La Real regresa al lugar del crimen. Uno de los escenarios más grandiosos del mundo, en el que hace dos meses vivió el momento de la temporada al ponerse 1-3 en la vuelta de la semifinal de Copa, que, de haberlo mantenido, le hubiese permitido disputar la final ante el Barcelona. La pena es que el Madrid igualó el duelo pronto y, aunque Oyarzabal logró poner el 3-4 con el que finalizaron los 90 minutos, en la prórroga los guipuzcoanos no pudieron aguantar más y acabaron sucumbiendo con un tanto definitivo a falta de cuatro minutos.

Un templo en el que todo lo que sucede o se logra entra en la historia, al menos del club txuri-urdin. Aparte del triunfo en la final de Copa para siempre de 2021, la gesta más importante en la era Imanol llegó más de un año antes cuando en los cuartos de final de la misma competición, se impusieron por el mismo resultado, 3-4, aunque esta vez a partido único en los cuartos de final.

Leyendas

Todos los que salen ganadores del estadio de La Castellana se convierten casi en leyendas. Hay un realista que sabe muy bien lo que supone destacar en ese recinto y es Xabi Prieto. El donostiarra ha marcado seis goles en su carrera al Madrid en el Bernabéu, aunque solo dos de ellos, los citados primeros que anotaba con el primer equipo, sirvieron para lograr la victoria. Es más, de doce visitas, acabó perdiendo en diez, y empatando en una. Su único triunfo llegó en su último encuentro en la campaña 2003-04, en unas condiciones muy parecidas a las que se van a vivir este sábado. Ninguno de los equipos se jugaba nada, ya que el Madrid tenía asegurada plaza de Champions a pesar de quedar lejos del campeón, que fue el Valencia de Rafa Benítez, y la Real, después de quedarse a las puertas del título el curso anterior, se salvó con muy poco margen de puntos tras una campaña en la que sufrió por el esfuerzo añadido del mayor torneo de clubes.

En el último duelo, que también acabó siendo la despedida de otro mito de los banquillos realistas como Raynald Denoueix, Xabi Prieto disfrutó de su segunda titularidad con el primer equipo y se acabó convirtiendo en un encuentro aparentemente intrascendente, en una noche mágica gracias a un doblete magnífico en un día para el recuerdo en el que la Real también consiguió cuatro tantos para acabar imponiéndose por 1-4. Los otros dos los anotaron Kovecevic y De Paula. Era el Madrid de los galácticos y fue un acto de estéril justicia poética por el daño que nos habían generado el curso anterior cuando dejaron a los realistas a las puertas del tercer título de Liga de su historia.

Inolvidable

La motivación de ese día con la que compareció Xabi Prieto a la cita sirve para que lo tengan muy en cuenta los realistas que vayan a competir el sábado: “Recuerdo que llegué a ese partido al Bernabéu como siempre, con una ilusión como la de un niño que tiene enfrente a Roberto Carlos, Figo, Ronaldo… No sé, los mejores jugadores del mundo por aquel entonces. Es verdad que no nos jugábamos nada, pero era mi primer partido como titular y con muchas ganas de agradar, de hacer las cosas bien, y tengo un muy buen recuerdo. Salió un gran partido, ganamos 1-4 y fue un final de temporada muy bueno”.

Cuando se habla de Xabi Prieto siempre se acaba mencionando su idilio con el Bernabéu, a pesar de que sus resultados no fueron nada buenos: “No sé si es mi estadio fetiche porque hemos perdido la mayoría de las veces, pero no sé por qué era un campo en el que me sentía cómodo. A veces tenía la sensación de estar jugando muy bien y muy a gusto y mirabas al marcador e ibas perdiendo 4-0. Ellos eran capaces de en un arreón meterte un par de goles y decantar el partido. Pero es mi campo preferido, el más bonito, quitando Anoeta por supuesto, y en el que más a gusto me he sentido”.

Como defiende el txuri-urdin, lo que de verdad sabe de manera muy especial es marcar y salir por la puerta grande de un recinto de semejante calibre: “Si sirve para vencer el partido, sabe diferente marcar en el Bernabéu. Pero si no ganas, no”.

Los dos goles siempre los ha recordado con mucho cariño porque, además, fueron inolvidables: “El primer gol fue un balón que queda rechazado al borde del área: la cogí a botepronto y desde que salió ya vi que iba bien. Fue un gol bonito, el primero que logré en Primera”.

El segundo quedó grabado a fuego para cualquier aficionado realista, ya que, sin apenas experiencia, superó a César con un lanzamiento desde los once metros a lo Panenka. “Le pedí a Bittor Alkiza a ver si me dejaba tirarlo y, como el día anterior habíamos estado ensayando y lo había tirado un poco a lo Panenka, pienso en hacer lo mismo. César por suerte se tiró a un lado y el balón entró por el centro”.

La camiseta de Ronaldo

Años después, cuando el meta defendía la portería del Zaragoza, le volvió a hacer la misma a pesar de que el meta le dijo que no tenía narices para repetirla: “Pero luego César me felicitó y como embajador de la Liga hemos coincidido bastante y es un tío muy majo. Me sorprende que se acuerde de esos goles”.

El ahora representante institucional de la Real avisa de que, aunque no influya en la tabla, los realistas pueden vivir una noche para el recuerdo este sábado si logran cerrar la temporada con un triunfo: “Fue una noche súper feliz: ganar en el Bernabéu, marcar goles, primera vez que eres titular siendo un niño… Creo que no dormí en toda la noche entre contestar mensajes y que salimos a dar una vuelta… Me costó meterme en la cama y poder conciliar el sueño. Tengo un muy buen recuerdo de aquel día”.

Como anécdota, incidir en que Xabi Prieto suele comentar que tiene en su casa un trofeo de aquella gesta al llevarse la camiseta de la gran estrella blanca: “Me cambié la camiseta con Ronaldo Nazario, el Fenómeno. La tengo guardada en casa”. La gloria aguarda esta vez a...