé como debería de haber terminado por culpa de la lesión, pero hay que valorar lo realizado.
¿Qué nos puede decir del futuro?
No lo tengo muy claro aún. Hay una carrera de montaña en Beasain de 165 kilómetros de montaña (la Ehun Milak), el Tour de Francia en bici sin parar, que me tienta mucho, la Ultraman de Canadá en agosto y la de Hawaii en noviembre. Después de Reyes empezaré a entrenar y quizás para julio empiece a competir en carreras de nivel. Ahora es cuando empieza el trabajo duro.
¿Nunca se ha planteado ir a unos Juegos Olímpicos?
No hay pruebas tan largas en unos Juegos. Además, las distancias cortas no me llenan. Empecé en 2005 con el Ironman de Lanzarote y he seguido en estas distancias.
Un atleta de Decaironman, ¿nace o se hace?
Yo creo que cualquiera puede hacerlo si se prepara bien, sobre todo a nivel psicológico. Pero primero has de observar lo que hacen los demás, aprender, controlar la alimentación, etcétera. Yo hago las cosas porque sé que las puedo hacer. Tienes que creer en lo que haces. Si no te lo crees tú, no haces nada.
Su comienzo en esto de las carreras es un tanto curioso…
Todo comenzó en una boda en la que me vi con muy mal cuerpo. Me dije a mí mismo que eso tenía que cambiar y me apunté al Ironman de Lanzarote con la intención de acabarlo a gatas, de rodillas o como fuese, y al final salió mejor de lo esperado aunque sufrí un poco en la bicicleta.
Muchos le dirían que estaba loco, ¿no?
Al principio sí. Hay mucho loco en este deporte, aunque todas las personas estamos un poco locas a nuestra manera. Y el que diga que no lo está es porque él tiene el problema.
La gente tiene la idea de que se están siempre entrenando…
Somos gente normal (ríe). En mi tiempo libre me gusta hacer de todo. Hay gente que se entrena demasiado, que se prepara para competir al más alto nivel, pero a mí me gusta tomarme algunos descansos para recuperarme. Esto no es ningún juego y hay que hacer las cosas con cabeza. Mi ilusión sería seguir corriendo a los 60 años y para eso has de cuidarte bien.
¿Cuántas horas puede entrenarse a diario?
Depende. Hay días que voy a nadar o correr una hora en ayunas, después hago una buena comida y me cojo la bici e intento cambiar el entrenamiento del día anterior. Me gusta entrenar solo y de noche, que es cuando mejor me concentro.
La gente como usted se entrena más que nadie, y sin embargo no se reconoce su esfuerzo...
Al final eso da igual. Todos sabemos que lo que mueve al mundo del deporte es el dinero y eso es lo que se busca.
Uno de los problemas que tiene habitualmente es el de encontrar patrocinador, ¿no?
Sí. Es difícil sobrevivir económicamente, y has de moverte para que te patrocinen. Yo no tengo un patrocinador, aunque sí que me gustaría agradecer a la tienda de ropa Leize, que me está apoyando en todo esto.
¿Qué le pide a este 2010?
Seguir así, tener salud y no volver a lesionarme.