Duración 51 minutos: 11:22 de juego real.

Saques 3 de Saralegi.

Pelotazos 233 pelotazos a buena.

Tantos en juego 11 de Xala por 12 de Saralegi.

Errores 7 de Xala por 1 de Saralegi.

Marcador 0-3, 3-3, 5-3, 5-5, 5-8, 6-8, 6-11, 7-11, 8-11, 8-12, 8-16, 9-16, 12-16, 12-17 y 12-22.

Botilleros Sebastien Etxarte con Xala y Anizeto Lakano con Saralegi.

Incidencias Floja entrada en el Atano III de Donostia. Las apuestas salieron favorables a Xala.

donostia. Padece Xala una molesta y profunda tortícolis, una dolencia de la que no acaba de recuperarse y tampoco parece que pueda mitigar en el futuro si no está dispuesto a padecer los rigores que ocupan la alta competición, que siempre exige esfuerzo, dedicación, actitud y aptitud. Le duele el cuello a Yves de tanto mirar atrás. Escribe Xala desde hace demasiado tiempo la historia en pretérito de tan estancado que se le ha quedado el juego, empantanado, ovillado, en el reino de las carencias. Parece Yves un desmemoriado, incapaz de rescatar la magnífica versión que le colocó en la final de la jaula cuatro años atrás. "Quiero volver a ser el de 2005". La frase, del pasado jueves, pertenece al lekuindarra, pero sucede que los deseos sólo por anhelarlos no se cumplen. Es obligatorio trabajar con entusiasmo y convicción para que cristalicen. De lo contrario, nada ocurre.

convincente ekaitz Saralegi completó una gran actuación de punta a punta, sin tacha alguna. Convincente, creyente y laborioso cumplió su sueño y alcanzó los octavos del Cuatro y Medio, en los que se medirá a Asier Olaizola, después de reducir a Xala, una caricatura, un borroso trazo del pelotari que es, a escombros. El delantero de Amezketa aplicó grandes dosis de criterio a su puesta en escena y dislocó a Yves de aspecto ausente nuevamente. Le sucede en demasiadas ocasiones para que sea un accidente. No estuvo Xala, congelado, y tampoco se le esperaba de tan huidiza que resultó su aparición en el escenario. Únicamente remitieron a su figura los ejercicios que realiza para estirar el cuello.

Del resto nunca más se supo. No hubo noticias de Xala, que jamás encontró el hilo del duelo, mientras que Saralegi se mantuvo firme en todo momento, consciente del método para hincarle el diente al lekuindarra, que para cuando parpadeó se encontró con un 0-3 de inicio. Se reactivó Xala con una propuesta timorata, alejada del arrojo y del remate, buscando los vacíos de Saralegi en pared izquierda. Le alcanzó el invento a Yves para cinco tantos consecutivos. Apenas arañó la carrocería de Ekaitz, que reculó un par de pasos atendiendo las órdenes de su botillero para esperar mejor a la pelota en largo y se propulsó definitivamente desde semejante premisa.

Continuaba Xala quejumbroso, desnortado, carente de espíritu y con el orgullo aniquilado entre el virtuosismo de Ekaitz y su propia indolencia. En semejante tránsito, Saralegi desenfocó definitivamente al lekuindarra con una parcial de 13-3 que dejaba el marcador 16-8 para el de Amezketa, certero con el gancho y la dejada y firme en el achique. Alarmado, Xala cargó a la desesperada y emitió las mejores señales: 12-16. Sucedió que su despertar se quedó chato porque hacia tiempo que Saralegi tenía las llaves de la eliminatoria y encerró a Xala junto a su compañera de viaje: la tortícolis.