La artista multimedia Nisa Goiburu (Ordizia, 1946), que abarca la pintura, la escultura, el collage y la performance, presenta en las salas de Cristina Enea y Sakana de Donostia un conjunto de obras que resumen y expresan su ya largo recorrido. Desde sus comienzos con Vixente Ameztoy, sus influencias más arquitectónicas posteriores, y sus aditamentos geométricos y expresivos del collage, hasta sus experiencias escultóricas, hay un afán de hurgar y experimentar en múltiples direcciones y lenguajes plásticos. La curiosidad es el comienzo de la ciencia y del arte. El que busca encuentra.
Mujer, naturaleza y el ser humano han sido las fuentes de su iconografía y lugares y aromas donde descansa gran parte de su obra. Color, geometría y naturaleza son las constantes de su obra. Más cerca de la línea curva matissiana, muestra a través de buena parte de sus preocupaciones, deseos y sentires. Sentir y plasmar el cuerpo desnudo de la mujer, embellecida con flores y con rosas: La mujer desnuda ante el espejo de su jardín (2017-18). Presenta obras muy diversas, al decir de la propia autora, pero que ofrecen imágenes tan estilizadas como Atardecer en el Nilo y Crisálida, o más poscubistas como las de la serie Todas las mujeres somos una. Las últimas obras de su producción han ganado ciertamente en expresividad, utilizando mallas metálicas, materiales diversos, pero donde creemos nosotros que se muestra su obra más original y sustanciosa es en su producción de las décadas de los años 80-90, en las que una pintura de carácter surrealista y muy bien trazada, post Vixente Ameztoy, deja obras tan refinadas y bien compuestas como Renacer I y 2 (1993), y Representación de la primavera (1989). Ahí está la verdadera Nisa, que admiramos y nos impacta. Como lo está también en sus Latires, en las que los espacios arquitectónicos se mezclan con la naturaleza.
La pintora, sin embargo, opta en sus últimas obras por lenguajes más expresionistas utilizando texturas y materiales diversos de carácter más sintético y cercanos al collage matissiano: El susurro del bosque (2009), Hala ere natura gara ( 2009) y Paso a dos (2009). Técnicas más abiertas y posmodernas que implican la evolución propia de la artista y el deseo de experimentar con otros lenguajes más abiertos y complejos y que pueden resultar un tanto crudos.