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Día del libro

“La feria del Día del Libro puede levantar el mes de una librería”

El tradicional mercado se ha celebrado en la plaza de Gipuzkoa entre la satisfacción por el aumento de lectores y la alarma por el cierre progresivo de librerías en el territorio.

“La feria del Día del Libro puede levantar el mes de una librería”Ruben Plaza

La tradicional feria del Día del Libro se ha celebrado este miércoles en la plaza de Gipuzkoa con la celebración del incremento general en el número de lectores, pero con la incertidumbre sobre el modelo de negocio de las librerías locales. De hecho, por primera vez en muchos años, Hontza, comercio de cabecera de muchos lectores, no se encontraba entre los puestos habituales que se instalan en los soportales del Palacio Foral. “La Feria del Día del Libro puede levantar el mes de una librería, sobre todo, si es especializada”, ha explicado Aimar Martín, librero de El Ágora de los Libros, un comercio situado en el barrio de Gros y especializado en las humanidades, los ensayos y la literatura. Como él, otros once comercios o instituciones han despachado durante un día “algo extraño, dado que no es festivo”, pero que se enmarca dentro de la semana de Pascua.

Durante toda la mañana y gran parte de la tarde, el trajín ha sido constante y palpable. En muchos casos, buscaban la última novedad, relacionada, además, con lo más comentado de la semana, el fallecimiento del Papa Francisco. Esto ha hecho que El loco de Dios en el fin del mundo, la última novela de no ficción de Javier Cercas, que tuvo un acceso nunca antes visto al sumo pontífice, haya sido lo más demandado por los lectores. Así lo ha confirmado a este periódico Adolfo López Chocarro, el encargado de la librería Zubieta y presidente del Gremio de Libreros de Gipuzkoa.

Sonia, una mujer amaratarra de mediana edad, ha sido una de las que se ha llevado el libro de Cercas para sustituir en su mesilla su lectura recién concluida, El ladrón de rostros, del hondarribiarra Ibon Martín. “La curiosidad” le ha podido, ha confesado con una sonrisa la amaratarra, en referencia al libro de Cercas recién adquirido. Comprar un libro en una fecha señalada como esta es para Sonia “una tradición” que lleva cumpliendo desde hace años, aunque reconoce que lo hace por hábito, no por el descuento del 10% que se suele aplicar.

“Del libro que más se está hablando es el de Cercas”, insiste López Chocarro, que también añade un par de best-sellers a las listas de más solicitados en el día: El barman del Ritz, de Phillipe Collin, y Por si un día volvemos, de María Dueñas.

En el caso del puesto de El Ágora de los Libros, según ha explicado su responsable, los volúmenes relacionados con Japón, un país que está de moda; libros sobre mitología y propuestas de ejemplares ilustrados para niños han sido los más comprados.

También se ha visto interés de los lectores en el puesto de Donostia Kultura, institución que se ha estrenado en los arcos del Palacio Foral. De cara al público se encontraba el director de la Unidad de Cine, Josemi Beltrán, que ha atendido a los interesados en el fondo de catálogo de las publicaciones relacionadas con su área, como libros de la Semana de Cine Fantástico y de Terror y números difíciles de encontrar de la colección Nosferatu, incluyendo un incunable, el primero de todos ellos y que se centró, precisamente, en esta película icónica del expresionismo alemán que dirigió Friedrich Wilhelm Murnau.

¿Un día del libro sin librerías?

Preguntado por el aparente goteo de cierre de librerías, el presidente del Gremio de Libreros ha hablado de la paradoja que se da entre unos altos índices de lectura y de compra de libros y el cierre de librerías debido a la falta de relevo generacional de las mismas. “En una ciudad como Donostia, aunque yo creo que será en todas parecido, es muy difícil mantener los alquileres de los locales con los márgenes que deja la cultura y el libro”, comenta, para después añadir que, en cuanto al relevo, ser librero tiene un componente vocacional que puede estar reñido, precisamente, con el poco margen que deja la actividad.

Una mujer hojea un libro antes de decidirse a comprarlo.

Aun así, López Chocarro se muestra esperanzado y piensa que en la capital de Gipuzkoa, al igual que está ocurriendo en Catalunya, “poco a poco” comiencen a abrirse nuevas librerías con “nuevos valientes” que se atrevan a abrir “en las periferias” propuestas específicas. “Pero seguir con depende qué proyecto no es fácil”, reconoce.

Por toda esta situación, opina Aimar Martín, son tan importantes iniciativas como las del Día del Libro, porque pueden ayudar a “levantar” un mal mes a un pequeño comercio: “Hay que estar sí o sí”. “El mercado del libro es complicado y las grandes cadenas siempre juegan con ventaja”, apunta.

Pintxo y libro

Una de las particularidades de este Día del Libro es que, gracias a una colaboración con el Instituto del Pintxo, por la compra de libros se han repartido 300 vales intercambiables en comercios hosteleros por preparaciones en miniatura. Según López Chocarro, la iniciativa ha sido un auténtico éxito, y para mediodía los tiques se habían agotado.