Era una vieja demanda de gran parte de los promotores musicales de Gipuzkoa y este pasado martes se hizo realidad. Donostia contará, previsiblemente antes de 2030, con un renovado Illunbe, pensado como recinto multiusos y con dos espacios, uno para 15.000 espectadores y otro para 3.000 personas. El nuevo recinto, además, se creará bajo las condiciones necesarias para acoger grandes conciertos, lo que abre nueva vías a las posibilidades de la música en directo en el territorio.
Así lo cree Sergio Cruzado, promotor de Ginmusica, al que le seduce especialmente que el denominado Illunbe Berria se lleve a cabo con el foco puesto en la música. “Ya era hora de que tengamos espacios pensados para los conciertos y no que nosotros tengamos que adaptarnos a ellos”, indica, en referencia a instalaciones de la ciudad como el Velódromo, el estadio de Anoeta o incluso el actual Illunbe, que deben ser acondicionados para cada actuación.
“Se ha hablado de que contará con una estructura cuadrada, adecuada para el sonido, y eso es lo que más me gusta”, confiesa, al tiempo que señala que Donostia está necesitada tanto de un espacio grande como de otro intermedio, no solo para la música en directo, sino también para otras opciones como el deporte, el bertsolarismo, la danza, el circo... “Hay mil posibilidades. Al final, es tener lo que ya hay en otros lugares cercanos como Bilbao o Pamplona”, añade.
En los últimos años, desde Ginmusica han tenido que decir que no a artistas que querían recalar en Donostia con su gira por falta de espacio. Con el nuevo Illunbe se dará solución a ello, al tiempo que la ciudad se sumará a la ola de los conciertos multitudinarios, una realidad que, para Cruzado, merece “un estudio sociológico”. “Es el algo para estudiarse porque ha cambiado todo. Ya no es el artista internacional que llena todo, sino que músicos vascos pueden llenarte recintos de más de 10.000 personas hasta dos o tres días seguidos”, agrega, en referencia a grupos como Zetak, Gatibu o Esne Beltza, que han hecho lo propio este año en espacios como el BEC, el Navarra Arena o Miribilla en Bilbao.
“Ya era hora de espacios pensados para la música y no que tengamos que adaptarnos nosotros”
Por ello, Illunbe Berria también puede ser una buena oportunidad para que los promotores puedan potenciar la escena local, uno de los compromisos, apunta Cruzado, que todos los profesionales del sector deberían asumir. “Tenemos que tener en cuenta de dónde venimos y que necesitamos espacios donde nuestros músicos puedan tocar. Si no, es imposible”, indica, apuntando que “todo lo que favorezca a la música siempre será favorable”.
“Atractivo turístico”
En la actualidad, más allá de los centros culturales de Donostia Kultura, la música en directo tiene poco más que un reducto en la ciudad: la sala Dabadaba. No obstante, el aforo máximo de 300 personas ha sido en más de una ocasión un quebradero de cabeza para sus socios, que no han podido programar a según qué artista. “Nos hemos quedado muchas veces con ganas de hacer algo más grande por falta de espacio en la ciudad, así que suena muy bien esa remodelación de Illunbe”, asegura Álex López, que, sin embargo, se muestra prudente con el anuncio del Ayuntamiento donostiarra: “Habrá que verlo porque no es la primera vez que se proyecta”.
No obstante, a priori, el proyecto es “una noticia positiva” para la capital guipuzcoana, necesitada de un “atractivo turístico” como este. “Los ciudadanos como tal no lo necesitan, pero la ciudad sí. No hablamos de algo cultural, son dimensiones diferentes, sino de algo turístico que ya tienen otras ciudades de alrededor”, indica.
“Los ciudadanos como tal no lo necesitan, pero la ciudad sí. Hablamos de algo turístico, no cultural”
Para López, la música en directo está cada vez más polarizada y “los grandes artistas son cada vez más grandes”, por lo que la ciudad no podía quedarse atrás en este nuevo marco. “Donostia siempre ha acogido grandes eventos y quiere recuperarlo. Otra cosa es lo que pasa en sus salas, que, para mí, son experiencias completamente diferentes. A las dos les llamamos conciertos, pero se podría hablar de dos nombres distintos. En una ves al artista a dos metros de distancia y en la otra a través de pantallas”, apunta.
De igual modo, asegura que el propio espectador que acude a uno u otro tipo de concierto raramente es el mismo. “El que te va a ir a ver a Bruce Springsteen normalmente no va a ir al Daba. Es una experiencia más pensada para traer gente que no es de la ciudad”, indica. “Las dinámicas culturales no tiene que ver con un pabellón para 15.000 personas, sino con los espacios que hay en la ciudad para ensayar, los lugares para tocar en directo... La parte mala de un espacio como este es que se atiborre el ego de la ciudad”, opina.
Acostumbrados al mal sonido
“Es una buena noticia, pero habiendo otras plazas similares en Navarra y Bizkaia, parece más un capricho de la ciudadanía”, observa, por su parte, Juancar García, responsable de Bloody Mary Discos y Producciones, para el que un espacio como Illunbe Berria tiene tanto su lado positivo como negativo.
“Los conciertos de grandes masas no me atraen y prefiero más el espíritu de club, pero está claro que si, por ejemplo, quiero ver a Nick Cave, tendré que ir a un sitio como éste porque no gira por salas”, apunta, al tiempo que añade que una de las claves para que el proyecto prospere es la programación. “Si se va a apostar por los grandes artistas me interesa poco. Lo fundamental es no hacer lo mismo que hacen todos en todos los lados solo para ponerse la medalla de decir que tal artista también estuvo aquí”, indica.
“Es una buena noticia, pero lo fundamental es no hacer lo mismo que hacen todos en todos los lados”
De este modo, para García, la remodelación puede ser una gran oportunidad para recuperar a artistas que en su momento actuaron en Donostia y que hace tiempo que no visitan Euskadi. No obstante, para ello, es necesario contar con un espacio que esté realmente adecuado para la música en directo. “En Donostia estamos acostumbrados al mal sonido”, apunta, poniendo en duda que, si la nueva infraestructura va a ser un espacio multiusos, con corridas de toros incluidas, el sonido vaya a ser el más adecuado.
Más allá del impacto que pueda generar Illunbe Berria en la ciudad, no obstante, García ve necesaria una mayor apuesta por la música en directo a través de otras políticas. “Yo, por ejemplo, defiendo Gasteszena, que no sé por qué se ha apagado el rock allí y luego salen hablando de este nuevo espacio”, apunta, intuyendo que la remodelación irá dirigida “al mainstream”.
“Hay muchos más artistas que pueden ser interesantes. Si solo va a venir el artista de turno y poco más, mal”, opina, añadiendo que el segundo espacio, con un aforo para 3.000 personas, puede ser un buen lugar para la promoción de bandas locales y de grupos internacionales menos conocidos. “Siempre he defendido lo de juntar a los de aquí con alguien de fuera y estamos viviendo un boom de bandas nuevas, así que se podría hacer algo interesante”, asegura.