Síguenos en redes sociales:

Alejo StivelCantante, compositor, productor musical y escritor

“El público vasco es exigente, no te regala aplausos ni vítores”

El polivalente artista argentino subirá al escenario este próximo 22 de agosto como parte de la programación de Aste Nagusia

“El público vasco es exigente, no te regala aplausos ni vítores”José Mari Martínez

Una de las voces más emblemáticas del rock de los años 80 subirá al escenario estas fiestas de Aste Nagusia para devolvernos a una época añorada por muchos y por muchas. El polivalente artista Alejo Stivel, exintegrante de la mítica banda Tequila, vuelve con el estilo fresco y provocador que marcó a toda una generación. Tras un parón de 20 años dedicados íntegramente a la producción de discos, el argentino vuelve a subirse a los escenarios para recordar una trayectoria repleta de pasión por la música, en la que ha sentido la evolución del rock en la actualidad y la influencia del destino en la vida.

Hace casi 30 años desde que se fundó Tequila. ¿Qué recuerda de la primera vez que tocó en vivo con ellos?

-Dicen que el que vivió intensamente esos años no recuerda nada. Yo los viví muy intensamente y me acuerdo poco, pero me dio para escribir un libro. De la primera vez que toqué me acuerdo, claro, había más gente en el escenario que en el público (risas). Había muy pocos y fue en un pueblo de Toledo. Yo salí al escenario y había quince personas en el público, y yo grité: “¡Buenas noches, Toledo!”. Y eran quince.

Pero le contestaron, espero...

- Sí. “Buenas noches”, dijeron, elegantemente... (risas).

¿Qué cree que tenía el grupo que conectó tan fuerte con el público en tan poco tiempo?

-Creo que fuimos bastante pioneros, en el sentido en que los grupos, en general, solían cantar en inglés y trajimos un estilo, una manera y una actitud que le dio mucha frescura al público. Era muy potente, fresco y divertido. A pesar de los años, sigo con la propuesta de que un concierto debe ser una fiesta, ¿no? Yo digo eso, monto fiestas, no monto conciertos. Incluyo al público, es parte del espectáculo, es un miembro más de la banda. Va, participa, canta, salta, baila y está ahí metido. A diferencia de otras propuestas, que respeto e incluso me gustan, de ver una canción y aplaudir sentado de una manera pasiva, mi propuesta es totalmente activa. Es una fiesta de rock and roll donde yo quiero que la gente salga agotada.

Alejo Stivel estará el 22 de agosto actuando en Aste Nagusia.

Ya que habla del público, este próximo 22 de agosto vamos a poder verle en concierto en el parque de Doña Casilda de Bilbao como parte de la programación de Aste Nagusia. ¿Qué se espera del público vasco?

-Bueno, el público vasco es un público que sabe muchísimo de rock and roll, es un público exigente, no te regala aplausos ni vítores, pero por eso mismo es muy excitante. Te pone nervioso y sabes que tienes que hacer una buena faena, porque si no no van a salir satisfechos. Es un genial desafío y me encanta, porque sales con la sensación de que han apreciado lo que tú haces. Entienden mucho del lenguaje del rock.

Quedan días para que vuelva a subirse a un escenario. ¿Hay mucha diferencia entre hacerlo ahora comparado con los años 80?

-La diferencia que puede haber en cualquier cosa que hagas a los veinte, a los dieciocho o a los sesenta y pico. Evidentemente no comes, bebes, conduces o duermes igual. La subida al escenario es muy intensa y con mucha energía. Pero, quizás, tiene un sabor más equilibrado. Cuando salía en aquella época era una especie de vorágine frenética muy loca. La energía que tienes de joven tiene mucho brío, ahora es más controlada.

Respecto al paso del tiempo, ¿cree que el rock mantiene su espíritu rebelde o se ha dulcificado?

Bueno, no mantiene ese espíritu rebelde de una generación. Cuando salió se enfrentaba a todo lo que había sido antes la música, incluso se convirtió en un movimiento social. Ahora no hay movimientos sociales en la música. La música actual que se hace hoy es un entretenimiento, y está bien. Y el rock se ha convertido en un entretenimiento también. Pero en aquella época era todo una nueva propuesta, una nueva filosofía de vida. Desde las pintas..., simplemente llevar el pelo largo ya era una actitud que te confrontaba con todo lo anterior. Ahora está todo mezclado en una ensalada y está bien, es el signo de los tiempos. Pero creo que aunque sea más un divertimento, también te hace pasar momentos vibrantes. Yo paso momentos muy intensos y veo que la gente también, de todo tipo, de alegría, festejo, desmadre, locura y emoción. Mientras te subas al escenario y tengas algo que contar y la gente esté dispuesta a oírlo y a participar, para mí es fabuloso.

Alejo Stivel escribió el libro 'Yo debería estar muerto'.

Varios años atrás dio el salto de los escenarios a la producción musical. ¿Qué opina de que las canciones se vuelvan famosas por quien las canta y no por quien las produce?

-A mí me criticaron mucho, porque decían que tenía un perfil muy alto como productor, y que no era tan importante. Creo que es un puesto que está detrás de los focos, que no está en el escenario. Es un lugar que no está necesariamente expuesto para el reconocimiento del público. No pasa nada. No sabemos el arquitecto que hizo este edificio (el bilbaino hotel Ilunion) y gracias a él estamos aquí sentados en un lugar superbonito. Hay cosas que no son reconocidas y debe ser así, ¿no? De un cirujano que realiza una operación de cerebro, que debe ser el trabajo más increíble del mundo porque es supercomplicado y salva vidas, no conocemos su nombre. O sea que estamos un poco sobrevalorados los artistas también.

Y como artista, ¿en qué etapa se encuentra actualmente?

-Como una segunda juventud, una nueva boda. Estuve veinte años sin subirme a un escenario, encerrado, produciendo más de 250 discos. No salía, no daba entrevistas. Estaba en ese viaje y ahora vuelvo a redescubrir ya hace unos años el actuar, producir discos míos de mí para mí... La verdad es que me digo: “¿Por qué paré tantos años?”, porque la verdad es que me estoy divirtiendo muchísimo. También, por suerte, veo desde el escenario que la gente se divierte.

Ha habido desarrollo de personaje.

Sí, sí. Tampoco ha sido un desarrollo natural, porque si yo hubiese estado todos esos años actuando, quizás no estaría haciendo lo mismo que estoy haciendo ahora, ni sería el personaje que soy ahora. Estuve de alguna manera hibernando. Soy esto que soy, el producto de lo que ha sido mi vida. Si hubiera seguido, ahora en vez de dos discos tendría quince, y en vez de haber hecho cien conciertos desde que volví habría hecho mil. Ya hice quinientos con Tequila y ahora solo llevo unos doscientos. Pero, ¿quién sabe qué hubiera ocurrido?

Te puede interesar:

GENERACIONES


A día de hoy y, respecto a sus canciones más conocidas como Salta o Rock and roll en la Plaza del Pueblo, Alejo Stivel siente que estas ya tienen el tiempo suficiente para haberse incorporado a la vida de varias generaciones. Si hace años le hubieran dicho que esto iba a suceder, habría dicho que era “ciencia ficción”.

Aparte de la anécdota en la que perdió la letra original de su representativa canción Salta en un cine de Londres, el artista argentino ha recogido un buen compendio de ellas en su libro, Yo debería estar muerto. “Hice un esfuerzo de memoria y propongo que los lectores lo lean, porque van a pasar un buen rato. Toda la gente que lo lee me dice: ‘Oye, leí tu libro y lo pasé bomba’. Ahí hay muchas anécdotas de todo tipo, fuertes, intensas, divertidas, cachondas, locas... Es un buen compendio de anécdotas”, promete el músico argentino.

Podríamos decir que ha sido el destino, ¿cree en él?

-Creo que el destino lo vas haciendo y es un devenir de cosas. No creo que esté escrito todo lo que va a pasar. Es una mezcla de lo que uno se propone, de que uno a veces insiste, lucha y persiste, y va forjando su propio destino mezclado también con el azar y la suerte. Ambos son muy importantes en lo que te pasa en la vida. Coincidir, estar en el momento y lugar indicado, influye en que las cosas ocurran o no.