John Zorn, ilustre compositor, saxofonista, productor y empastador de músicos excelsos, ha llegado a Donostia para correr una nueva ‘maratón’, pero algo distinta a la de Bagatelles de 2015 y a la Masada de 2013. En esta ocasión serán solo seis las bandas que ha montado para que interpreten su música. Repartidas en tres sesiones -mañana en el Kursaal, al igual que hoy, y pasado en la Trinidad para clausurar el festival-, las propuestas no pueden ser de lo más variadas.
Ha sido el propio Zorn, que no saldrá a actuar hasta el domingo y tampoco ha permitido hacer fotografías durante los recitales, el encargado de presentar al primer combo: Julian Lage y Gyan Riley. Guitarras acústicas en mano, el primero punteando con púa y el segundo con los dedos, han interpretado composiciones de Zorn inspiradas por la santa Teresa de Ávila. Paisajes ibéricos y alguno arábico, en armonías alegres que, en momentos, se escoraban hacia la disonancia, quizás hacia la mística de Santa Teresa de Jesús.
Un público atento
Zorn, desde uno de los laterales del escenario (los que estuviesen las butacas impares lo habrán visto), ha permanecido atento a los guitarristas y también a su siguiente creación, Suite for Piano -Brian Marsella (piano), Jorge Roeder (bajo), Ches Smith (batería)-, inspirada en las Variaciones Goldberg y la música para piano solo de Schoenberg, un espectáculo de jazz de vanguardia con muchísimo swing. Una pena que la mitad del auditorio estuviese vacío.