Para Johnny Depp, todos los personajes que ha interpretado en sus más de tres décadas de trayectoria parten de un mismo transfondo que los entrelaza. "Cada vez que veo una imagen de uno de ellos, me llevan a él. Todos mis personajes residen en un cajón que guardo dentro de mí", ha asegurado el intérprete esta tarde en la rueda de prensa previa a un Premio Donostia que ha agradecido al festival y a la ciudad "por no comprar un producto de mí que no es cierto".

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Con las mismas pintas que lo hiciera hace un año en el propio Zinemaldia (gafas, gorra, pulseras a cascoporro, collares, un pañuelo en la cabeza y una botella cuyo contenido queda a la interpretación de cada uno), Johnny Depp ha comparecido ante unos medios que, a pesar de su insistencia, tenían terminantemente prohibido preguntarle por cualquier asunto que no fuera su trayectoria.

No obstante, el propio actor ha rozado en más de una ocasión la polémica que ha rodeado su elección al supuestamente haber abusado físicamente de su expareja Amber Head. "Hoy día está todo tan descontrolado que nadie está a salvo con tal de tener a alguien detrás dispuesto a decir una única frase" o "no quería estar aquí si iba a ofender a alguien, por lo que agradezco a José Luis Rebordinos y al alcalde de la ciudad no haber comprado un producto de mí que no es cierto" son algunas de las perlas que ha dejado sobre su situación.

Una situación que le ha llevado al peor momento de una carrera, sin proyectos a la vista y fuera de las sagas que le hicieron popular para el gran público -"Si tengo la oportunidad de volver a hacer a Jack Sparrow, lo haría hasta para el cumpleaños de tu hijo", ha llegado a responder a un periodista sobre ello-, que el Zinemaldia trata de poner en valor.

"Respeto mucho este festival porque es un festival de cine real. Tiene que ver con las películas y no con hacer la pelota a nadie", ha afirmado el de Kentucky, que no ha tenido ningún inconveniente en arremeter contra Hollywood -"Ha subestimado al público de manera grotesca"- y contra los premios -"Son unas bestias bastante extrañas. No son una competición, yo nunca quiero competir con nadie"-.

Más alla de polémicas y berenjenales en los que él mismo se ha sumergido, Depp ha afirmado guardar a todos los personajes que ha interpretado, "desde el peor que he hecho hasta Eduardo Manostijeras", "en un cajón" que cuenta en su interior. "Cada vez que veo una imagen de uno de ellos, me llevan a él", ha apuntado en uno de los escasos momentos en los que ha echado la vista atrás.

Gran aficionado al terror

El segundo Premio Donostia de este año ha confesado haberse dedicado al cine gracias al cine mudo que veía de chaval y al cine de terror en blanco y negro al que pasó en la adolescencia y que le hicieron congeniar tan bien con Tim Burton. "En el terror puedes ocultarte debajo del maquillaje y escaparte de la gravedad de quién eres. Me aleja de mi propio nombre", ha asegurado.

Si por algo ha destacado una carrera de Depp que comenzó en, precisamente, el terror con Pesadilla en Elm Street allá por 1984, es por unas caracterizaciones que lo han ido transformando de los mencionados Sparrow y Manostijeras a Grindewald, Willy Wonka, Ed Wood y el Sombrerero loco.

"Como actor, la primera regla es que puedes estar dispuesto a caerte de cara por las diferentes elecciones que hagas o por las que dejes de hacer", ha explicado, añadiendo que un buen personaje es "una receta para un plato perfecto".

Para el también productor y músico, lo de mejor de este viaje de más de tres décadas es haber dado a esos personajes "con los que puedo viajar en una caja". "Tengo la oportunidad de poder convertirme en ellos para visitar un hospital y ver la valentía en los ojos de los niños. Para mí significa poder darles 30 segundos de alegría", ha asegurado el intérprete.

Preguntado por cómo lleva a cabo la elección de un trabajo, ha afirmado que únicamente lo escoge cuando cree tener algo que pueda aportarle. "Los personajes me han elegido a mí", ha apuntado, al tiempo que ha afirmado que todos están entrelazados y unidos.

Por último, el norteamericano ha querido mirar a un futuro en una industria que ya no es la que conoció y que la pandemia ha terminado por dinamitar. "El covid ha hecho mucho daño en mucha gente, pero también ha hecho meter a muchas familias con una televisión en la que pueden ver lo que quieran y eso no está mal. La magia de Hollywood tiene fallos y me alegro de haberme dado cuenta de ello antes", ha finalizado.