Bessie Smith es considerada la blueswoman por excelencia. Su sobrenombre, la emperatriz del Blues, lo dice todo. Fue increíblemente popular en la década de los 20 y de los 30, una época en la que ser artista, mujer y negra en Estados Unidos no era nada fácil. Para rendirle tributo y revivir su espíritu, la cantante Itziar Yagüe y el pianista Paul San Martín han grabado Sugar in my bowl. A tribute to Bessie Smith, que han editado en vinilo, con un diseño artístico que ha corrido a cargo de Cheli Lanzagorta. Los cuatro temas de la cara A, cuenta San Martín, bien conocido en el circuito del blues y de jazz, se grabaron en estudio, mientras que los de la cara B fueron en tomas en directo. Aún así, tanto en un caso como en otro, la cantante y el pianista han querido darle verdad las canciones de Smith, sin añadiduras.

“Bessie sintentiza muy bien la época del blues clásico”, comenta San Martín que, recientemente, ha vuelto de Nashville, Memphis y Nueva Orleans, capitales mundiales del blues, del jazz y del country. En la década de los 20, continúa este pianista más que habitual en el Jazzaldia, abundaban las mujeres cantantes, “con mucho remango”, y se mezclaba el blues con el vodevil. “Bessie Smith se convirtió en la más conocida de todas y en una especie de leyenda”, añade.

Y como todas las leyendas, nunca llega a estar claro qué es lo que es verdad o lo que es mentira. Se dice que la blueswoman falleció por las heridas causadas por un accidente de coche, al no ser atendida en un hospital exclusivamente para blancos. No obstante, no parece probable que, siendo conscientes de que podían rechazar su ingreso, la llevasen a un centro médico segregacionista. Las versiones se contradicen, pero eso es parte de la mitología que hace aún más grandes a los artistas, como cuando se cuenta, recuerda San Martín, que el guitarrista Robert Johnson vendió su alma al diablo en un cruce de caminos de Mississippi a cambio del talento musical.

Sea como fuere, Smith no tuvo “una vida fácil”, aunque su legado musical no es moco de pavo: 160 canciones grabadas, de entre las que el dúo de artistas vascos ha seleccionado ocho. Pese a las dificultades propias del contexto, “no vivió tan mal”, comenta el pianista, citando una conversación con su amigo Vicente Zumel, experto en la historia del blues. Su figura, su imagen, rodeada de su boa con plumas, la han convertido en un “icono”.

Impacto posterior

Además de ser un exponente en su época, Smith influyó en cantantes posteriores como Billie Holliday o Dinah Washington. Además, su versión de St. Louis Blues, de W.C. Handy –fue el primer tema de blues en ser escrito en partitura y vendido para que otros músicos lo tocaran–, que además cuenta con Louis Armstrong en la trompeta, “es la interpretación definitiva” de ese tema. La blueswoman contaba con una gran fuerza en la voz, “un registro muy potente” y su música, insiste, ejemplifica perfectamente lo que fue el periodo del blues clásico y la “trashumancia” de los artistas de un garito a otro local.

Gira de presentación

Yagüe y San Martín, que están muy contentos por la acogida que está teniendo este tributo, tienen varias fechas cerradas para hacer resurgir la figura de Smith. El 12 de julio, por ejemplo, actuarán en el Arrasate Blues. Además, ofrecerán un doble concierto en el próximo Jazzaldia, el 26 y 27 de julio.