Las conexiones de Néstor Basterretxea con la cultura vasca son innegables, al igual que lo son con el Museo San Telmo, donde expuso varias de sus obras más importantes. Por ello, y para conmemorar el centenario de su nacimiento, el museo donostiarra, junto con la familia Basterretxea, el Ayuntamiento de Donostia y Donostia Kultura, ha decidido crear una exposición basada en los vínculos del artista con la tradición y cultura vasca, Conexiones de una colección.

La muestra se ha presentado este viernes, 4 de octubre, en el Museo San Telmo, de la mano de la directora del centro, Susana Soto; el director de Donostia Kultura, Jaime Otamendi; la comisaria del proyecto, Miren Vadillo; y el hijo del artista, Mikel Basterretxea.

Partiendo del afán de Basterretxea por crear una unión entre sus raíces y la modernidad, la propuesta vincula las obras del artista con las expuestas en el museo, creando una sinergia y diálogo entre ellas que acercan al público a la cultura vasca.

Doce puntos de encuentro

Las obras están repartidas en doce puntos distintos del museo, cada una de ellas situada en un contexto diferente, desde la industrialización hasta el espiritualismo o el crecimiento urbano, entre otros. La finalidad no es una muestra de su arte al uso, sino que esperan reflejar la vinculación del artista con su cultura natal y con el paso a través del tiempo. Están situadas en base al significado de cada obra y época, siendo "acogidas" por cada zona del museo y "sumergiéndolas" en la muestra.

Durante el recorrido se puede apreciar que las "conexiones surgen de manera natural", afirma Soto. Miren Vadillo asegura que se muestra su "relación personal con la obra y con la tradición cultural vasca" creando diálogos "formales, conceptuales y temáticos", pero también "sinceros". Además, es una oportunidad que permite "ahondar en otras facetas y trabajos" del artista, recalca Vadillo.

Tal y como afirma Mikel Basterretxea, el Museo San Telmo es "centro de estudio de todas las manifestaciones de la cultura vasca", convirtiéndolo en el lugar idóneo para llevar a cabo el proyecto.

Recorrido artístico

Las piezas seleccionadas muestran el recorrido y maduración del artista, siendo las más antiguas los cuadros titulados Hiri zuria y Hiri-paisaia del año 1957, y la más reciente Heriotza zerutik etorri jakun, de 2011, una maqueta de la escultura pública creada para recordar el 75 aniversario del bombardeo que sufrió Otxandio durante la Guerra Civil.

Otras piezas que se pueden encontrar en la exposición son Argizaiola, del año 1973, donde se centra en los misterios de los ritos funerarios y tradiciones a través de las argizaiolas. En el mismo apartado, Signos de espiritualidad, se encuentra Laugarren hilarria, del año 1975, que se camufla con la Serie de Estelas Discoideas que tiene el museo con aires abstractos y modernos. En la sección Huellas en la memoria, está Amalur, de 1968, unos fotogramas del primer documental de Basterretxea sobre la historia del País Vasco. Unos pasos más adelante, se aprecia Akelarre (1972), donde la primera escultura de su Serie Cosmogónica Vasca de madera de roble recrea un akelarre de manera dinámica.

La obra 'Akelarre', de 1972, en la sección Huellas en la memoria Ruben Plaza

Proyecto para un mural en el aeropuerto de Foronda (1980) es una maqueta de la escultura con el mismo nombre que se encuentra en el aeropuerto de Gasteiz, dentro de la sección del museo Despertar en la modernidad. No podía faltar la obra Eguzki Lore Laugarrena, del año 1974, que utiliza la madera de roble para interpretar el tradicional elemento vasco. Rótulo biok (1966-1968), es el rótulo que el artista diseñó para la empresa de muebles Biok, donde a pesar de tener un fin publicitario, se siguen apreciando las singularidades de Basterretxea. La exposición también cuenta con un cortometraje llamado Operación H (1963), que fue su primera inserción al mundo cinematográfico.

También se pueden encontrar siete carteles que el artista creó para diferentes campañas y exposiciones con objetivo reivindicativo, dentro de los ámbitos políticos y socio-culturales. Finalmente, se encuentra el Facsímil del proyecto Izaro y la Maqueta de Izaro (1982-1983), conocido por ser el símbolo del Parlamento Vasco.

La 'Maqueta de Izaro', de 1963, elaborada para el concurso de símbolos para presidir el Parlamento Vasco Ruben Plaza

Inmersión en la cultura vasca

El artista, nacido en Bermeo, utilizó diferentes técnicas y estilos a lo largo de su carrera que pueden apreciarse a simple vista. La madurez de su obra va a la par con la propuesta del museo, donde hay oportunidad de ver el crecimiento de la cultura vasca y de la política. El recorrido de la exposición es el habitual, donde se podrán diferenciar las obras de Basterretxea gracias al recuadro amarillo estampado en los cristales o paredes alrededor de las piezas del artista para reconocerlas.

Así, se espera ofrecer al público una inmersión interpretativa que explica de manera visual y contextual la relación existente entre la colección del Museo San Telmo con algunas de las piezas más "paradigmáticas" de Néstor Barrenetxea.